Un fin de semana casi perfecto

Llevaban un fin de semana perfecto y Lewis Hamilton se lo arruinó. Ferrari volvió a hacer el ridículo en su propia casa. Los tifossi miraban al podio con desprecio y Hamilton levantaba el trofeo entre abucheos. Esta vez todo el mundo sabía que Ferrari tenía el coche más rápido de la parrilla, por lo que el personal del equipo y sobretodo los pilotos serán examinados con lupa a partir de ahora.

Desde el sábado por la tarde empezaron a correr rumores por el paddock de que Charles Leclerc subiría a Ferrari en 2019, eliminando a Kimi Raikkonen de la ecuación. ¿Que razones tendría Raikkonen entonces para no luchar por la victoria? La respuesta es: ninguna. Sebastian Vettel casi con una total seguridad de que su compañero le abriría las puertas del cielo en la variante del Rettifilo, se lanzó. Evidentemente (y hay que subrayar esto) Kimi le cerró la puerta y Vettel torpemente intentó molestar a Hamilton e impedir que este le adelantase. ¿El resultado? Yo creo que era evidente para cualquiera…

La telemetría desmostró que el coche del alemán sufrió daños muy leves, pero su carrera ya estaba muerta. La cuarta posición no es suficiente y después de esta carrera el mundial parece sentenciado. 30 puntos son demasiados, demasiados para este Vettel. El piloto alemán suma este calamitoso error a los de Francia y Alemania. Errores que lo eliminan como un posible rival a la altura de un Hamilton imperial.

Ferrari se vio entorpecido por el gran equipo técnico de Mercedes. Con la única baza disponible de Kimi Raikkonen, Ferrari no podía volver a fallar en la estrategia. Y vaya que lo hicieron… Los italianos cayeron en la más básica de las trampas, un amago de pit stop por parte de los germanos. Los nervios afloraron en el muro de Ferrari y optaron por elegir la opción menos arriesgada, parar al finés. Los tifossi miraban incrédulos a unos estrategas que ya han fallado demasiadas veces este año.

Cuando Hamilton le dio caza todo el mundo sabía que Raikkonen seguía contando con el coche más rápido. El finlandés solo tenía que ser valiente y adelantarlo, pero Raikkonen carece de ese instinto asesino que caracteriza a los más grandes. Y aquí viene otra de las grandes dudas que asolaron a los tifossi: ¿Porqué un equipo enorme que representa a toda una nación se conforma con un dúo de pilotos que sin llegar a ser malo, es bastante errático? ¡Hablamos de Ferrari! Tienen que tener a los mejores pilotos disponibles y ayer se demostró que eso no es así…

Renault, en la estacada

Renault sabía que la especificación de motor llevada a Monza para sus clientes no era fiable, por eso mismo decidieron no montarla. La propia casa francesa lo confirmaba desde antes de comenzar el fin de semana. Pero Red Bull optó por arriesgarse y quizás ganar. Evidentemente las sospechas se confirmaron y Daniel Ricciardo vio como su trasera comenzaba a echar humo. Tampoco es que a Red Bull le importe este abandono, los austriacos se encuentran en tierra de nadie y no tienen nada que ganar o perder. Pero las ganas de comenzar a trabajar con Honda aumentan a cada carrera que pasa, y más observando el rendimiento que poco a poco van enseñando los japoneses.

El equipo de fábrica si que logró unos cuantos puntos gracias al buen hacer de  Carlos Sainz, el cual vuelve a demostrar que quizás prescindir de él no fue la mejor opción. De todas maneras los franceses contarán con una buena alineación de pilotos, aunque no sé si ocurrirá lo mismo con el monoplaza. Si bien el chasis no parece malo, el motor demuestra tener cada vez más problemas y la perdida de Red Bull como banco de pruebas es una pésima noticia para los de Enstone. 2019 podría ser una pesadilla de tal magnitud que Ricciardo deseara volver a Red Bull-Honda.

El nuevo de la clase no lo hace nada mal

Por delante de Sainz, Lance Stroll y Sergey Sirotkin acabaron dos chicos que no lo están haciendo nada mal. Hablamos de los dos hombres de Force India, Racing Point o como quiera que se llame ahora. Pero lo cierto es que este joven equipo que comenzó el parón veraniego con 0 puntos ya son séptimos en el mundial por delante de Toro Rosso, Williams y Sauber. ¡Y esto en solo dos carreras! Quizá Ferrari debería fijarse en una pareja de pilotos tan contundente como esta. A buen seguro estos hombres habrían sido capaces de batir a Mercedes si contaran con una máquina como la de los de Maranello.

Pero la realidad es bien diferentey el destino de estos ases es más o menos incierto. Perez debería seguir en el equipo de Silverstone presumiblemente, sin opción a lograr algo más que un podio ocasional. Pero la incógnita viene con Ocon. El francés más rápido de la parrilla se verá fuera del equipo cuando Stroll llegue a ocupar su asiento. McLaren y Renault ya le han cerrado la puerta, posiblemente por su vinculación a Mercedes.Los únicos huecos disponibles son Haas  y Williams,  y dada la vinculación de los americanos con Ferrari el equipo de Groove luce como la mejor opción.

Los desafortunados

Monza dejó sin puntos a solamente dos equipos. Estos fueron McLaren y Sauber. Los dos se van del país transalpino con las manos vacías. McLaren ya no sabe ni que hacer, en Woking tienen las miras puestas en 2019. El paquete entero es horrible y la fuga de Fernando Alonso no ayuda. Sainz y Lando Norris son pilotos muy capaces, pero ambos carecen de la experiencia necesaria para reflotar una escudería como esta. No quiero decir con esto que no sean capaces de hacerlo, pero evidentemente les llevará muchísmio tiempo. A día de hoy, los británicos están más perdidos que nunca.

En cuanto a Sauber es evidente que estos no tienen la presión de McLaren. Es un equipo pequeño en plena reestructuración que puede permitirse el lujo de fallar en una carrera. Si bien, siempre es doloroso irte de vacío en la casa de tu principal patrocinador y en un circuito en el que el motor Ferrari debería haber ayudado a alcanzar los puntos. Pero vendrán más carreras.

Dicho todo esto, nadie puede olvidar que el coche más rápido es rojo.

Fotos vía: motorsport.com

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