El primer partido de Copa del Rey dejó finalmente la primera victoria del Córdoba en su estadio. Muchos llevaban esperando este hecho después del mal inicio de temporada, pero lo que no se esperaban era que vendría de la mano del explosivo Andrés Martín, más conocido como Andresito, y de la sorpresa de la noche en el centro del campo, Blati Touré.
Desparpajo, seguridad y liderazgo
«Hay que estar preparado para competir y demostrar lo que uno vale«, comentaba el propio Blati al terminar el encuentro con los medios, y así fue. El mediocentro de Burkina Faso volvía a jugar en el fútbol español y estaba preparado para enseñar lo que no pudo en su día, además de lo aprendido y mejorado en su paso por el fútbol europeo.
El centro del campo, siempre con la asociación de Bambock, fue completamente suyo gracias a su facilidad de zafarse de rivales y encontrar el mejor pase para seguir avanzando en dirección a la portería de Becerra. Más de una exclamación de sorpresa y admiración levantó al encarar a dos rivales haciendo una bicicleta, o saliendo de un apuro en la banda de una forma magistral.
Su juego de ataque no fue todo, ya que en defensa también tuvo su importancia. Tanto en la presión de salida de balón del Nàstic como en las ayudas a Bambock en el centro del campo, Blati siempre estaba ahí para conseguir recuperar más de un balón y salir al contraataque. Algo que llegó a desesperar a sus rivales que solo conseguían detenerlo a base de faltas, cosa que llegó a preocupar a la afición en una entrada antes de su cambio, aunque reconocería más tarde: «Estoy bien, sólo tengo una sobrecarga ya que jugué noventa minutos con la selección«.
Sin lugar a dudas, el Arcángel tiene un nuevo jugador en el centro del campo en el que fijarse a partir de ahora. Nadie sabía de dónde llegaba ni quien era, pero la incorporación de Blati al plantel de Sandoval puede dar muchas alegrías esta temporada si el técnico encuentra la forma de encajarlo en su once inicial.