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Boca derrota a Cruzeiro por la Libertadores con la mente puesta en River

Zárate y Pérez celebran junto al plantel el primer gol de Boca. (Fotografía: Olé).

En un encuentro muy trabajado por parte de los dirigidos por Guillermo Baros Schelotto, Boca supo salir victorioso ante un aguerrido conjunto brasileño que acabó el encuentro con 10 jugadores.

El encuentro comenzó muy trabado en la media cancha, las impresiones en los pases eran constantes y ninguno de los equipos se acercaba al marco rival. La tensión era palpable en una Bombonera que se ha tenido que vestir de gala para una semana trepidante, en donde con tan solo 4 días de diferencia, debe hacer de anfitrión tanto por la Libertadores en búsqueda del pase a las semifinales así como del Superclásico del fútbol argentino (y quizá de toda América) ante su archienemigo; River Plate.

El conjunto del «mellizo» no se asentaba sobre el terreno de juego, impresiones en la salida (sobre todo por parte de su capitán esta noche, Pablo Pérez), daban la sensación por un momento de que la previa al superclásico no sería muy tranquila para los xeneizes. Pero poco a poco Boca empezó a tomar el control del juego y empujar a Cruzeiro hacia su propia área.

Guillermo apostó para este juego con un atrevido esquema de 4-2-3-1, formando un rombo con los 4 jugadores de mayor vocación ofensiva en el planteamiento (Nández, Zárate, Pavón y Benedetto). Boca tuvo en pies de Zárate, tras un buen pase de espaldas de Benedetto, su primera ocasión de gol tras más de un cuarto de hora transcurrido en el encuentro. A partir de ahí el Xeneize siguió insistiendo tímidamente hasta que por fin encontró la respuesta. Tras una segunda jugada que nació después de un tiro de esquina ejecutado desde la zona derecha del ataque local, Pablo Pérez (hasta acá el más criticado por la afición) consiguió colocar un pase filtrado entre dos defensores brasileños para dejar a Mauro Zárate solo frente al portero Fabio y definir de manera excelsa de pie derecho con borde externo y abrir el marcador en la Bombonera.

Con ese gol, los ánimos brasileños se vieron afectados, quienes ya no corrían ni repelían el ataque xeneize con la misma intensidad que en los 36 minutos anteriores al gol de Zárate. Pero esto cambiaría tras la reanudación de la segunda parte. En tan solo tres minutos del segundo tiempo, Cruzeiro se encontró con su jugada más clara de gol (y quizá la que pueda definir el rumbo de la eliminatoria).

Toma de la acción «milagrosa» de Wilmer Barrios para evitar el empate del Cruzeiro.

Robinho se internó en el área de Boca y le alzó la pelota a un Andrada que salió a achicar, pero mientras el jugador brasileño ya se levantaba para celebrar el gol, Wilmer Barrios obró el milagro en la Bombonera tras sacar un tercer pulmón y una tercera pierna de su cuerpo para correr detrás de ese balón y lograr sacarlo con una barrida inaudita en la pura línea de gol cuando nadie más creía que eso fuese posible. El estadio se cayó en aplausos encima del colombiano y el encuentro milagrosamente continuaba 1-0.

El encuentro caería en un encuentro táctico dominado por Boca, ya que a pesar de que era Cruzeiro quien tenía el balón, no lograba llegar al área local, en gran parte a la extraordinaria labor del colombiano Barrios (luego elegido MVP del partido). Adicional, Guillermo sacó a Zárate para colocar a otro colombiano, Sebastián Villa, sobre el costado derecho del ataque de Boca y así explotar las bandas junto a Pavón para incomodar a Cruzeiro a la contra y de paso para bloquear la salida de Egidio, lateral izquierdo brasileño.

El partido transcurría sin mayores sobre saltos, hasta que llegaría la gran polémica de la noche. Tras un tiro de esquina a favor de Cruzeiro, Andrada y Dedé chocaron brutalmente en el aire, siendo el portero de Boca quien se llevaría la peor parte del choque, ya que Dedé chocó de frente su cabeza contra la quijada del guardameta. Una acción totalmente accidental pero que el árbitro paraguayo, Eber Aquino, igualmente decidió sancionar con tarjeta roja al defensor brasileño tras revisar la jugada por medio del VAR. Inexplicable acción del juez central que terminó de mermar las posibilidades brasileñas de buscar el empate.

Momento exacto del choque entre Andrada y Dedé. (Fotografía: Clarín).

Después de esa desafortunada e inexplicable decisión arbitral, Cruzeiro tuvo que replegarse en defensa y Boca empezó a manejar el balón tranquilamente en media cancha. Nuevamente, a base de mucha paciencia y paseo del balón, Boca logró penetrar nuevamente el marco rival. Tras un rechazo en el área luchado por Carlos Tévez, quien entró de cambio, fue el tan criticado Pablo Pérez quien clavó un derechazo imparable al ángulo derecho defendido por Fabio, quien nada pudo hacer ante semejante bombazo y vio el marcador ponerse 2-0 a favor de Boca a los 82 minutos de acción. La Bombonera se venía encima en la celebración y el capitán xeneize conseguiría su redención ante la tribuna de Boca después de una noche en la que erró la gran mayoría de pases que intentó.

Con el encuentro definido, ningún equipo buscó más daño. Boca manejó con comodidad el balón en media cancha y Cruzeiro no salió de su área para no arriesgarse a recibir un gol que hubiese podido definir la eliminatoria desde el partido de ida. Así entonces, la Bombonera se dedicó a empezar a calentar el superclásico contra River a base de cánticos contras su archirival y Guillermo también cambió el chip al realizar cambios para cuidar a sus figuras de cara al vital compromiso del próximo domingo en la misma Bombonera.

La revancha se jugará el jueves 4 de octubre en el estadio Mineirao en Belo Horizonte, Brasil, al ser las 21:45 hora local. Mientras tanto, Cruziero a pensar en el doble enfrentamiento contra Palmeiras en las semifinales de la Copa Brasil y Boca a enfocarse en el Superclásico del próximo domingo ante River Plate.

Periodista: Fabián Arias (@F_Arias94).

Correo: f.arias4894@gmail.com

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