El Athletic agrava la crisis del Barça

Barça y Athletic medían sus fuerzas en una tarde plácida para el fútbol en el Camp Nou con ambos equipos en busca de la senda perdida de la victoria. Este ‘clásico’ de la Liga comenzó con el Athletic atosigando sobre las necesidades del Barça con la conciencia de agrandar la herida producida en Butarque. El equipo azulgrana se vio superado en los primeros compases del choque por la intensidad y la garra que ofrecían los leones, seguros en sus acciones y valientes en la presión. La disposición de Berizzo favorecía los duelos individuales y los jugadores rojiblanco asumían poderosos ese rol, ganando las primeras batallas sobre el terreno. El Barça es un equipo irreconocible durante la última semana y repleto de dudas, síntoma de una desconexión preocupante.

La defensa culé se ha convertido en una inmensa laguna propicia para la pesca rival y allí fue Iñaki Williams, dispuesto a sembrar el pánico en la parroquia azulgrana. Da igual la combinación de centrales que disponga Valverde hasta ahora porque el resultado está siendo el mismo. Los espacios que dejan a su espalda los laterales se convierten en autopistas para jugadores rápidos como Yuri o Susaeta y las inseguridades de Piqué y Lenglet allanan el trabajo a fajadores como Raúl García. Durante el primer cuarto de hora se bailó al ritmo que quería el Athletic de Berizzo mientras que el Barça solo podía respirar en alguna contra aislada. El técnico argentino se lamentaba en la banda de las oportunidades erradas por sus pupilos, especialmente por el veloz Williams que atacaba los espacios detrás de la zaga barcelonista sin ningún temor. Esta superioridad se truncó con la lesión de Íñigo Martínez en el minuto 20 que acumulaba varios minutos renqueante hasta que Nolaskoain le sustituyó.

Tras el paso de los minutos la taquicardia del Barça fue disminuyendo con la mirada atenta de Messi desde el banco. Vidal y Semedo ayudaban con sus labores a que el conjunto local se fuera desperezando con el multiusos Sergi Roberto colaborando en la transición ofensiva, esta vez de mediocentro sustituyendo a Busquets. Coutinho desde lejos y Suárez en dos mano a mano tuvieron la opción de adelantar a su equipo pero ambos se toparon con el eficaz Unai Simón, tan preciso con las manos como con el pie.

Ante la nimia recuperación del Barça, su oponente se mantenía firme sin sentirse inferior, con el incombustible Dani García gobernando el centro. El recorrido que hacían los vascos a petición de su entrenador era enorme, persiguiendo las sombras azulgrana prácticamente por todo el campo. Cuando mejor se disponía el Barça, con Dembélé y Suárez intentando llegar hasta la portería contraria, llegó el estacazo visitante. Un centro tocado con maestría por Susaeta acabó en la bota de De Marcos que entraba solo por el segundo palo y deslizó el esférico a la red. Ter Stegen volvía a encajar en su partido 150 con la camiseta del Barcelona. El alemán ya no puede tapar las insuficiencias defensivas de su equipo, evidenciadas en todos los encuentros de la temporada.

El gol del Athletic al borde del descanso sembró de pánico el césped del Camp Nou, en el mismo estado que su dueño desde hace semanas, como si el juego del Barça y la hierba fueran de la misma mano. No encontraba soluciones el conjunto catalán y desde la grada se miraba hacia el banquillo. Así se llegó al final de la primera parte, con la soga al cuello sobre Valverde y con Messi atándose las botas.

Sin embargo el argentino no fue el primer cambio en la reanudación ya que la inesperada lesión de Sergi Roberto adelantó la entrada al campo de Busquets. Cinco minutos después se incorporó el rosarino cuya única presencia aterró a los zagueros bilbaínos, más atrasados y con menos determinación que en la primera mitad. Con las dos sustituciones el Barça se adueñó del choque y comenzó a parecerse así mismo. Coutinho al palo y Messi a balón parado examinaron la resistencia vasca pero la suerte no se alía con los barcelonistas desde la última semana. Piqué se incorporaba al ataque con su desparpajo característico a la vez que sufría las embestidas de Williams. Otro balón sobre su espalda volvió a dejar en evidencia al central catalán, principal señalado en los recientes tropiezos, y Semedo se convirtió en salvador al rebañarle la pelota al 9 del Athletic cuando se colocaba para disparar.

Con Messi manejando de nuevo las acometidas azulgrana, el cuadro local dispuso de importantes ocasiones para darle la vuelta al marcador. El 10 volvió a estrellar un balón al palo tras una pared con Jordi Alba en el área y ya acumula siete disparos a la madera en lo que va de curso. El ansiado empate llegó otra jugada de Messi que recogió el rechace de su propio disparo para asistir a Munir, colocado en el lugar idóneo en el momento exacto para empujarla a la red. Quedaban seis minutos para empujar al Athletic contra su área e intentar la remontada. En el descuento la tuvo un desacertado Rakitic, muy impreciso durante todo el partido, de nuevo recibiendo un regalo de Messi que lo dejó solo ante Unai.

Volvió a puntuar el Athletic Club en el Camp Nou tras un periplo de catorce años sin hacerlo ante el Barcelona más discutido de los últimos tiempos. Desde el año del Tata Martino no enlazaba el Barça tres partidos sin ganar en Liga y esta vez, además, en apenas una semana. La capacidad de Valverde está más rebatida que nunca y el Tottenham puede tambalear ‘Can Barça’ la próxima semana en Champions. Los de Berizzo sacan un orgulloso punto que les da fuerza para encarar el derbi vasco de la siguiente jornada en San Mamés.

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