Superado el séptimo punto kilométrico de la carrera 2018/2019 de la Liga 1|2|3, Sporting y Oviedo vuelven a presentar dos caras distintas. Los rojiblancos pueden decir, por ahora, que han superado su primera crisis del año. Tras encadenar tres partidos sin ganar volvieron a hacerlo de forma más contundente que el 1-0 frente a la UD Las Palmas puede indicar. Solo la falta de acierto y las paradas del guardameta grancanario evitaron que el resultado fuera mayor.
Más compleja es la situación del Real Oviedo. El equipo de Juan Antonio Anquela sumó su primera derrota lejos del Carlos Tartiere. No fue inferior, al menos no es demasía, el cuadro carbayón a su rival, uno de los conjuntos más en forma actualmente de la categoría de plata. Pero un cúmulo de situaciones, incluídas controvertidas decisiones arbitrales, acabaron suponiendo la segunda derrota de la temporada. Las primeras alarmas se disparan en el entorno azul.
Crisis superada
- A grandes males, grandes remedios: En las últimas jornadas el 4-1-4-1 con el que el Sporting empezó el curso no funcionaba. La producción ofensiva era escasa y frágil. Baraja ideó un cambio, volviendo al 4-2-3-1 que más y mejores resultados le dio el curso pasado, pero sin descuidar un sistema defensivo que sigue engrasado y a pleno rendimiento. Por ello situó a André Sousa junto a Isaac Cofie en mediocampo con Robin Lod por delante. El finés era el encargado, con total libertad, de aportar calidad en los metros finales y lo hizo en la jugada del gol. Pero hasta ese gol, el Sporting estaba atascado y el dominador era el cuadro canario.
- En memoria del padre de Carlos Carmona: Con ese gol el Sporting creció una enormidad. En lo que restó de primer tiempo aún se mostró algo dubitativo. Pero en el segundo lo controló de principio a fin. No sufrió más que la incertidumbre del marcador al vencer solo por un tanto, ya que a pesar de gozar de ocasiones, alguna inmejorable como un penalti, no fue capaz. Una victoria que sirve para homenajear al padre de Carlos Carmona fallecido el pasado viernes. El capitán rojiblanco optó por jugar a pesar del duro golpe personal y todo el equipo pudo dedicarle una victoria. La afición no se olvidó de él y recibió una tremenda ovación cuando fue sustituido en el segundo tiempo.
- Álvaro Jiménez destapó el tarro de las esencias: Hubo que esperar seis partidos para ver lo que justificó la apuesta de Miguel Torrecilla y Rubén Baraja por el extremo cordobés. El pasado sábado el jugador cedido por el Getafe hizo su mejor partido. Gol al margen, Álvaro Jiménez se desgastó en todo tipo de tareas. Ayudó en defensa, oxigenó el juego y aportó profundidad en su carril. Acabó totalmente fundido y pidiendo un cambio que no podía realizarse al haberse agotado. Precisamente esa falta de frescura influyó en que no pudiera irse a casa con un segundo en su cuenta particular en el último minuto de encuentro.
- Baraja sale muy reforzado: Si había alguien que se jugaba mucho en el partido del sábado era Rubén Baraja. El técnico vallisoletano estaba siendo muy cuestionado en las últimas semanas. Cierto que el principal foco de críticas era sobre los partidos lejos de El Molinón-Enrique Castro «Quini». Pero el juego como local, aunque los resultados si llegasen, tampoco convencía. Ayer su apuesta por volver al 4-2-3-1 funcionó y el entrenador rojiblanco gana crédito y tiempo ante sus críticos. Ahora toca confirmarlo a domicilio en el Wanda Metropolitano.
La situación empieza a preocupar
- Nueva derrota en un campo maldito. El Oviedo se va de Alcorcón igual que en los últimos cuatro años. Es decir, de vacío. El cuadro de Juan Antonio Anquela, desde su ascenso a Segunda, siempre ha caído derrotado en Santo Domingo. Y hoy no iba a ser distinto. Pese a entrar mejor en el partido y generar varias ocasiones claras, los asturianos se van de la capital de España derrotados. Una situación que lleva siendo así desde 2013, última ocasión en la que no volvieron de vacío de la Comunidad de Madrid. Pero volviendo a Santo Domingo, el Oviedo vuelve a ser superado por el Alcorcón, que además dejó su puerta a cero. Y es que ese es otro dato que llama la atención. El equipo azul no ha logrado anotar en tres de sus cuatro visitas al feudo alfarero en Segunda.
- La efectividad decantó el choque. No se puede decir que el Oviedo haya jugado mal. Tampoco ha sido un problema de actitud. Simplemente, el Alcorcón se llevó el partido por acertar de cara a puerta. Los alfareros fueron muy efectivos en la parte dearriba, algo que los asturianos no lograron. Y eso que hubo ocasiones para casi todos. Un gran Dani Jiménez y varios errores en la zona decisiva del terreno de juego decantaron la balanza del lado alfarero.
- Alanís, los errores y vuelta de vacío. Anquela introdujo, por primera vez, a Alanís en el once titular. El central mexicano apenas estuvo un cuarto de hora sobre el césped. Su lesión obligó a modificar el centro de la zaga. Nueve minutos después, llegaba el primero de los locales en un error de la zaga carbayona. Situaciones del juego que impiden al Oviedo, una vez más, rascar algo positivo fuera de casa. Primera derrota fuera. Toca pensar en el Albacete y el primer triunfo en el Carlos Tartiere.
- Varias decisiones que condicionan el choque. Como es lógico, no se puede achacar al colegiado la derrota de los azules. Eso sí, hubo un par de acciones, en contra del Oviedo, que se pueden discutir. La primera llega en la falta que origina el segundo gol amarillo. Infracción que solo debió ver el colegiado por otro lado. La segunda, en el gol anulado a Joselu. El trencilla invalidó la acción porque, según él, el balón había salido. Otra jugada que también es muy discutible. Dos acciones clave del encuentro que bien pudieron cambiar el rumbo y resultado del mismo.