La carrera astur | Pk.8: El Tartiere vuelve a rugir; el Sporting no arranca fuera
Victoria del Oviedo, la primera de la temporada en casa, y nueva derrota de los de Baraja lejos de El Molinón
Nuevo fin de semana de competición para Oviedo y Sporting. Recorridos los ocho primeros kilómetros de carrera, los dos equipos asturianos se encuentran luchando por la zona de la tabla. Este fin de semana, ambos han vuelto a ser la cara y la cruz dentro del Principado. En esta ocasión, la moneda ha caído a favor del Oviedo, que por fin logró su primer triunfo en el Carlos Tartiere. Fue ante un Albacete que llegaba a Asturias invicto y se marchó tras ver una de las mejores versiones de los carbayones en lo que va de temporada.
El lado opuesto lo marcó el Sporting. Otra derrota de los de Rubén Baraja lejos de Gijón. De nuevo en un partido donde los rojiblancos cometieron muchos errores y volvieron a ser un equipo, como se suele decir, ‘reservón’. El cuadro sportinguista debe empezar desde ya a hacer buenos los triunfos en El Molinón si quiere estar arriba.
El Oviedo se reencuentra
- Primer triunfo en el Tartiere. A la cuarta fue la vencida. Al Oviedo se le resistía esa primera victoria ante su gente, y ayer, por fin, llegó. Los de Juan Antonio Anquela cuajaron su mejor encuentro de la temporada en el Carlos Tartiere. las sensaciones mostradas en la primera mitad del partido ante el Extremadura se prolongaron los noventa minutos. Algo que el equipo necesitaba después de dos semanas de incertidumbre. La victoria da aire y renueva los ánimos de un vestuario que ya piensa en su visita al Wanda.
- La grada impulsa al Oviedo. Lo veníamos diciendo a lo largo de la semana. El conflicto entre el Fondo Norte y el Real Oviedo parecía haber llegado a su fin, y ayer se demostró. Se acabó el silencio en los minutos iniciales. La grada de animación apretó como siempre y, casualidad o no, el equipo se enchufó desde el primer instante. El Tartiere volvió a ser clave para el equipo. Pese a registrar la entrada más floja de la temporada (12.728 espectadores), todos y cada uno de los presentes animaron sin cesar para llevar al equipo hacia el triunfo. La grada del Tartiere comienza a ser clave, algo importante para el Oviedo.
- Anquela, más de la mitad de los puntos. Juan Antonio Anquela cumplía su partido número cincuenta al frente del Real Oviedo. El preparador jienense se despertó con un bonito vídeo en el que el club le mostraba todo su apoyo a través de varias imágenes tomadas desde su llegada. Pero lo que al técnico le preocupaba era el triunfo. Y se consiguió. A base de trabajo, como a él le gusta. El equipo volvió a acercarse a lo que quiere y el resultado fue muy positivo. La victoria, además, deja a Anquela con unos excelentes números al frente del banquillo oviedista. Ha ganado más de la mitad de los puntos (51,3%).
- Folch y Alfonso, decisivos. Centrocampista y portero fueron los más destacados del Oviedo en el encuentro de ayer. El primero de ellos por volver a demostrar que es indiscutible y, además, hacer del gol del triunfo. Otro recital de cómo debe jugar un pivote. Apretó sin dudar a Febas y Barri cada vez que recibían de espaldas, dio mucho criterio al fútbol ofensivo y siempre fue la primera piedra sobre la que asentar la construcción de juego. Alfonso, por su parte, se vistió de héroe para salvar la victoria. Fue en el minuto 64, en un remate de Zozulya que llevaba la dirección de la red. El meta se estiró y tiró de reflejos para hacer una intervención magistral que volvía a salvar al equipo. y ya van varias esta temporada.
- Regresaron los tres centrales, ¿para quedarse? Es la gran pregunta que muchos se hacen. Todo el oviedismo es conocedor de que Anquela siempre da continuidad a lo que funciona. Y ayer, el sistema de tres centrales volvió a encajar a la perfección. Destacó la gran actuación de Javi Hernández, que debutaba. También las de Diegui y Mossa que siempre salieron fácil por fuera y posibilitaron que Saúl y Bárcenas pudiesen moverse entre líneas. Además, el doble pivote no tuvo esa necesidad de meterse entre centrales, algo que el equipo agradeció.
Vuelta a las andadas
- Sigue la mala imagen a domicilio: Da igual el rival y da igual el estadio al que el Sporting acuda como visitante. Una fecha más el club gijonés ha vuelto a dar unas preocupantes y alarmantes paupérrimas sensaciones a domicilio. Fue superado en juego y en intensidad por un Rayo Majadahonda que, inferior en todo al club asturiano teóricamente, diseñó un plan, lo ejecutó y venció. La afición, cada vez más cansada, se consolaba en torno sarcástico con que, al menos, esta vez el Sporting sí tiró a puerta.
- Un equipo sin patrón de juego ni ideas: Una semana más el sportinguista que ve a su equipo lejos de El Molinón no sabe a qué quiere jugar su equipo. No se ve un equipo que quiera llevar la iniciativa. No se ve un equipo que se parapete defensivamente. Se queda a medias, lo que le hace ser vulnerable en ambas áreas. Si el Sporting acostumbra a ser sólido en defensa, ayer se derrumbó. Cofie, Peybernes y Babin despacharon su peor encuentro con la camiseta rojiblanca. Lo que provocó que el equipo fuese un agujero por el medio. En el lado contrario la situación no es mejor. Van ocho jornadas y ningún delantero del Sporting sabe lo que es marcar un gol.
- Rubén Baraja, el centro de las críticas… El entrenador vallisoletano fue el foco de las críticas de la afición en el Wanda Metropolitano. Se pidió su marcha durante gran parte del segundo tiempo. Pero eso no ocurría por la mala imagen. Tampoco por el mal juego. La afición dijo basta cuando veía las decisiones que el vallisoletano tomaba durante el partido. Los cambios enfurecieron al extremo a la afición. Una afición que ya no duda en tildar a su entrenador de ‘cobarde’ y ‘cagón’ en tonos de lo más despectivo. La relación entre el actual inquilino del banquillo y la grada está, actualmente, rota.
- … pero su puesto no peligra, por ahora: Además las declaraciones del técnico no han ayudado y han enfurecido más aún a la parroquia sportinguista. Algunos jugadores como Babin le quisieron echar un cable asumiendo ellos la culpa de no saber ejecutar el plantemiento dispuesto por el técnico. Pero la posición de Rubén Baraja como entrenador rojiblanco no peligra. Por ahora. Si el sábado frente al Reus el equipo no vence y convence, su continuidad en Gijón podría tener fecha de caducidad.