División Atlántico: en busca del aspirante
La División Atlántico de la NBA alberga a los máximos candidatos a ocupar el trono que LeBron James ha dejado vacante en el Este, dos jóvenes plantillas y un eterno aspirante acompañan a los desenfadados equipos neoyorquinos en una temporada apasionante.
Después de 15 temporadas y más de 1100 partidos el dominador absoluto de la Conferencia Este, LeBron James, decidió cambiar radicalmente de aires. Su incombustible talento será puesto a prueba en un Oeste más salvaje que nunca y en unos Lakers que esperan reverdecer sus épocas más gloriosas. Su marcha deja un considerable vacío de poder en la costa oriental del baloncesto americano, que vira su atención desde una desangelada Central a una pujante División Atlántico.
Al asalto del 18º campeonato
Los Boston Celtics encaran esta temporada con las máximas aspiraciones. Después de haber experimentado una mejora continua con Brad Stevens en el banquillo, los Orgullosos Verdes esperan completar su asalto al título de la NBA esta misma campaña.
Casi todos los analistas y aficionados al baloncesto coinciden en señalar a Boston como el claro favorito a vencer en la Conferencia Este. Es obvio decir que si la pasada campaña, con Hayward lesionado toda la temporada y Kyrie Irving en el dique seco durante todos los playoffs, Boston estuvo a unos minutos de plantarse en la final, es de esperar que este año sean capaces de dominar una conferencia huérfana de estrellas consolidadas. No obstante, a pesar de su imponente plantilla y su profunda rotación, este será el primer año en el que la franquicia de Massachussetts deba llevar el peso del favoritismo sobre sus espaldas, poniendo a prueba su madurez como grupo y el liderazgo de sus estrellas.
Última bala en Toronto
Los Raptors han protagonizado el traspaso bomba del verano, adquiriendo a Kawhi Leonard y Danny Green a cambio de enviar a DeMarr DeRozan y Jacob Poeltl a San Antonio. El terremoto mediático que ha rodeado el movimiento de Masai Ujiri ha desatado no pocas críticas, a la vez que muchas dudas deportivas. Un cambio de cromos que ha supuesto una arriesgada apuesta deportiva y la sensación de «ahora o nunca» en la franquicia canadiense.
Sin embargo, a pesar del ruido del sonado traspaso de estrellas, el cambio de aires comenzaba en los despachos canadienses tras ser vapuleados nuevamente por los Cavs en las semifinales de Conferencia. La primera víctima fue Dwayne Casey, cuyo premio a mejor entrenador de la temporada pasada no fue suficiente para mantener su puesto en la dirección técnica de los Raptors. Luego de cambiar a Casey por Nick Nurse, el traspaso de DeRozan, un ídolo entre la afición de Toronto, en un arriesgado canje por el díscolo Leonard y un sólido tirador como Danny Green, hace presagiar que el Scotiabank Arena permanecerá expectante y alerta ante la evolución de su equipo. Se espera un cambio ganador y cualquier otra cosa puede generar nuevos temblores en el proyecto canadiense.
Jóvenes esperanzas en Filadelfia
Los aficionados de los Sixers volvieron a sonreir y a ilusionarse la pasada campaña. Años de derrotas y de hacer del Trust the process un mantra de autoconvencimiento han comenzado a dar sus frutos en la franquicia de Pennsylvania.
El joven proyecto dirigido por Brett Brown comenzó a mostrar todo su potencial la pasada campaña, con la irrupción de un determinante Embiid y un talentoso Simmons. No obstante, el desafío resultaba aún demasiado para las jóvenes espaldas de estos dos talentosos jugadores, cayendo con claridad ante unos organizados Celtics. Este año se espera que la experiencia acumulada por ambos, sumada al apoyo de Covington o Dario Saric, ayude a crecer un poco más a la franquicia de la Ciudad del Amor Fraternal. Su potencial hace soñar a la sufrida parroquia del Wells Fargo Center con una final de Conferencia o incluso con asaltar el título de la NBA esta misma temporada. Sólo el tiempo dirá si el talento y la madurez se dan la mano antes de tiempo, aunque lo que ya es una realidad es que el proceso se ha convertido en una serio competidor por el título.
Porzingis no es la única esperanza del Madison
Los Knicks afrontan una nueva temporada de reconstrucción de su plantilla. Sin embargo, con Porzingis como estrella y líder en la pista, rodeado de luchadores como Tim Hardaway Jr. y Enes Kanter, y jóvenes talentos con Frank Ntilikina, los aficionados knickerbockers tienen alimento para sus diezmadas ilusiones.
La franquicia por excelencia de la Gran Manzana aspira a seguir construyendo un buen equipo en el futuro, apoyado en la selección de jóvenes promesas como Kevin Knox y Mitchell Robinson. De hecho, el nuevo center de los Knicks es uno de los más firmes candidatos a robo del año en el presente Draft, uno de los más profundos de los últimos tiempos. Además de las realidades y promesas de la franquicia neoyorquina, la incorporación de David Fizdale al banquillo puede otorgarle un aire luchador y sólido que, a parte de mejorar su rendimiento, conectará a las mil maravillas con la peculiar afición de los Knicks.
Crecimiento y diversión en Brooklyn
Al otro lado del icónico puente, la franquicia de los Nets vive sumida en el desarrollo de jóvenes talentos. La evolución de Spencer Dinwiddie y D’Angelo Russell, capaces de imprimir un ritmo de juego muy atractivo para el público de Brooklyn, unida a la presencia de veteranos contrastados como Kenneth Faried y DeMarre Carroll, puede constituir una atractiva y eficaz mezcla de talento.
La continuidad en la labor de banquillo de Kenny Atkinson se antoja fundamental para el crecimiento de una franquicia que aspira a divertir a sus aficionados mientras cimienta un proyecto sólido. Un buen animador de la competición, como demostró la pasada campaña, que puede dar más de una sorpresa en una Conferencia Este muy abierta.
Por tanto, así se presenta la temporada para los cinco equipos de una revivida División Atlántico, de la que se espera que salga nada menos que el campeón del Este y aspirante a derrocar la implacable dictadura de los Warriors.