Décimo fin de semana de torneo liguero para Oviedo y Sporting que alcanzan ya el primer cuarto de temporada esta próxima semana. Ninguno de los dos cayó derrotado, lo cual es positivo, pero dejan lecturas a la vez muy parecidas, pero también muy diferentes. El Real Oviedo venció en un gris partido a un rácano Osasuna que pagó su tacañería en el minuto noventa con el 2-1 que culminaba la remontada azul.
Un empate cosecharon los gijoneses en la visita al Ramón de Carranza. Tras una primera parte que, sin ser excelsa, fue de lo mejor a domicilio de toda la temporada, los de Rubén Baraja volvieron a las andadas en la segunda. Un dejá vù con lo ocurrido pocos días antes en el Wanda Metropolitano en Copa del Rey frente al Rayo Majadahonda. El Sporting se mostró, de nuevo, como un conjunto con transtorno de bipolaridad.
Berjón al rescate
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Vuelta a la defensa de tres centrales. Juan Antonio Anquela daba la respuesta a eso de las tres de la tarde. El Oviedo regresaba al dibujo de tres centrales y dos carrileros. Y, aunque las cosas no empezaron nada bien (gol de Osasuna nada más comenzar), los carbayones supieron levantarse y levantar el encuentro. Convenció Javi Hernández, del que hablaremos más abajo. Y, aunque la remontada llegó con dos puntas sobre el césped, el jienense podría repetir dibujo la semana que viene.
- Con Saúl hay fiesta. Si la semana pasada decíamos que al Oviedo le había pesado el mal día de Berjón, en esta hay que contar todo lo contrario. No fue su mejor partido con la zamarra azul, pero volvió a ser determinante. En el juego ofensivo, intentando y aportando cosas distintas y, sobre todo, convirtiendo un golazo en el último suspiro para salvar un ‘match ball‘ crucial. Los carbayones necesitaban una victoria para coger aire, y el ‘10‘ volvió a comandar la nave asturiana.
- Mejor con dos delanteros. La decisión llegó tras el descanso. Anquela decidía ir a por todas y quitaba a Forlín para introducir a Ibra en el terreno de juego. El senegalés cambió radicalmente al equipo. Los azules comenzaron a jugar sobre él, y el punta desplegó todo su repertorio. Bajó balones, los aguantó y provocó que el Oviedo pudiese asentar su posesión en campo contrario. Además, junto a Joselu, lograron fijar a los dos centrales y obligar a Osasuna a dar un paso hacia atrás. Con dos delanteros, los de Juan Antonio Anquela son más peligrosos, tienen más llegada y, sobre todo, más gol.
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Javi Hernández volvió a brillar. El joven central volvió a ser la nota positiva del Real Oviedo. A sus 20 años demostró tener la madurez necesaria para volver a ser uno de los mejores de su equipo. Volvió a actuar en el lado izquierdo en la línea de centrales. Estuvo tranquilo con el balón, dando criterio a todas las salidas y encontrando con facilidad a Mossa y Saúl Berjón. Sin él, el futbolista mostró todas sus cualidades. Rápido, contundente e imponente. Ya es una de las opciones reales.
Una de cal y otra de arena
- Primera parte esperanzadora: Saltó el Sporting al Ramón de Carranza con valentía. Los de Rubén Baraja, sin ejercer un dominio intenso, fueron mejores que el Cádiz en el primer tiempo. El cuadro gaditano, plagado de bajas, solo inquietó a los rojiblancos a balón parado. El dispositivo defensivo del Sporting funcionó en esta ocasión como un buen reloj suizo. Funcionaron los marcajes, las ayudas y las coberturas. Incluso se sacaba la pelota jugada desde atrás con relativo acierto, aunque luego en ataque no se lograse precisar. Carmona, Álvaro Jiménez y Djurdjevic dispusieron de buenas opciones para anotar, volviendo a dejar patente la pelea con el gol que tiene el cuadro rojiblanco.
- La mala suerte de Uros Djurdjevic: Lo del delantero serbio y su gafe con el gol da para estudio. Ayer volvió a fajarse con toda la defensa gaditana y se le vio muy participativo en el primer tiempo. Fue un dolor de muelas para la defensa cadista y llegó a hacer un gol completamente legal. Pero el asistente de Soto Grado se lo anuló por un fuera de juego inexistente. Fue una jugada en la que también hubo un posible penalti por mano, pero tampoco se concedió. Sigue sin llegar el gol para el delantero balcánico y ya son nueve jornadas sin hacerlo. Además, volvió a ser sustituido por Baraja en el segundo tiempo.
- Un auténtico tostón en la segunda: Todo lo que no se vio en el primer tiempo se vio en el segundo. El Sporting mostró su peor cara. La cobarde; la rácana; la conformista… Desde la salida de vestuarios el club gijonés dio a entender que le valía el punto. Y en su defensa se afanó con relativo buen tino y acierto. No pasó apenas apuros en defensa ante un Cádiz con graves problemas de producción ofensiva. Pero es que en ataque no se acercó al área contraria hasta los minutos finales. Eso sí, supo terminar el partido en terreno rival y provocar dos buenas intervenciones del cancerbero amarillo que le impidieron llevarse el partido.
- Mariño y Cifuentes, salvadores: En el Ramón de Carranza no hubo muchas ocasiones. Pero las que hubo si fueron lo suficientemente claras para que algún hubiese podido subir al marcador. Pero un Cádiz-Sporting garantiza uno de los mejores duelos de porteros que pueden verse en LaLiga 1|2|3. Mariño contra Cifuentes. Tanto el gallego como el madrileño dejaron una de esas paradas imposibles para negarles el gol a Garrido y a André Sousa respectivamente. No fueron las únicas, ya que ambos mostraron una sensación de seguridad absoluta cuando se les requirió intervenir.