La buena actuación de las Yamaha oficiales en el GP de Tailandia hacia presagiar un fin de semana esperanzado y tranquilo en Japón. La consigna era no tirar las campanas al vuelo, pero el mensaje era que se avanzaba por el buen camino. El viernes empezó bien, con Viñales y Rossi a poca distancia de la cabeza, aunque con una pista no en las mejores condiciones. Tras la inútil sesión de libres 2 en agua, las nubes desaparecieron del cielo de Japón, pero se instalaron dentro del box del Yamaha Movistar. En los libres 3 del sábado ya se empezó a gestar el enfado, con Zarco a milésimas de Dovizioso y las Yamaha oficiales en medio del pelotón.
Llegó la clasificación y se confirmó el pronóstico: las Yamaha azules iban regular y la negra satélite como un cohete, al menos en time attack. Y Viñales no se mordió la lengua: “Es fácil saber por qué va más rápido, porque lleva otro motor, distinto. Un motor que cuando lo probé me gustó, en la pretemporada también lo llevé y me siguió gustando. Pero al final tuvimos que ir con este motor (el de 2018) y ahora lo estamos pagando”. Lo sorprendente es que realizó estas declaraciones a una cadena italiana y es que la central de Yamaha Factory Racing está en Italia desde el año 2002. El mensaje no podía ser más directo.
Para terminar de encrespar los ánimos, Valentino dijo ante los medios que sí, que se había reunido en Japón con los directivos de Yamaha, pero que «no sabía si el mensaje había llegado, en Yamaha nunca lo sabes«. Rossi había transmitido más prudencia a su llegada a Japón. Y es que la experiencia es un grado. Y dijo que estaba menos emocionado que su compañero de equipo con las mejoras de Tailandia y que había que esperar a ver si estas eran una realidad también en Japón.
Rossi: “Tailandia fue una sorpresa, y ahora hemos vuelto a nuestra realidad. De todas formas, estamos un poco mejor que en Aragón o Misano”
Nuevos problemas, misma situación
Y es que ahora el problema parece ser que a la moto le cuesta entrar en curva, lo que provoca que haya que alargar la frenada y se hagan más metros. Situación que no se daba en Tailandia, donde hicieron muchos cambios en el reparto de pesos y lograron un gran equilibrio en la moto que llevó a Viñales al podio y a Rossi a la cuarta plaza.
Viñales: “No tengo ni idea de lo que quiere demostrar Yamaha, lo que tenemos que encontrar es un método de trabajo mejor y, sobre todo, ser más constantes. En el FP4 tuvimos un ritmo que hoy me hubiera llevado al podio, y en carrera no lo he podido tener ni de lejos, estaba a medio segundo. Hay que ver por qué falla eso y mejorar todas las áreas”,
La carrera no fue buena, Rossi acabó cuarto de nuevo, pero gracias a las caídas de Iannone, Dovizioso y hasta Miller que aunque cuando se cayó iba por detrás de Rossi, estaba luchando con él toda la carrera. Viñales protagonizó una pésima salida y estuvo luchando en el medio del pelotón toda la carrera. El séptimo puesto, que podría haber sido un décimo sin las caídas, fue realmente frustrante y borró el optimismo ganado en tierras tailandesas.
La situación se repite, en unas declaraciones un piloto lo achaca al motor, al reparto de pesos al día siguiente o el otro a la electrónica. No sabemos desde fuera si hay un guion y se está trabajando en una dirección que permita enderezar un rumbo que ya lleva dos años torcido. Pero la realidad es que la imagen que han transmitido de nuevo en este GP de Japón no es la más tranquilizadora para los seguidores de la marca de Iwata.
Seguiremos esperando.
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Fotos: motogp.com