El empate de ayer sin goles frente al Córdoba sigue desbordando la paciencia del sportinguismo. El hecho de realizar el peor partido de la temporada como local ante un Córdoba que mereció mucho más y el hartazgo de la afición que estalló por segundo partido consecutivo en El Molinón-Enrique Castro «Quini», no ha sido suficiente para que en el club rojiblanco se tomen medidas sobre el entrenador.
Una inacción que eleva el enfado en la afición rojiblanca. Ésta no quiere a Baraja como su entrenador y ayer estalló apuntando más arriba; hacia la propiedad. Volvieron las pañoladas y los cánticos contra un palco que delega todas las decisiones deportivas a Miguel Torrecilla. El director deportivo no parece estar por la labor de destituir a Rubén Baraja. Parece dispuesto a darle más crédito aunque el equipo de partido a partido la sensación de conformismo e involución; en vez de ambición y evolución. El vallisoletano que en sus ruedas de prensa sigue convencido de que con su método y trabajo sacará la situación adelante.
Todo ello enfurece hasta a límites que no se veía hace años a la afición rojiblanca. La ruptura con el técnico es total, no de ahora, sino de hace semanas. Y la situación, sino lo ha sobrepasado ya, se acerca irremediablemente a un fatídico punto sin retorno de brecha social absoluta entre afición y equipo. Y eso solo puede suponer una temporada aciaga que, al margen de no cumplir los éxitos deportivos, tendrá consecuencias en las temporadas siguientes. Cabe recordar que el Sporting sobrepasa holgadamente los 23.000 abonados. Esa ruptura supondrá que esa cifra se verá muy mermada en campañas de abonados siguientes.
La afición no puede más
Ayer ya se vio una primera muestra en el encuentro. Apenas 16.200 espectadores, la asistencia más baja de público desde la campaña 2014/2015. Incluso con el equipo ya descendido en la campaña 2016/2017 frente al Real Betis, hubo más espectadores.
Y esa tensión se ha visto hoy en el entrenamiento del primer equipo en la Escuela de Fútbol de Mareo. Un aficionado increpó duramente a un Rubén Baraja que previamente al entrenamiento de hoy habiá mantenido una charla con la plantilla. Fue un momento de alta tensión en la que Canella y Molinero tuvieron que ir a calmar las aguas con el miembro de la afición allí presente.
El Sporting regresará el lunes a los entrenamientos para afrontar una nueva semana con doble compromiso. El primero, el jueves a las 12:00 horas en Copa del Rey frente al Eibar. Será en El Molinón, donde la afición que asista es de esperar vuelva a mostrar su disconformidad con el vallisoletano y con el palco.