La carrera astur | Pk.11: El Oviedo repite errores y el Sporting no reacciona
Los carbayones caen en el descuento frente al colista penalizados de nuevo por los errores defensivos tras un aceptable partido, mientras que los rojiblancos siguen aburriendo y enfadando a una afición enfadada que eleva sus protestas más allá del terreno de juego
Undécimo kilómetro de la carrera de LaLiga 1|2|3 para Oviedo y Sporting que supone haber superado el primer cuarto de competición. Una parte de la competición en la que ninguno de los dos podrá estar contento y más esta última cota en la que ambos cosecharon resultados muy decepcionantes.
El Real Oviedo cayó en el último minuto frente al colista, el Nástic, que fue inferior durante gran parte del encuentro al cuadro azul. Pero los catalanes supieron penalizar de nuevo los errores defensivos, sobre todo de nuevo a balón parado, del cuadro de Juan Antonio Anquela. No mejor está la cosa por Gijón. El Sporting fue incapaz de sumar más de un punto, y gracias, frente al Córdoba en El Molinón. El cuadro blanquiverde llegaba sin haber sumado a domicilio y habiendo encajado trece goles en cuatro partidos. Los de Rubén Baraja apenas inquietaron la portería de un cuadro cordobés que no se llevó el triunfo por su falta de acierto.
Nueva decepción a domicilio
- Lo esperado. Juan Antonio Anquela dispuso de inicio el mismo once que salió al césped ante Osasuna. No hubo ninguna novedad. Con Forlín, Javi Hernández y Chirstian en la línea de tres centrales, Mossa y Diegui en los carriles, Folch y Tejera por dentro y Saúl, Yoel y Joselu en la parte ofensiva. El Oviedo entró bien al partido. Supo llevar el peso durante muchos minutos, tuvo el balón y dispuso de ocasiones. Pero los errores, una vez más, volvieron a condenar a un equipo que se quedó con 10 por la expulsión de Folch.
- Lo mismo de siempre. O mejor dicho, de casi siempre. El balón parado. Las acciones de estrategia. Esas que daban alegrías no hace mucho y ahora traen penas. Los carbayones se volvieron de vacío de Tarragona después de encajar otro gol a balón parado. Y ya van varios. Tantos que han costado muchos puntos, los cuales se reflejan, claramente, en la situación que el equipo vive en la tabla. Como se suele decir, dónde estaría el equipo sin encajar estos tantos…
- El descuento da y quita. Por tercera semana consecutiva, el Real Oviedo volvió a ver como el marcador se movía en el tiempo de descuento. En el Wanda lo hizo en contra, con un tanto que dejaba helados a los azules. La semana pasada, la balanza se inclinó del lado azul. Un tanto magistral de Berjón dio los tres puntos a los carbayones. Y esta semana, al igual que en Madrid, otra acción a balón parado condenaba a los azules e inclinaba la balanza a favor de su rival.
- Ibra se estrenó. Fue la noticia positiva del encuentro. El delantero carbayón, que venía dejando muy buenas sensaciones, saltó al césped y logró empatar el partido. Al igual que ante Osasuna, el atacante revolucionó el partido. El punta aprovechó un rechace tras un remate al larguero de Forlín para hacer el empate. Un gol que dio alas al Oviedo y le animó a irse a buscar el partido. Finalmente no pudo ser, pero ibra parece estar despegando. Algo que el equipo acabará agradeciendo.
Una situación insostenible
- Encefalograma plano. El Sporting fue dominado durante casi la totalidad del partido por el Córdoba. Esta vez ni las individualidades de jugadores como Carmona, Robin Lod o Álvaro Jiménez aparecieron. Solo una volea imposible del finés -que mientras en Gijón desaparece con su selección brilla con luz propia- que se fue al larguero llevó el ¡uy! a las gradas. El encuentro acabó sin goles gracias a la candidez ofensiva del Córdoba y la buena actuación de la pareja Álex Pérez–Babin (única buena conclusión que se puede extraer del encuentro). Solo eso privó al cuadro cordobés de llevarse tres puntos. Porque el Sporting, actualmente, aburre a las piedras.
- Rubén Baraja, don erre que erre. El vallisoletano, quiera o no, es muy responsable de esta situación. No solo con sus decisiones, manteniendo un centro del campo que desde hace tres jornadas se demuestra no funciona. Si no simplemente porque el Sporting es un equipo mal trabajado y se observa en tres aspectos claves: presión, contragolpe y posesión. No ejecuta bien la presión. No sabe contragolpear con espacios. Y tampoco sabe atacar en estático; pues se atasca constantemente cuando tiene el balón. En rueda de prensa, a pesar de los bochornos en el 105×65 y que la afición pide su cese de todas las formas humanamente posibles, afirmó que se ve con fuerzas para seguir y que esto lo cambia una victoria. Algo que solo ve él.
- Fractura social y crispación por las nubes. El partido en el campo fue bochornoso y en las gradas eso no hizo más que aumentar la crispación. Rubén Baraja fue abucheado y pitado casi constantemente. Además. El dato escalofriante es que los poco más de 16.200 espectadores del pasado viernes son la peor entrada en el municipal gijonés desde Septiembre de 2014. Y da igual el temporal de frío o lluvia, porque la afición rojiblanca ha dado muestras pasadas de que eso no le frena. Lo que sí le frena es el sopor futbolístico que protagoniza su equipo.
- ¿Semana de ultimátum? El Sporting afronta ahora una semana con doble compromiso. El jueves, en El Molinón, recibirá al Eibar en Copa; y el domingo viajará a Almería. El cuadro armero, con el que regresará Sergio Álvarez, tampoco pasa por un buen momento. Pero el momento de crisis sin paliativos del Sporting le hace, además de la diferencia de categoría, muy favorito. La situación con la grada es irreconducible con Baraja a los mandos. Aunque él se vea con fuerzas para intentar cambiarlo, solo Miguel Torrecilla parece querer darle más tiempo. Pero ese tiempo no puede ser indefinido. Todo apunta a que o hay reacción esta semana frente a armeros y almerienses o el relevo en el banquillo estaría muy próximo.