Max Verstappen ganó el Gran Premio de México en el circuito de los Hermanos Rodríguez, pero no copará las portadas que se recuerden históricamente de esta carrera. Irán a parar en Lewis Hamilton, que se llevó su quinto título mundial de Fórmula 1. Se consolida como algo más de una leyenda. Iguala así a Juan Manuel Fangio y se coloca a dos entorchados de Michael Schumacher.
Lewis Hamilton y Juan Manuel Fangio
Es extraño comenzar un análisis por el cuarto clasificado en una carrera, pero esta ocasión lo merece. Lewis Hamilton consiguió un nuevo hito, se hizo con su quinto título mundial. El piloto de Mercedes consolida su dominio como el piloto más dominante de la última década y se coloca en el segundo puesto en la clasificación histórica. Empata con uno de las leyendas, Juan Manuel Fangio, y se coloca a dos campeonatos de Schumacher. Y da la casualidad que el inglés supera las estadísticas del alemán, cuando el entonces piloto de Ferrari sumó su quinto campeonato.
Este éxito también supone que la etiqueta de leyenda sea totalmente merecida. Es criticado porque Mercedes tiene dominio sobre el resto, pero ¿qué piloto no ha tenido una máquina puntera para ser campeón? Además, esta temporada ha sabido vencer y desquiciar a una Scuderia Ferrari con mejores armas. En este 2018, el niño que ponía en aprietos a Fernando Alonso en 2008 se ha convertido en uno de los mejores de la historia.
MAXico
El otro gran protagonista del Gran Premio de México es Max Verstappen. El neerlandés ganó por segundo año consecutivo en el Hermanos Rodríguez y suma su quinta victoria en Fórmula 1. Con un dominio aplastante y siendo el mejor piloto del fin de semana. Se le escapó la Pole Position, pero con una gran salida y un ritmo constante pudo cerrar la primera plaza. Su segundo triunfo en 2018 genera una reflexión sobre donde estaría su límite si Red Bull tuviese la fiabilidad de Mercedes.
La desesperación mexicana
La otra cara de la moneda en la fábrica austriaca fue Daniel Ricciardo. Logró una primera posición en parrilla con una vuelta estratosférica, pero cuando marchaba en segunda plaza los problemas volvieron. Su Red Bull sufrió un nuevo incidente mecánico y el australiano se quedó tirado. El octavo abandono en esta temporada y una desesperación patente. Al terminar llegó a comentar que no quería correr las dos últimas carreras.
Tampoco fue el fin de semana para los pilotos de habla hispana. Fernando Alonso no pasó de las primeras cinco vueltas, al no poder solventar el daño mecánico provocado en un toque con Esteban Ocon. Por su parte, Carlos Sainz también tuvo fallos en su Renault. Por último, el local Sergio «Checo» Pérez no pudo brindar un gran resultado a su afición debido a un nuevo fallo en su vehículo.
Mejor suerte corrieron en Ferrari. Por fin suman un buen fin de semana, aunque no es suficiente para poder evitar que Lewis Hamilton sea campeón. Fueron de menos a más, y sumaron una segunda y tercera posición. Mantienen vivo el Mundial de Constructores, aunque todo el mundo sabe que el fracaso en el de pilotos marcará la valoración de la temporada.
En definitiva, el Gran Premio de México deja a un campeón del mundo. Lewis Hamilton y su entrada en el Olimpo. Iguala con el mítico Fangio y tiene en el punto de mira a Michael Schumacher. La pregunta que debe hacerse es si le conseguirán parar o su dinastía llegará a ser la mejor de todos los tiempos.
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