Este fin de semana en Phillip Island ha vuelto a suceder: un piloto descartado, Álvaro Bautista, que se ha tenido que buscar un hueco en SBK, ha dejado en entredicho a la dirección de Ducati en su controvertida elección de pilotos para 2019. En Japón quedó cuarto, la mejor Ducati, sacándole medio segundo por vuelta a Danilo Petrucci. Y los que creían que era una casualidad, han visto como Bautista lo ha vuelto a hacer: otra vez cuarto, a sólo cuatro segundos de la cabeza. La gesta hay que entenderla en su justa medida: Bautista corre con una moto muy diferente en reparto de pesos, motor y cambio como es la GP17. Con una ergonomía adaptada a un piloto como Jorge Lorenzo. Sin realizar ningún entrenamiento privado para adaptarse a la moto. Veni, Vidi, Vici.
Pero retrocedamos hasta febrero. Ducati, anunciaba que su equipo satélite, el Alma Pramac, en el que ellos mandan y deciden a quien se ficha, había firmado un contrato para promocionar a Bagnaia a MotoGP en el 2019. El bueno de Pecco está realizando una magnífica temporada, marchando al frente de la clasificación de Moto2 a 36 puntos de Oliveira, pero en febrero, con la temporada por comenzar, extrañó la pronta decisión sobre un piloto con hasta entonces discretos resultados en su etapa de Moto3 y Moto2. Además, Ducati no suele correr riesgos y es la primera vez que apuesta por un rookie para su estructura satélite.
Con la confirmación de Bagnaia, Miller y Petrucci se miraban con desconfianza. Ninguno de los dos tenía contrato firmado y sabían que al menos uno de los dos, tendría que partir a otro equipo. Arrancó la temporada y ninguno de los pilotos oficiales Ducati consiguieron grandes resultados. Dovizioso en Francia hizo su segundo cero consecutivo y Lorenzo aún no había encontrado lo que fuera que encontrase en Italia y que le llevó a los puestos de cabeza. Petrucci firmó un segundo puesto, y sumado a sus regulares resultados de medio del pelotón, le colocaron como quinta moto del mundial y primera Ducati. Y como los directivos de Ducati no han aprendido aún que el campeonato cuando pisa Europa cambia completamente, anunciaron la no renovación de Lorenzo, el paso de Petrucci al equipo oficial y la renovación de Miller en el Alma Pramac.
Han pasado muchas carreras desde entonces y el panorama es completamente diferente. Lorenzo lleva las mismas victorias que Dovizioso, pero con un rendimiento, hasta la caída de Aragón, muy superior desde que pisaron Italia en primavera. Petrucci, en su línea: pastando por el medio del pelotón y sin una sola victoria en siete años en el campeonato, los dos últimos con la misma moto que los pilotos oficiales. Miller, sin encontrar el sitio, haciendo grandes actuaciones en agua, pero sin resultados homogéneos. Al menos el año que viene tendrá la misma moto que los oficiales. ¿Y Dovizioso? Pues si el año pasado no pudo con Márquez a pesar de que la GP17 era mucho mejor moto que la RCV213 2017, pues este año, que están casi al mismo nivel, ha perdido el campeonato tres carreras antes. Le pese a quien le pese, el bueno de Dovizioso no es un campeón de la madera de Rossi, Stoner, Lorenzo ó Márquez. Cada uno de ellos tiene un estilo y personalidad diferentes, pero en común tienen esa agresividad por la lucha hasta el último centímetro que le falta a Dovizioso.
Resumamos la situación: El piloto estrella, Dovizioso, con brillo intermitente, cada vez se le ve menos como el posible sucesor de Stoner como campeón con Ducati. Lorenzo, el denostado, en Honda el año que viene, con muchas posibilidades de que en cuanto se adapte a la moto (y le será mucho más fácil viniendo de la Ducati), es posible que esté de forma habitual por delante de Dovizioso y las Ducati. Petrucci, un piloto sin brillo, se ve superado por un suplente como Bautista de forma apabullante, y no se ha podido ni igualar a los resultados de Lorenzo, al que sustituye. Y Miller, pues es Miller. Cuando llueva ganará, se caerá el doble de veces que su compañero y terminará entre el 5-10 según circuitos.
Ducati ha tenido grandes pilotos con malas motos. Y ahora tiene una gran moto con pilotos mediocres. Destruyeron a Valentino Rossi, que renació en Yamaha. Ahora, le ha pasado lo mismo a Lorenzo, con la diferencia de que él ya ha demostrado que puede ir rápido con esta moto… pero ya había sido despedido.
Gigi Dall’Igna ha puesto en juego la mejor moto, pero no le escucharon con Lorenzo. Domenicalli tomó una decisión no con la cabeza, si no con el estómago. Y ahora al final de la temporada, tiene la constatación de que una buena moto, necesita un buen piloto como Bautista para estar arriba. El propio Petrucci ya apuntó hace unas semanas que posiblemente Ducati estuvieses arrepentida de del cambio de Lorenzo por él.
Álvaro, nos harás disfrutar este año con la nueva y explosiva Panigale V4 en SBK. Tras el primer año de puesta de largo de la nueva montura, queremos que el título vuelva a hablar español.
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Fotos: motogp.com