Ha sido un fin de semana muy intenso para el equipo Mercedes. El deseado quinto título de Hamilton por fin llegó. Ellos preferían haberlo conseguido en USA, uno de sus principales mercados y el único GP del año que recibe difusión completa. Pero la polémica por los neumáticos que comenzó en Austin no ha bajado, si no más bien al revés. Tras la extraña decisión de Mercedes de no montar su sistema de refrigeración de neumáticos a través de canalizaciones de aire en las llantas, los coches alemanes sufrieron problemas de blistering en sus ruedas traseras. En este GP de México sin embargo, han sufrido problemas de graining en las ruedas delanteras. ¿Tienen relación ambas situaciones?
Recordemos primero que significa uno y otro término. El blistering es uno de los problemas más temidos por los equipos. Aparece cuando los neumáticos se sobrecalientan y empiezan a degradarse desde dentro hacia afuera. En el interior aparecen ampollas y la rueda pierde rendimiento rápidamente. Es un problema que no se puede solventar una vez aparecido, el interior ya está degradado y la única solución es cambiarlo. Exteriormente se aprecia por que aparecen bandas estrechas longitudinales, que son como brechas desde el interior del neumático hasta la banda de rodadura exterior.
Por el contrario el graining aparece en circunstancias opuestas. Se produce cuando los neumáticos no son capaces de trabajar adecuadamente, normalmente por una combinación entre el agarre de la pista y la temperatura. Tiende a aparecer más cuando la temperatura del asfalto es baja y la pista está muy «verde», es decir, con poca goma de rodadas anteriores. Aunque el efecto es parecido al blistering, hay notables diferencias: si las circunstancias cambian, puede desaparecer al ser un problema superficial. Además se produce en bandas muy anchas e incluso en la totalidad de la superficie del neumático.
Como vemos, son dos problemas muy diferentes y que sin embargo han afectado a Mercedes en dos GP consecutivos. Totto Wolf, team manager de Mercedes niega que haya relación entre ellos y se limita a decir que están trabajando en entender el problema.
En cualquier caso, Mercedes volvió a pedir una clarificación sobre el manido tema de los agujeros de las llantas en este GP de México y los comisarios técnicos volvieron a dar la razón a Mercedes y a la FIA. Entienden que el propósito es enfriar los neumáticos y que el tamaño de los agujeros limita el alcance aerodinámico. Pero queda un flanco abierto, ya que los comisarios del GP de México se negaron a analizar si el invento de Mercedes infringía el artículo 3.8 del reglamento técnico. Simplemente señalaron que «la aclaración y aceptación por parte de la FIA se limita a la parte presentada por Mercedes en su petición a la FIA, mientras que las opciones de diseño alternativas tendrán que ser consideradas por separado». Es decir, da la razón al departamento técnico de la FIA y les deja la patata caliente de futuras reclamaciones por parte de Ferrari o de diseños alternativos que pueda presentar Mercedes.
Vettel: «Al final no fuimos suficientemente buenos»
Fue un fin de semana duro para los Ferrari. Deportivamente se demostraron superiores a los Mercedes casi todo el fin de semana, aunque también sufrieron blistering en sus neumáticos pero en menor medida. Pero ese hecho quedó empañado al verse superados por unos arrolladores Red Bull desde el viernes al domingo. La consecución del quinto título de pilotos por parte de Hamilton enfrió aun más los ánimos del equipo y de los pilotos. Eso fue especialmente visible en el caso de Vettel, que reconoció que fue un fin de semana duro: «Siendo sincero, en esta carrera ya no pensaba mucho en el título. Pero es un momento horrible. Pones mucho trabajo e incluso aunque lo veas venir, como fue el caso, no prestas mucha atención a las cuentas, te aferras a esa posibilidad todo el tiempo que puedes».
En medio de la entrevista a Hamilton al final de la carrera, este salió corriendo y se abrazó a Vettel, en un emotivo momento. Preguntado por las palabras que se cruzaron en ese momento, el germano respondió: “No recuerdo bien lo que hablamos. Vino y me dijo que me necesitaba para pelear el próximo año. Yo lo felicité por ser un gran competidor. Fue una muestra de caballerosidad, y él condujo muy bien el día de hoy”. Un gesto muy deportivo pero que no acalla las voces que sobretodo desde Italia cuestionan la idoneidad de Vettel como piloto titular de la Scudería. Sus recurrentes errores le han puesto en la picota y muchos dudan de que pueda devolver a Ferrari el preciado título de pilotos que se les escapa desde el 2007. Las esperanzas el año que viene, decisivo para su futuro, están en manos de Leclerc, el piloto monegasco que será su compañero de equipo y que tan buenas actuaciones ha firmado esta temporada a los mandos del Sauber.
Red Bull te da alas… si te llamas Max
La cara y la cruz del día: el octavo abandono de Ricciardo y la quinta victoria de Verstappen. La decepción de Ricciardo era monumental: “Odio mi coche. Estoy harto. No sé si quiero correr las dos últimas carreras. Soy muy positivo, pero solo puedo serlo durante un tiempo limitado. Mi cariño por este coche está decreciendo rápidamente. No es frustración, es desesperación. No le veo sentido a venir a correr los domingos, no le veo sentido a participar en las dos próximas carreras. No soy supersticioso ni nada de eso, pero el coche está maldito. Pasan cosas que no entiendo. Que lo pilote Gasly, porque yo estoy harto”, repetía el australiano.
En el otro extremo estaba Verstappen, que con una tremenda superioridad sobre sus rivales, sólo fallaba ante Ricciardo el sábado en clasificación, por 26 milésimas, lo que le provocó un tremendo enfado. Pero el domingo se pudo resarcir con una magnífica salida, conducción y estrategia que le llevó a controlar la carrera de principio a fin. Sus seguidores por todo el mundo se preguntan dónde estaría Verstappen si el motor del Red Bull fuera de Ferrari o Mercedes y no un descafeinado Renault. El año que viene, motorizados por Honda, puede ser su gran año. Ó no…
A los motores Renault les faltó el aire
Claros y oscuros en la actuación de Renault este fin de semana. Todos sufrieron la baja densidad del aire por un GP celebrado a 2.200 metros de altitud. Pero en el caso del motor Renault, lo podríamos casi calificar de asfixia. Tres de los seis coches equipados con la motorización gala no acabaron la carrera: Sainz, Alonso y Ricciardo. La estadística es demoledora. A cambio, Sainz y Hulkenberg firmaron un magnífico fin de semana y se colocaron con firmeza como lo que ya se ha denominado «los primeros de los mortales» es decir, los que no son Mercedes, Ferrari o Red Bull. Aprovecharon el pésimo fin de semana de Haas y Force India y se mantuvieron en sexta y séptima posición hasta que el motor de Sainz dijo Basta. Por cierto un gran fin de semana del Español que fue superior a Hulkenberg de viernes a domingo.
En defensa de los franceses hay que decir que el abandono de Alonso vino provocado por un trozo del coche de Ocón que se incrustó en el radiador derecho del McLaren, accidente en el que nada tuvo que ver Alonso, que se encontró las piezas volando en su camino. Su compañero pudo meterse en los puntos, algo insólito y que les ayuda a intentar mantener su posición en el campeonato de constructores.
En resumen, seguimos con la polémica de los neumáticos de Mercedes, Ferrari que no sabe que hacer para ganar el año que viene y Red Bull que afronta los GP que quedan como un trámite hasta el año que viene, que esperan sea su gran año motorizados por Honda.
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Fotos: f1.com