Buscando al mejor Guedes
Gonçalo Guedes explotó al mejor nivel la temporada pasada. Esta había de ser la de su consagración pero por unas razones o por otras, no acaba de arrancar.
Gonçalo Guedes es la principal apuesta deportiva y económica del proyecto 2018/19 del Valencia CF. La inversión realizada por la entidad de Mestalla fue cercana a los 50m de euros. La apuesta deportiva era evidente cuando se esperó hasta última hora para poder hacerse con sus servicios. Su buena temporada pasada, aunque algo irregular, enamoró a los técnicos valencianistas. Marcelino vio en él la manera de des bordar las defensas contrarias. Velocidad de vértigo, regate con ambas piernas y buena definición. Era imposible que el negocio saliera mal.
Motivos ajenos
Lo tardío de su incorporación, su paso por el mundial en periodo estival y las lesiones están impidiendo ver al mejor Gonçalo. El tira y afloja con el PSG para su contratación se hizo demasiado largo y su pretemporada no fue la más ortodoxa posible. No lo fue en lo físico, ni en lo táctico ni en lo técnico. Como tantos otros jugadores, su falta de descanso mental tras un Mundial también afectó a su rendimiento. No le salían las cosas como en la temporada pasada y se le notaba preocupado e irritado consigo mismo. Cuando el estrés, la ansiedad y los nervios se apoderan de un jugador, suelen aparecer las lesiones. Y así fue con Guedes. Una lesión en el aductor, privó al técnico asturiano de su jugador más desequilibrante durante 25 días. En toda la temporada pasada no faltó más allá de 30.
Gonçalo, como el propio Valencia, tiene en sí mismo a su peor enemigo. Sabe lo importante que es para su club, lo mucho que han apostado por él. Es consciente que se compara su rendimiento con el del año pasado y que está muy distante de aquel. Marcelino lo dosificó buscando su mejor rendimiento pero cuando se empezaba a vislumbrar este, la lesión en el aductor le truncó el ritmo.
Motivos propios
Otro de los factores que están influyendo en su menor rendimiento es el táctico. Tras un mal inicio de temporada, Marcelino rearmó al equipo desde una presión en bloque bajo. Esto alejó al extremo luso de la portería contraria, con lo que su velocidad perdía peligrosidad de cara al marco rival. Los robos de los blanquinegros se producen más lejos del gol y sus carreras son más improductivas. Uno de sus principales asistentes el ejercicio anterior fue Rodrigo, otro jugador con cansancio acumulado. Sus pases al espacio han desaparecido y el ex del Benfica lo echa de menos. Sus ayudas defensivas también han menguado y eso influye a nivel colectivo. Menos robos, menos contraataques, menos posibilidades de lucimiento.
Foto destacada vía: es.onefootball.com
@VicentSarrion