Con un mal inicio del año, River llegaba al primer desafío de este torneo con tres derrotas oficiales en el año, un partido ganado y otro empatado. Para colmo, el rival no era un equipo del montón, sino el poderoso Flamengo y en el mítico Estadio Nilton Santos, aunque sin público.
El equipo de Marcelo Gallardo siempre fue corriendo de atrás y no mostró un gran fútbol. Respiró profundo gracias a los uruguayos, Rodrigo Mora y Camilo Mayada, quienes se encargaron de empatar las dos veces que su equipo estuvo abajo en el marcador y dieron vuelta la historia.
La historia se complicó, cuando en el segundo partido, ante su gente, el equipo argentino conseguiría otro aburrido empate, esta vez frente a Independiente Santa Fe y empezaba a hacer cuentas, pese a que otros resultados lo ayudaban a no desesperarse.
Su primera victoria la consiguió en la siempre difícil altura ecuatoriana, cuando superó a Emelec por la mínima diferencia con gol de Javier Pinola, ya con un presente mejorado respecto al inicio del 2018. Una semana más tarde, recibió al mismo rival en el Monumental y lo venció por 2-1 con la aparición de Lucas Pratto en la red y una delicadeza de Gonzalo Martínez.
Ya con muchísima más tranquilidad y primero del grupo, llegó a Colombia para derrotar a Santa Fe con otro gol del Oso Pratto para confirmar su pasaje a la próxima instancia, no sin antes empatar nuevamente frente a Flamengo en Argentina, para cerrar la fase de grupos.
Lo más difícil llegaba. La fase eliminatoria. Para colmo su primer rival era un viejo conocido: Racing Club. Con una ida aburrida, donde la Academia fue más dominante que River, la preocupación para el Muñeco Gallardo llegó por la expulsión de su referente en la mitad de cancha, Leonardo Ponzio.
De todas maneras se las ingenió para parar a Enzo Pérez en la vuelta y darle una paliza futbolística a los dirigidos por Eduardo Coudet y ganarle por 3-0 con goles de Pratto, Exequiel Palacios y Rafael Santos Borré.
Parece que el destino quiso que Avellaneda sea el “destino final” de La Banda, porque en cuartos se acercaba Independiente. En aquella ciudad bonaerense, la suerte estuvo del lado visitante y gracias a los reiterados disparos a los palos y una atajada inolvidable de Franco Armani, consiguió permanecer 0-0.
En la vuelta, River se puso en ventaja con la anotación de Ignacio Scocco aprovechando la falta de eficacia en los ataques del Rojo y su poderío ofensivo cuando contraataca. Un error defensivo tuvo a la entidad de Gallardo afuera del certamen por unos cuantos minutos después del gol de Silvio Romero.
Sin embargo, esto no fue obstáculo y Juan Fernando Quintero y Rafa Borré supieron darle el triunfo definitivo a su equipo por 3-1 y avanzaron a las semifinales de la Copa Libertadores de América.
También fue una copa plagada de polémicas para River Plate, ya que fue denunciado dos veces ante el Tribunal de Disciplina de la CONMEBOL para que sea eliminado por escritorio, pero en ambas oportunidades fueron rechazadas.
La primera fue después de la serie ante Racing, cuando estos advirtieron que Bruno Zuculini estaba en la lista estando suspendido. De todas formas, se liberó del “pecado” porque la CONMEBOL no le había avisado al equipo de Núñez que estaba suspendido cuando pasó el expediente con todos los jugadores que no podían jugar. Después la segunda vez fue contra Gremio, cuando estos los delataron por la actitud de Gallardo durante la vuelta, cuando bajó al vestuario estando suspendido.
En definitiva, el sábado será la primera final en la Bombonera ante el rival de toda la vida, Boca Juniors. Sin lugar a dudas el partido más importante de la historia de ambas instituciones en el ámbito local y del Fútbol Argentino en general.
Escrito por @CHBSports