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ANÁLISIS | Derbi de urgencias

Sábado. 20:45. En el Tartiere. No hay ningún asturiano que no tenga estos tres conceptos en la cabeza. Los ojos del Principado se irán al feudo carbayón para presenciar el primer derbi de la temporada. Bien sea en directo, en un bar, por la radio o en solo en casa. Ya sea en Asturias, en el resto de España o incluso fuera de nuestras fronteras. Todos los asturianos tendrán su mirada en lo que acontezca en el Oviedo-Sporting. Un encuentro, que a diferencia de lo que se podría pensar, se antoja decisivo. Lo primero para los entrenadores,  como hemos explicado. Lo segundo, para los propios equipos, que miran más cerca el descenso que la zona noble ¿Por qué? Ahora lo explicamos.

Una situación inesperada

El Real Oviedo arrancaba la temporada con la mayor de las ilusiones. El proyecto convenció desde el primer momento, y rápidamente se ganó a la grada. La temporada, en el césped, arrancaba con una exhibición futbolística ante el Extremadura, al menos en la primera mitad. En el segundo acto, los carbayones bajaron su rendimiento y los visitantes igualaron el choque a balón parado, uno de los grandes lastres de este equipo, ya que ha encajado siete goles de este modo.

Y tras el encuentro llegaron los primeros sudores. Había que afrontar dos encuentros fuera. Pese a ello, en ambos partidos, el equipo mostró que podría ser un serio candidato al ascenso. Victoria en Córdoba y empate ante el Cádiz. Las cosas no iban nada mal. Pero todo cambió a la semana siguiente. Visita del Zaragoza y 0-4. Un mal encuentro que pareció ser un desliz, ya que a la semana siguiente, los carbayones volvieron a ganar a domicilio. Esta vez en Lugo, por 0-2.

El Oviedo logró uno de sus triunfos más solventes en el Anxo Carro (Foto: El Progreso)

Pese a conseguir buenos números a domicilio, al equipo le costaba arrancar en el tartiere. Prueba de ello volvió a ser el empate ante el Elche a la semana siguiente (1-1) donde se volvieron a ir dos puntos en el balón parado. Tampoco le fue bien al equipo en Alcorcón. Cayó por 2-0 y aparecieron las primeras críticas. Una situación a la que el equipo supo sobreponerse con una gran victoria ante el Albacete en casa (1-0). Era el primer y deseado triunfo de la temporada en el Tartiere.

A la semana siguiente, los azules visitaron el Wanda acompañados de miles de seguidores. La cosa no fue bien. Derrota en el descuento por 1-0. El gol es de esos que hace daño, aunque el fútbol se la devolvió, ya que el Oviedo ganaría a Osasuna, a la semana siguiente, gracias a un golazo de Berjón también en el tiempo añadido. Tras la victoria, el equipo no ha enlazado buenos resultados. De hecho, de los últimos nueve puntos en juego, los de Juan Antonio Anquela han sacado uno. Derrotas ante Nástic (2-1) y Deportivo (4-0) y empate frente al Mallorca en casa (1-1).

Por tanto, el equipo llega al derbi sumido en un entorno de crisis. Los resultados y el juego desplegado no son los esperados por los seguidores. Los azules se encuentran tres puntos por encima de la zona de descenso, y el derbi podría ser ese partido que revierta la situación. Ganar al eterno rival siempre supone un chute de autoestima, y el Oviedo necesita volver a mirar hacia arriba. Además, como hemos dicho, el encuentro podría ser decisivo para el futuro de Juan Antonio Anquela en el banquillo azul.

Un Sporting a la deriva

Si hubiera una palabra que define la temporada del Sporting hasta ahora es decepción. El verano comenzaba con mucho escepticismo. Hombres clave el curso pasado como Jony, Michael Santos o Rubén García entre otros abandonaban la entidad. Se preveía, como así fue, una profunda remodelación en una plantilla que además perdió a uno de los baluartes, al menos, para la afición, como fue Sergio Álvarez. El avilesino no desoyó el interés del Eibar e instó al club a cumplir una vieja promesa accediendo a negociar su marcha.

Pero a pesar de esas duras partidas, la dirección deportiva fue poco a poco construyendo un equipo más a medida del que sería su entrenador: Rubén Baraja. Recurrió en su mayoría al mercado extranjero, con el componente de incógnita que eso supone. Pero en su mayoría la trayectoria de los jugadores que llegaban daban pie al optimismo, o como mínimo, a esperar un tiempo prudencial antes de omitir juicios.

El empate inicial en Alcorcón donde se acudió con hasta diez bajas fue dado por bueno a pesar del flojo encuentro despachado precisamente por eso. Se trataba de una plantilla aún por rematar y para más problemas con muchas bajas. El mismo pretexto se esgrimió para las victorias como local frente a Nástic y Extremadura. Dos triunfos que fueron justos, pero que dejaban dudas. La derrota en Riazor en un encuentro donde no se disparó a puerta encendió las primeras alarmas, que se duplicaron tras no pasar del empate frente al Numancia y volver a caer en un pésimo partido en Pamplona.

Frente a la UD Las Palmas, el Sporting realizó su mejor partido de la temporada (Foto: Real Sporting)

La victoria frente a Las Palmas en el primer, de verdad, encuentro solvente del cuadro rojiblanco, calmó las aguas. Pero sería por poco tiempo. Pues hasta hoy en día esa es la última victoria del Sporting en liga. Tras ese encuentro llegó la visita al Wanda Metropolitano donde el Sporting despachó un mal encuentro. No se corrigió la línea frente a un Reus ultra conservador que no se llevó los tres puntos de Gijón por un gol de Carmona en el añadido. Tampoco se hizo en Cádiz, ni contra el Córdoba en casa en el peor partido de la temporada, ni después en Almería. Tampoco en la última jornada frente al Málaga en el que otro gol del balear en el añadido salvó un punto y, posiblemente, la cabeza de un cuestionadísimo Rubén Baraja.

Cierto que en varios encuentros al Sporting le ha faltado lo que Baraja llama «suerte arbitral» y que el Sporting, con el manido y famoso VAR, tendría hoy en día varios puntos más. Pero las excusas ya no sirven. Unas excusas que el técnico vallisoletano empieza a repetir mientras se agarra a su puesto. Tampoco ha calmado el papel del club rojiblanco en la Copa del Rey donde está en dieciseisavos y con una notable ventaja frente al Eibar que le podría colocar en octavos dentro de unas semanas.

Será, por tanto, un derbi al que ninguno acude ni mucho menos como esperaba. Si no que debido a la situación actual de ambos, será un derbi en el que sumar se convierte también en urgencia.

Imagen destacada: as.com

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