El Oviedo fulmina al Sporting en 15 intensos minutos
El Oviedo inició el partido muy metido en apenas 15 minutos puso un 2-0 en el marcador que el Sporting no pudo remontar salvo por un penati que recortó distancias
La RAE definde derbi como: Encuentro, por lo común futbolístico, entre dos equipos cuyos seguidores mantienen constante rivalidad, casi siempre por motivos regionales o localistas. En el caso del Oviedo-Sporting, esa rivalidad es máxima y los derbi son partidos que todos quieren jugar y, sobre todo, ganar. En esa ocasión, ninguno de los dos equipos llegaba en su mejor momento y los dos banquillos vivían una revalida por lo que la expectación, presión e importancia del partido era máxima.
Un partido importante que no puedo empezar peor para el Sporting.En el 2′, se lesionó Isma Cerro. Se tiró al suelo y pidió el cambio. Trató de robarle el esférico a un contrario y se hizo daño en la acción. Como se suele decir, las desgracias nunca vienen solas, y a la lesión se unión un tempranero gol de los carbayones para el disfrute de la afición local. Balón colgado al área que fue cabeceado en varias ocasiones y que terminó rematando Ibrahim de chilena para batir a Mariño.
Con el gol a favor, se vino arriba el conjunto azulón que apretaba o en busca del segundo gol cuando todavía no se había llegado el minuto diez. Necesitaba el Sporting para el partido o se le iba a ir de las manos, como así fue. En el 11′, tuvo el Oviedo otra ocasión clara. Error defensivo de la zaga rojiblanco que no se entendió, Saúl falló al picar el balón y el balón se marchó a córner.
El empuje local no tardó en dar sus frutos con el segundo tanto en el 14′. Falta colgada al corazón del área que remata Alanís de cabeza para poner el 2-0 antes de que se cumpliese el primer cuarto de hora. Como un vendabal salió el Oviedo ante un Sporting que no estaba en el Tartiere. Tocaba, tocaba y tocaba el conjunto local. Su rival sufría sobre el campo, muchos fallos en la retaguardia del equipo entrenado por Baraja. Un Baraja que pedía tranquilidad a sus jugadores que en busca de la remontada se precipitaban.
El Sporting se mostraba muy errático. No lograba finalizar las jugadas.Todo lo contrario que su rival que si salió enchufado y en dos jugadas de estrategia puso el partido muy de cara. Los rojiblancos intentaban reaccionar pero sufrían mucho cuando el Oviedo tenía el balón. Los de Baraja se volcaron más en ataque, pero los locales estaban cerrando bien atrás y no les permitían ninguna ocasión de reducir la distancia.
A pesar de apretar más en el tramo final de la primera mitad, el Sporting no exigió a Champagne que no pasó apuros. Ninguna ocasión clara de los rojiblancos, mientras los azulones jugaban con la calma que da un 2-0 en el marcador. Descanso en el Tartiere tras una primera mitad de claro color azulón ante un Sporting flojo en defensa y sin ideas en ataque.
Ya en la segunda mitad, continuó el Sporting sin tener peligro en ataque. Los estaba haciendo bien el Oviedo presionando y no dejando tener continuidad. Los rojiblancos ganaron metros pero no generaban peligro, mientras que atrás seguían mostrando flaqueza y algún error derivó en ocasiones ovetenses para poner el tercero.
Sufría el Sporting. El Oviedo estaba pillando a los de Baraja al contraataque. Los visitantes, por detrás en el marcador, estaban volcado en ataque y dejaban muchos huecos.No le gustaba al público visitante lo que estaba viendo de su equipo que no estaba generando nada. Se oían gritos de «José Alberto, José Alberto» desde el sector de la grada que ocupan los seguidores rojiblancos como ya ocurriese la pasada jornada en El Molinón.
El árbitro pedía calma a los jugadores. Se sucedían las entradas y casi no se estaba viendo fútbol. En el 69′, se marchó rozando el larguero el disparo de Neftali, que parecía que había tocado en la pierna de algún jugador azul, pero el colegiado tinerfeño decretó saque de puerta.
En el 73′ un penalti metió al Sporting en el partido. Djurdjevic cayó en el área del Oviedo derribado por Forlín y la pena máxima la meterializó Carmona acortando distancias para vivir el tramo final del partido. El planteamiento de Anquela en la segunda parte con la clara ventaja en el marcador podía pasarle factura en el tramo final del encuentro.
El gol aumentó el nivel de nervios y tensión sobre el terreno de juego. En el 82′ salvó el tercero Mariño. Volvió a fallar la defensa rojiblanca dejando rematar solo a Johannesson. Paró el cancerbero con una gran estirada. El guardameta rojiblanco metió una mano providencial para sacar el remate de cabeza de Diegui, que se iba a la cepa del poste.
Los nervios de los últimos minutos provocaban continuos enfrentamientos. Uno de esos llegó cuando se quejaba Carmona de una posible falta de Mossa dentro del área. No señaló nada el colegiado. Cuatro minutos de añadido para sentenciar uno, o buscar la remontada épica el otro. No sucedió ni una cosa ni la otra, solo tensión total y constantes piques. El derbi era para el Oviedo en un partido que no fue brillante para ninguno de los y en el que las jugadas a balón parado en un inicio intento de los locales les valió para imponerse a un inoperante Sporting.