En LaLiga 1|2|3 hay toda clase de equipos. Existen los que consiguen ser constantes y se mantienen a salvo temporada tras temporada como puede ser el Oviedo. Están los que, tras malas temporadas, consiguen echarse arriba como el Alcorcón o el Huesca la pasada campaña. Y por último están los que se la juegan cada temporada en la zona baja de la clasificación como el Córdoba.
¿Un pozo del que es imposible salir?
Hace prácticamente un año, los cordobesistas vivían una situación que nadie quiere vivir. Su club se hundía poco a poco en la clasificación, viendo como los goles rivales y las derrotas se iban acumulando, e incluso se aproximaba el cambio de técnico. La situación era insostenible y jornadas más tarde incluso empeoraría.
Una temporada más tarde, con la llegada de Curro Torres al banquillo ya hecha, el Córdoba vuelve a estar en la misma situación que estuvo hace un año. Tras quince jornadas cumplidas, el conjunto blanquiverde vuelve a acumular solamente once puntos en su casillero aunque esta vez con menos derrotas que por aquel entonces. Además, el equipo sigue atribuyéndose el calificativo de más goleado de la categoría con 32 tantos en contra, cuatro más que en 2017.
Los datos son los que son y parece que por tierras califales no saben cómo encauzar una temporada buena un año más. Atrás quedaron aquellas temporadas donde los blanquiverdes luchaban en la zona media/alta de la tabla para intentar darle una alegría a los suyos. Tal vez haya una diferencia entre la pasada temporada y esta, y es que en ésta el equipo parece tener un tipo de juego definido, independientemente del entrenador que haya en el banquillo, pero aún les queda dar un paso a los jugadores cordobesistas si no quieren acercarse a lo que consiguieron salvar la pasada campaña.