La jornada para Oviedo y Sporting puede y debe considerarse positiva. Los carbayones solventaron con un punto, más o menos justo, su visita al Estadio de Gran Canaria donde se midieron a un rival directo. Hubo fases del encuentro donde los azules fueron hasta muy superiores a su rival, pero éste también les generó un buen puñado de dificultades. Tercera semana consecutiva sin perder y todo a pesar del elevado número de bajas.
Por su parte el Sporting logró su segunda victoria consecutiva tras derrotar al CD Tenerife en El Molinón Enrique-Castro «Quini». No fue el mejor partido de los rojiblancos, pero de nuevo el técnico dejó su impronta de valentía en su equipo. Cuando vio que su equipo se atascaba realizó una variación que fue clave para llevarse el encuentro. Sufrió, eso sí, ante un rival que vendió cara la derrota y que le demostró al cuadro rojiblanco que aún tiene mucho que mejorar.
Punto al trabajo
- De más a menos. El Oviedo disputó una primera parte sensacional. Los azules fueron muy superiores a su rival en todas las fases del juego. Con y sin balón. Apretando muy arriba, llegando ayudas a todas las partes del campo, creando y generando en todas las jugadas superioridades. Un esfuerzo que provocó que la posesión fuese para los carbayones, que ni mucho menos se pusieron nerviosos. El equipo de Juan Antonio Anquela creó varias ocasiones claras para irse con ventaja al descanso, pero la suerte no estuvo de su lado. En la segunda mitad, el Oviedo estuvo peor. El cansancio y un arreón de Las Palmas echaron a los carbayones hacia atrás. Pese a ello, el tramo final del encuentro volvió a ser azul.
- Los cambios más acertados. Muchas veces se critica a Anquela por los cambios. Que si son muy tarde, que si descompensan al equipo. Pero pocas se escucha decir que el jienense acierta, y no cuesta nada. Por eso desde aquí decimos que en el día de ayer, el preparador azul acertó. La entrada de Carlos Martínez trajo consigo más estabilidad. Los atacantes locales ya no cogían la espalda tan fácilmente en el carril diestro. Además, la estrada de Toché dio al equipo aire en la parte de arriba, lo cual permitió salir de atrás. Anquela acertó en los cambios.
- La polémica. El Oviedo volvió a verse inmerso en la polémica. Los azules pidieron dos penaltis en el área canaria, el segundo de ellos muy claro, y se quedaron con uno menos por la expulsión de Christian. Decisiones que no dejaron satisfecha a la entidad carbayona. El colegiado volvió a ser protagonista, y otra vez en contra del Oviedo.
- El Oviedo sigue sumando. No fue de tres, pero el punto deja a los azules satisfechos. Lo primero porque plantaron cara a uno de los gallitos de la categoría y en su estadio. Lo segundo, porque ya son tres jornadas consecutivas sumando. Y eso es lo que cuenta. Los azules continúan su escalada a la zona noble de la tabla. Es verdad que pudieron volar los tres puntos hacia Asturias, pero el punto no sabe nada mal.
Un debut soñado
- Salida en tromba: El Molinón ansiaba como agua de Mayo el regreso del equipo a su estadio tras la victoria en Granada. El equipo no decepcionó a los más de 19.000 espectadores y salió en tromba. Tuvo dos buenas ocasiones en el inicio, aunque con el paso de los minutos, el Sporting dio muestras de atasco. Eso lo aprovechó su rival que acabó mejor que él, aunque sin generar ocasiones, el primer tiempo. Pero el objetivo lo hizo, que fue enganchar a su público. Se recuperó en parte la sintonía del equipo con la grada que por momentos, volvieron a ser uno.
- El cambio que decidió el partido: Ya a finales de la primera parte se vio que el Tenerife estaba siendo mejor y se confirmó al inicio de la segunda. Jose Alberto López lo vio y no tardó en cambiar las cosas. Introdujo un doble cambio en menos de diez minutos desde el descanso y varió a su equipo. Del 4-3-3 que no lograba inquietar al cuadro chicharrero, paso al 4-4-2. Un cambio agresivo, valiente, que le dio mucha más presencia en campo contrario, a pesar de perder la parcela central.
- ‘Pique’ de golazos: Con ese juego más directo, el Sporting ganó muchos metros. Blackman como hiciese en Granada volvió a ser un hombre de difícil cobertura para la defensa tinerfeña. Tuvo un papel menor, que a su vez importante en ambos goles. El primero forzando el córner que acabó con el remate de tijera de Babin en un auténtico golazo. Y minutos después en el 2-0, oxigenando la jugada con un envío de banda a banda previo al centro de Cordero y posterior chilena de Djurdjevic. Central francés y ariete serbio -que por fin rompió su sequía- se enzarzaron en una competición de quién metía el mejor gol. Pero ambos fueron claves para la victoria
- Mucho margen de mejora: El rival reaccionó rápido al 2-0 con el 2-1 que les metía en el partido. Eso obligó al Sporting a sufrir, porque con el cambio de esquema dejó muy desguarnecida esa parcela central que fue de total control visitante. Aun así Cristian Salvador y André Sousa se mostraron solidarios y batalladores, multiplicándose incluso cuando fue necesario. A pesar de ese dominio, Mariño solo tuvo que intervenir en dos ocasiones. De estas situaciones el Sporting debe crecer, algo que el propio técnico dijo en su comparecencia ante los medios de comunicación.