Al día de hoy, pocos recuerdan que la Superfinal de la Copa CONMEBOL Libertadores se trata de un partido de fútbol. Entre tantas idas y vueltas y temas políticos y de seguridad entre medio, las miradas ya no están enfocadas en la pelota.
Esto se puede ver reflejado en cualquier programa deportivo, ya sea de televisión o radio, ya que en las últimas tres semanas todo fue hablar sobre si el partido definitorio se debía jugar, donde se debía llevarlo a cabo, con o sin público, o quien tenía que renunciar después del escándalo.
Sin lugar a dudas, la pelota se vio manchada de sangre hace ya un buen tiempo dentro del fútbol argentino, pero parece que esta fue la gota que rebalsó el vaso y que movilizó a todo el ente del fútbol sudamericano, al gobierno del país albiceleste y hasta al propio Gianni Infantino, presidente de FIFA, que presenció en el lugar de los hechos todo lo que ocurrió en el fatídico 24 del mes pasado.
Poco a poco, este capítulo comienza a cerrar las grietas que lo vinculan con algo policial y vuelve a ser un tema deportivo. Las ansias en los fans de River Plate y Boca Juniors vuelven a formar parte de su vida diaria y no los dejan ni siquiera dormir. Pese a esto, en el club que debería efectuar la localía en el partido de vuelta siente una profunda cólera, ya que siente ridícula la decisión de jugar el partido en el Estadio Santiago Bernabéu de España.
Sumado a esto, el hincha del equipo “Millonario” se siente frustrado, ya que pagó mucho por las entradas y por la pasión que describe al fútbol argentino y el sentimiento que tienen los de aquel país por dicho deporte no quieren el dinero de vuelta. Sí, leyeron bien, el fan aceptará la plata que le corresponde por haber adquirido el ticket para ver un partido que no llegó, pero el verdadero hincha de River desea profundamente que la situación se revierta y ver el partido en el Monumental con la gente que ya es como familia, al igual que sucede en cada cancha del país sudamericano.
Esto se vio reflejado en lo que pasó el domingo pasado, en el encuentro por la Superliga Argentina entre el equipo de Marcelo Gallardo y Gimnasia y Esgrima de La Plata, cuando todo el estadio entonó canciones en contra de la barra brava, ese grupo violento que lucra a su beneficio con el club y que poco le interesa el fútbol o los sentimientos por el equipo. Además, cuando los hooligans argentinos intentaban cantar canciones, eran rápidamente bloqueados por los hinchas locales que comenzaban a contradecirlos con diferentes letras que apoyaban al club.
Esto parece una historia sin fin en el fútbol argentino. Lamentablemente este redactor como argentino se quedó sin esperanzas. Mucho tiene que ver por la importancia y el rol que se le da al barra brava en la sociedad, que es utilizado por los políticos para vitorear cuando están en un acto, especialmente cuando llegan años de elecciones, como el siguiente. Cuando una persona de tan alto nivel tiene a su poder a un grupo de violentos, pocas son las cosas que se pueden hacer
Lo que ya nadie se acuerda es que el próximo domingo 9 de diciembre a las 17 horas (hora argentina), un equipo trepará a la cima del mundo y levantara la Copa Libertadores de América, en un estadio español, por más descabellado que parezca.
Escrito por @CHBSports