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¿Dónde está el Valencia del año pasado?

vía: valenciacf.com

La temporada pasada inició un proyecto serio después de unos años difíciles e irregulares para la afición valencianista. Se había asentado un proyecto colocando una base sólida. Marcelino García Toral como entrenador dirigió al club hacía el lugar que merece, la Champions League. Sin embargo, este año las cosas han cambiado y el equipo no gana. 3 victorias en Liga tras 15 encuentros y eliminados de la máxima competición europea a nivel de clubes en la primera ronda. Y esto se debe a diferentes motivos.

Pesos pesados

Los jugadores importantes del equipo ya no rinden. Ninguno de ellos se acerca ni siquiera a la sombra del jugador que deslumbró el año pasado. Algunos incluso, han perdido el puesto de titular. Ezequiel Garay es uno de ellos. Cuando juega, se nota, pero de cada 3-4 partidos, se pierde por lesión otros 2-3. El umbral del dolor lo tiene por los suelos y sin continuidad no puede ser el líder de la zaga.

Geoffrey Kondogbia ha dejado de ser “el pulpo”. El Kondogbia del año pasado no aparece por Valencia. Eso unido a que Coquelin está a un nivel espectacular, ha dejado a Kondogbia en el banquillo. Además, las varias lesiones que ha sufrido y los largos viajes a jugar con la República Centroafricana que no le han permitido estar todavía al 100 %.

Parejo y Rodrigo, más de lo mismo. El delantero, que todo lo que tocaba el año pasado lo convertía en gol, ha vuelto a perder la puntería y recuerda al Rodrigo de los primeros años. El capitán, siempre discutido, ha perdido la poca sangre que le quedaba en el cuerpo y se le ve muchas veces descentrado en el partido, errando pases fáciles para jugadores de su calidad.

Gonçalo Guedes sigue viviendo de la primera vuelta del año pasado. Ni en la segunda vuelta de la campaña pasada ni el inicio de esta han servido para demostrar que los más de 40 millones que se han gastado por él, no los está demostrando en el campo. Además, el portugués tiene una lesión que arrastra varias semanas, pero no se ha decantado aún por la operación.

Fichajes

El club ha realizado la mayor inversión en fichajes de toda su historia. Todos al gusto de Marcelino. Wass, Diakhaby, Piccini, Gameiro, Batshuayi y Cheryshev, más los de Guedes y Kondogbia no han rendido como se esperaba de ellos. Batshuayi y Gameiro aún están buscándose, Piccini, con lesión de por medio, ha mostrado un nivel inferior al que se esperaba de él, siendo superado por Wass en el lateral derecho. El danés que ha convertido la necesidad en virtud y se ha adueñado del lateral derecho. Cheryshev, entre lesión y lesión, los ratos que juega, no lo hace mal, pero no acaba de convencer.

El único que, cuando juega, cumple es Diakhaby. El chaval de 21 años ya ha demostrado que tiene las cualidades necesarias par ser un gran central en el futuro y ha cogido los galones necesarios en su primer año en Valencia.

Marcelino

El míster se ha visto superado en todas las facetas. Si bien el año pasado se convirtió en un ídolo para la afición, este año ya empieza a ser cuestionado hasta por la cúspide del club. Poco crédito le queda ya del año pasado. No ha sabido reaccionar ante la mala racha del club y no ha leído bien los partidos. Si a esto le sumamos que es un entrenador testarudo, finalmente, las ideas que le llevaron a la Champions son las que le están matando. No cambia de esquema ni por castigo y la afición se empieza a cansar de siempre lo mismo. Al equipo le faltan ideas y no parece haber luz al final del túnel.

Además, no ha sabido recuperar a los jugadores que lo necesitaban. El año pasado mató a Murillo y este, ha acabado de rematarlo hasta el punto de que el cafetero ha preguntado precio para su salida del club. Otro de ellos es Lato. El lateral canterano que venía para competir por el puesto con Gayà ha disputado 1 encuentro en liga y se ha visto relevado a turnar banquillo y grada, por lo que la progresión se está viendo cortada.

A estos se les suma Ferrán. El chaval de Foios subió al primer equipo con la aspiración de contar con minutos e incluso se rechazó una cesión desde la Real Sociedad. Sin embargo, las apariciones del extremo diestro se han visto muy reducidas y, en la mayoría de los encuentros, juega los últimos minutos.

Esta situación empieza a ser límite para el club, que se encuentra bastante hipotecado y con un gran número de deudas. El dinero que se gana en el césped no hace falta ganarlo vendiendo jugadores y, a este paso, va a tocar vender varios de ellos.

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