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Fernando, lo mejor no estaba por llegar

Fernando Alonso celebra el título conseguido en 2006. Vía: @fernandoalo_oficial

Qué lejos queda el día de tu debut o ese “toma, toma, toma” de Brasil en 2005. Aquellos años dorados, en los que nadie podía parar a la marea azul, llegarían a su fin de manera precipitada. Dieron paso a una etapa gris  en Mclaren e irregular en Renault, en la que tu talento superaba al rendimiento del monoplaza. Lo demostraste con grandes actuaciones con las que recordabas que seguías siendo de los mejores.

Todo al rojo ¿Una apuesta segura?

La esperanza se apoderó de todos cuando llegaste a Maranello. Volvimos a recobrar la ilusión y ya soñábamos con volver a verte campeón del mundo. Todo estaba a tu favor pero volvió a aparecer Renault. Esta vez para ser el muro que te impidió lograr tu tercer entorchado en una oscura noche en Abu Dhabi.

Fernando no pudo adelantar a Petrov. Mientras veía como se le escapaba el tercer mundial. Vía: as.com

Fue un golpe duro del que supiste rehacerte para volver con más fuerza si cabe al año siguiente. Sin embargo tuviste que esperar otra temporada más para volver a tener la que ha sido hasta hoy la última oportunidad de ganar tu tercer mundial. Ver ese Red Bull en contra dirección nos hizo soñar con un nuevo mundial que finalmente se escapó. De nuevo, todo estaba a tu favor pero el destino quiso que fueran Vettel y su indestructible Red Bull, los vencedores de aquella batalla.

Apostar por Ferrari parecía una apuesta segura. Una escudería histórica, con el mejor palmarés de la Fórmula 1, que debía ganar sí o sí. Pero la historia fue bien distinta. Llegaste para presenciar la peor etapa de la scudería. Una etapa de malos resultados y múltiples cambios para buscar el camino correcto, que aún hoy continúa. La apuesta segura se convirtió en arriesgada, en un fracaso.

Las segundas partes nunca fueron buenas. Esta no fue una excepción.

De nuevo un proyecto ilusionante y ambicioso te conquistó. Todo estaba planeado para que la asociación Mclaren-Honda triunfase como antaño. Pero otra vez salió todo mal. Te encontraste con un equipo sumido en una crisis de resultados y con un motorista que no encontraba las soluciones para hacer funcionar su unidad de potencia. Han sido años difíciles que han hecho que la esperanza por ganar en el Gran Circo se apague.

Alonso trata de empujar su monoplaza hasta el pit lane durante la clasificación del GP de Hungría. Vía: eurosport.es

Ese domingo en Abu Dhabi pusiste final a una etapa complicada pero has dado paso a otra mucho más ilusionante. Como una bombilla que se funde, tu interés por la Fórmula 1 se ha apagado. Pero se han encendido otras bombillas cuya luz ahora sigues. Se trata de un camino completamente nuevo para ti. Un camino en el que puedes encontrar grandes recompensas que te permitirán saborear de nuevo el champagne.

Una última temporada de muchas sombras y pocas luces.

Pero estos caminos se alejan de ese deporte que te ha visto crecer. Ese deporte que, como toda tu marea azul, quiere verte ganar el ansiado tercer título. Es por eso que tu adiós parece poco creíble. O por lo menos eso queremos pensar. Es injusto que tu carrera en Fórmula 1 acabe así, de forma mediocre. Sí, es cierto que el samurái es más fuerte que nunca, pero ha tenido una espada con la que apenas podía luchar. Todos sabemos que, como dijo Antonio Lobato, el día que el samurái tenga una buena espada nadie podrá derrotarle.

Esta temporada ha sido una nueva derrota que se ha sumado a las de los años anteriores. Sin embargo has pilotado a tu mejor nivel, ganándole siempre a tu compañero en clasificación y consiguiendo 50 puntos, más de la mitad con los que Mclaren ha terminado. Ha sido una temporada en la que has demostrado tus ganas por seguir luchando. También hemos vivido momentos de riesgo. La Fórmula 1 sigue siendo un deporte peligroso pero mucho más seguro que en el pasado.

Fernando Alonso llega al pit lane en el GP de Bakú con solo dos ruedas. Terminó séptimo. Vía: marca.com

 

Un luchador como tú no puede seguir perdiendo. El año que viene volverás a vivir de la tensión, las ganas y el nerviosismo por conseguir las victorias que durante estos años no has logrado. Hace mucho tiempo dijiste que lo mejor estaba por llegar, pero no ha sido así. Por eso esperamos y deseamos que, hagas lo que hagas, lo mejor llegue ahora, en esta nueva etapa en la que, seguro, nos volverás a emocionar con tus victorias.

Personalmente tengo mucho que agradecerte Fernando. Tú me descubriste, como a muchos otros, este deporte y conseguiste que fuese mi pasión. No ha importado madrugar cada fin de semana de carreras en Australia o Japón o retrasar la comida familiar para ver el Gran Premio. Nos diste mucho y eso ha hecho que, pese a los malos resultados, hayamos estado siempre detrás de la pantalla para apoyarte. Algo que seguiremos haciendo en esta nueva etapa. Pero no nos olvidaremos de la Fórmula 1 y de Carlos, que decidió seguir los pasos de su ídolo y no los de su padre. También le apoyaremos y disfrutaremos del Gran Circo mientras esperamos que algún día vuelvas. Gracias por todas las alegrías que nos has dado y las que están por llegar.

 

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