Las fortalezas de la Edad Media son famosas por ser infranqueables. En Gijón, los guajes del Sporting se han propuesto superarlas este año. Otro partido en que los locales volvían a dejar sin victoria a los visitantes. Esta vez era el Mallorca el que visitaba el fortín de nombre Quique Castro Quini. Un mito poniendo nombre a un fortín.
El partido empezaba bajo una lluvia intensa que auguraba una batalla bajo el cielo asturiano. Los de José Alberto salieron a por el partido, como le manda al local, y propuso un once bastante ofensivo. Blackman y Djurdjevic formaban una dupla que buscaría el gol de manera incesante durante toda la primera parte. Por su parte, Vicente Moreno repetía alineación, con la excepción de Valjent por Xisco Campos. Los baleares esperaban encontrar alguna contra para poder inquetiar la portería de Mariño. Los de Gijón empezaron bien, con el control de la posesión pero sin crear peligro. Pasaban los minutos y el Mallorca parecia crecerse al ver que el Sporting no conseguía poner en apuros a la zaga balear. Con el paso del tiempo el Sporting se volvía a imponer en el césped y Carmona mandaba un balón al palo en una falta lateral que se envenenaba. Pocas ocasiones en los primeros 45 minutos de una batalla que se fraguó en el centro del campo y donde el Sporting mereció más.
La segunda parte empezaba con el mismo guión. Los locales iban en tromba buscando el gol y no fue hasta un error de Joan Sastre, que sufrió en su banda antinatural, que aprovechó Carmona para robarle el esférico y ponerla para que Blackman empujase el esférico ante Reina. 1-0 y el Mallorca buscaba la reacción. Vicente Moreno movía pieza y daba entrada a Estupiñán por Fran Gámez. Parecía que los baleares se estiraban pero solo fue un espejismo y el Sporting volvía a coger las riendas hasta los últimos 10 minutos donde el partido perdía el rumbo. El Mallorca salía lanzado a por el empate y el Sporting buscaba el gol de la sentencia a la contra. Antonio Raillo colocaba como delantero y en dos ocasiones estuvo cerca de igualar el encuentro pero la defensa gijonesa se mostraba férrea para evitarlo. La locura se apoderaba del Enrique Castro Quini en unos últimos minutos de infarto, donde Djurdjevic tenía el 2-0 en sus botas pero Pablo Pérez lo evitaba. Tras esa ocasión clarísima, una jugada espectacular de Lago Junior daba inicio a una doble ocasión de Álex López que no supo aprovechar y el árbitro daba oficialidad a una nueva victoria del Sporting en su casa.
El fortín sigue intacto en una batalla ante un rival que buscaba volver al playoff pero que se encontró ante un serio Sporting que ahora sabe a lo que juega. Buenos 90′ minutos que demuestran el nivel de ambos equipos y habla de la igualdad de esta Liga 123.