Sporting y Oviedo continúan manteniendo rachas contrapuestas. Cuando unos sonríen los otros lloran, y este fin de semana volvió a demostrarse. Los de Jose Alberto volvieron a ganar. Y no hacen otra cosa desde la llegada del técnico al primer equipo que sumar y van diez de doce puntos con el ovetense. La escalada de los rojiblancos es sencillamente espectacular. Han metido la directa hacia la zona noble, la cual tienen ya a cuatro puntos. Más al centro del Principado, en concreto en su capital, el Oviedo vive uno de sus peores momentos. Los de Juan Antonio Anquela volvieron a caer. Esta vez en Granada, en un nuevo error defensivo que costó una derrota. Los azules se quedan a seis puntos del play-off. El encuentro ante el Málaga podría ser una final para el técnico jienense.
Pasito a pasito
- Manejar varios registros. Insistía la pasada semana Jose Alberto López en que trabajaban en dotar al equipo de muchas variantes para manejar varios registros. Dos de ellos se han visto hasta ahora de forma habitual. El 4-3-3 de los primeros partidos y el 4-4-2 que se vio el pasado sábado por primera vez de inicio. De mano el equipo dejó dudas. La separación entre líneas era mayor de lo deseado y el juego ofensivo se resentía, también porque el Mallorca lograba, casi siempre, tener superioridad en la parcela central. Aun así el Sporting fue superior en el primer tiempo y dispuso de tres buenas ocasiones para ir por delante ya.
- Cristian y Nacho, pareja de presente y futuro. El partido del zamorano y el gozoniego fue simplemente una barbaridad. Tanto en defensa como en ataque. Los dos, que fueron durante las dos pasadas campañas básicos para el técnico ovetense en el filial, jugaron juntos por primera vez de inicio en doble pivote. Empezaron imprecisos, pero con el paso de los minutos dominaron como quisieron la parcela central. Tras el gol de Blackman, su interpretación del partido que tocaba hacer fue perfecta y clave para que el sufrimiento del cuadro rojiblanco fuese inferior a lo que pudo haber sido.
- Vuelve el ‘muro’ defensivo. Pero la incertidumbre del marcador está claro siempre deja pie a que haya que sufrir. En la última línea la defensa recuperó el nivel que había dado a principio de temporada, desbaratando todos los intentos ofensivos del Mallorca. La pareja Babin–Peybernes funciona cada vez mejor. Geraldes demuestra que además de tener recorrido hacia arriba sabe cerrar perfectamente su banda. Más sufrió Cordero contra Lago Junior, pero el extremeño solventó con temple el envite y despachó un aceptable encuentro. Algo que necesitará para mantenerse en el equipo ahora que Canella y Noblejas, los laterales de la primera plantilla, están ya recuperados de sus lesiones.
- Una jugada tonta que pudo salir cara. La jugada ‘tonta’ del partido, la jornada y nada descartable de la temporada, llegó en el 94′ en el área mallorquinista. El Sporting pudo sentenciar con un segundo gol a la contra. Un contraataque perfectamente llevado por Traver que se encontró con un soberbio Manolo Reina. El cancerbero bermellón, con sus intervenciones, mantuvo en el partido al Mallorca hasta el último minuto. Atajó el disparo del valenciano, pero dejó el balón suelto a los pies de Djurdjevic. Cuando el serbio iba a remachar, Álvaro Jiménez entrando desde atrás, arrolla al serbio. Una jugada que queda en anécdota, pero que permitió al Mallorca tener la última para el empate que por suerte malogró, pero si la hubiese anotado…
La historia interminable
- Otro error que cuesta un partido. En un balón largo, en una pelota sobre Ramos, el Granada encontró la respuesta. Una pelota profunda que el atacante del cuadro local corrió, para imponerse a un flojo Alanís y colocarla en la red con una sutil vaselina ante la salida de Champagne. Una acción que noqueó a los de Juan Antonio Anquela. Otra vez un desacierto en la parte de atrás condena a los asturianos a sumar ante un equipo de la zona alta de la clasificación.
- Jugar bien no tuvo premio. El Oviedo no dejó malas sensaciones en el día de ayer. Se vio a un buen equipo sobre el césped. Los azules supieron controlar el encuentro en varias fases, y pudieron obtener un gran botín en determinados momentos del encuentro donde no estuvieron acertados en campo rival. Movieron bien el balón, con criterio, encerrando, en muchas fases, al Granada en campo propio. Pero la diferencia volvió a ser el desacierto en las áreas. En la recta final, como hemos dicho, un error en campo propio condenó, nuevamente, al equipo asturiano.
- La pólvora sigue mojada. El Oviedo volvió a generar varias situaciones de gol, pero la falta de acierto impidió, una vez más, concretarlas. Diegui, Mossa e Ibra lo intentaron sin fortuna, y Bárcenas, en un lanzamiento franco en el que ya había superado al meta local, se encontró con el palo. Los carbayones necesitan volver a marcar la diferencia en área rival. Es el modo de volver a sumar de tres en tres.
- Ante el Málaga, una final. Sobre todo para Juan Antonio Anquela. El técnico carbayón volvió a ser el foco en el que se centraron todas las críticas. La mala dinámica del equipo hace que el jienense pueda estar ante una semana clave. El encuentro ante el Málaga podría decantar la balanza de un lado u otro. La semana dictará sentencia, pero lo que está claro es que el preparador oviedista pasa uno de sus peores momentos al frente de la nave carbayona.