ANÁLISIS | Un 2018 para olvidar
La selección española cerraba el pasado mes de noviembre un año en el que las cosas no han ido nada bien. Eliminados en Octavos en el Mundial de Rusia y fuera de la 'final four' de la Liga de las Naciones
2018. Ese año que comenzó con la mayor de las ilusiones y finalizó con una decepción mayúscula. Del éxtasis de enero de pasó a la tristeza en noviembre, ya que fue en ese mes cuando ‘La Roja‘ disputó su último partido del año. Si a comienzos del mes de enero hablábamos de un regreso, en diciembre les comentamos que la renovación debe ser urgente a la par que total. Porque Rusia confirmó el fin de un estilo, al menos en este equipo.
España arrancó el 2018 con la esperanza de volver al primer escalón en el panorama futbolístico mundial. Había un reto maravilloso: triunfar en el Mundial de Rusia. El equipo dirigido por Julen Lopetegui comenzó el año desprendiendo unas sensaciones magníficas. Buen juego, goles, unas sensaciones maravillosas y una ilusión por volver a colgarse una estrella en el pecho. Pasaron los cinco primeros meses del año, y por fin llegó junio. El mes del Mundial.
Pero, como si de una película de terror se tratase, todo se volvió oscuro en los días previos al debut. En concreto, el 13 de junio. El Real Madrid anunciaba la contratación de Julen Lopetegui como nuevo entrenador blanco. Una situación que enfadó enormemente al nuevo Presidente de la Federación, Luis Rubiales. El mandatario tenía dos caminos. El primero era aguantar a Julen en el Mundial; el segundo, por el que se optó, prescindir inmediatamente de sus servicios y poner al frente una nueva cabeza visible.
El elegido, justo antes del encuentro ante Portugal, fue Hierro. El malagueño aceptó intentar dar un giro de 180 grados a la situación. En el primer encuentro, España empató ante los portugueses (3-3). Un partido con luces y sombras. Lo malo es que estas últimas se acentuaron en el segundo y tercer encuentro. Victoria frente a Irán (1-0) y empate in extremis ante Marruecos (2-2). Pese a todo, ‘La Roja‘ fue primera y se metió en Octavos.
A lo largo de las eliminatorias esperaba el que era, para muchos, el lado fácil del cuadro. Pero todo se esfumó en Octavos. Allí esperaba Rusia. Los nuestros se adelantaron en el marcador, pero la selección anfitriona empató antes del descanso. A partir de ese momento, en la segunda parte y toda la prórroga, España dio más de un millar de pases. Fue la dueña del balón en todas las fases del encuentro, pero faltó precisión en los metros finales. Finalmente, Rusia nos dejaba fuera en penaltis.
Una nueva era con Luis Enrique
La temprana y sorprendente eliminación en Rusia a manos del país anfitrión provocó un cambio de rumbo en la Federación. Se fue Hierro y llegó Luis Enrique. Había varios candidatos, pero finalmente fue el asturiano quien aterrizó en el banquillo nacional. Con él se esperaban grandes cambios, y su comienzo fue inmejorable.
El proyecto de ‘Lucho‘ arrancaba su andadura con dos triunfos de mérito en la Liga de las Naciones. El primero frente a Inglaterra, en Wembley, por 1-2. En el segundo, los nuestros le endosaron media docena a Croacia, subcampeona del mundo. Las aguas parecían volver a su cauce. España necesitaba un empate ante Inglaterra o Croacia para asegurar su presencia en la Final Four del próximo mes de junio. Pero este no llegó.
Inglaterra derrotó a ‘La Roja‘ en Sevilla, que también cayó ante Croacia en el último partido de esta fase de grupos. Finalmente, el triunfo de los británicos ante los croatas en la última jornada de dicha fase de grupos dejó a España fuera. Por ello, el 2018 ha sido un año de decepciones. Ahora, España mira al futuro con la esperanza de volver.