Xavier Llastarri ha decidido dimitir de su cargo como presidente del CF Reus. De esta manera, se cierra una etapa de más de seis años al frente del club. Una etapa que coincidió con la época dorada del equipo a nivel deportivo, pero que culmina inmersa en una crisis institucional. El dirigente ha comunicado su decisión en una carta dirigida a «accionistas, abonados, aficionados y amigos», cuando «la continuidad del club ya está garantizada» y puede «pararse, respirar y compartir sus reflexiones».
Esta es la segunda vez que Llastarri anuncia su dimisión al frente del equipo roig-i-negre. En 2009, decidió poner fin a cinco años como presidente de la institución. En 2012, volvería a presentarse en las elecciones y fue elegido por segunda vez máximo mandatario del Reus, habiendo sido la única candidatura.
«Creo que ha llegado el momento de tomar una de las decisiones más difíciles de mi trayectoria como Presidente y, al mismo tiempo, compartir con todos vosotros unas reflexiones personales. Y, ya que no puedo hacerlo con todos vosotros personalmente, he decidido hacerlas públicas mediante esta carta». Con estas palabras, Llastarri empezaba un repaso de sus años vividos al frente del club y de cómo se ha llegado a la situación actual.
Los problemas financieros del club se remontan al 2012, en plena crisis económica que afectó a todo el país. «Hace 6 años, con la reciente entrada de la Junta de nuevo al club, comprobamos que tanto el primer equipo como las categorías inferiores -el fútbol base- son deficitarias y que, difícilmente, se podrán cubrir los gastos más allá del primer mes. Por otro lado, desde el ayuntamiento, se nos comunica que la subvención al fútbol base se reduciría a menos del 50%».
Con este panorama, apareció la figura de Joan Oliver, «dispuesto a invertir en el club en un proyecto a largo término y ambicioso, que quería consolidar el club a la categoría de Segunda B y, después, intentar dar el salto a Segunda A». Con un nuevo inversor, y con la aprobación de más de un 90% de la Asamblea General de Socios, el CF Reus completó su conversión a Sociedad Anónima Deportiva, un requisito indispensable para la viabilidad de su futuro y para poder cumplir el sueño del ascenso.
«El resultado no pudo ser mejor. En tan solo dos años, el equipo logró lo inimaginable, tanto para el club como para la ciudad de Reus. Tener un equipo militando en Segunda División A, con todo lo que representa: ver equipos en el Estadio que solo habíamos visto por televisión, una fuente de ingresos para la ciudad de millones de euros, una imagen invaluable para el club y para la ciudad y dar un salto de calidad en todos los aspectos».
Las primeras dos temporadas al fútbol profesional salieron a pedir de boca, «todo fue cojonudo». Sin embargo, Llastarri atañe los problemas actuales al verano de 2018-19. Con la experiencia del pasado y los descensos administrativos en mente, «LaLiga se puso más dura que nunca y adoptó una postura rígida». La posición de LaLiga apretó el cinturón de la Junta Directiva y no aceptó las previsiones presupuestarias. A partir de aquí, la situación empeoró hasta llegar a la actualidad.
Para terminar el escrito, Llastarri ha querido denunciar un asedio injustificado hacia su persona y su familia que ya no está dispuesto a aguantar. «Insultos, acusaciones sin fundamento, acoso en mi domicilio… que creo que no tengo que soportar». El expresidente defiende su postura admitiendo que él, junto a Francesc Sabaté, entró en el Consejo de Administración a pesar de estar en minoría y que, en consecuencia, no tenía capacidad para decidir.
Sin embargo, la segunda etapa de Llastarri no podía poner punto y final con unas amargas declaraciones, sino que ha querido agradecer a «TODO el personal del club su dedicación y entrega».
«Gracias a todos, buenas fiestas y ¡viva el Reus!»