El año 2018 del Sporting ‘B’ tardará en ser olvidado por el sportinguismo. Ese año en el que los yogurinos pulverizaron todos sus registros. No solo estuvieron a escasos minutos de estar a 180 minutos de pelear por el ascenso a LaLiga 1|2|3. También batieron con mucha diferencia su registro de puntos en las 38 jornadas de liga regular.
Pero no solo fue un año histórico en puntaje, sino también en lo que siempre debe ser el objetivo de un filial; aportar jugadores al primer equipo. En verano, tras aquella histórica clasificación, seis jugadores ascendieron al primer equipo, pero no serían los únicos. Ya que en los meses siguientes hasta otros cinco jugadores con ficha del ‘B’ lograrían tener minutos en el primer equipo.
Una temporada histórica
Nacho Pérez
El Sporting ‘B’ iniciaba el año 2018 como segundo clasificado a cuatro puntos del liderato. Tras un mes de Enero con cuatro victorias se colocó líder de forma destacada. Una condición que mantendría, a pesar de un pequeño bache de juego y resultados en Febrero, hasta finales de Abril. Fue en esas últimas semanas del invierno cuando el filial demostró que su temporada no era suerte. Que iba a ser un contendiente muy duro para cualquier equipo en el play-off de ascenso a LaLiga 1|2|3.
No pudo retener ese liderato hasta el final, que acabó en manos del Mirandés en una última jornada agónica en la que hasta cuatro equipos pudieron ser campeón. Pero la clasificación para un play-off, veintiún años después de la última ocasión, era un hecho.
Su primer rival fue el Cornellà. Otro conjunto llamado a cotas menores que tras una gran temporada se clasificó para un play-off de ascenso a LaLiga 1|2|3 por primera vez en su historia. Fue una dura eliminatoria que estuvo a punto de perderse en el encuentro de ida en tierras catalanas. Pero este camaleónico filial sobrevivió y avanzó a la semifinal.
Ahí esperaba el Elche. Probablemente el conjunto más en forma de todo el play-off y aunque el Sporting ‘B’ compitió de tú a tú, cayó eliminado ante la pegada ilicitana. Cayó por 2-1 en el Martínez Valero, lo que le obligaba a ganar en la vuelta. Logró adelantarse con un gol de Cayarga que le hubiese dado el pase, pero en los minutos finales el Elche le dio la vuelta al marcador y dejó en la cuneta al filial. Un Sporting ‘B’ que concluía así su temporada, pero lo hacía haciendo historia.
Llegaba entonces un verano en el que se acababa un ciclo. Jugadores importantes de la temporada pasada dejaron el equipo por distintos motivos. Jose Alberto López tuvo que reinventar por completo el filial rojiblanco. Piezas básicas como Víctor Ruiz, Cayarga o Claudio se fueron a otros clubes, mientras que Cristian Salvador, Traver, Nacho Méndez, Dani Martín, Juan Rodríguez o Isma Cerro subieron al primer equipo.
Tocaba reinventarse
Javier Rodríguez
Tras un verano en el que la reestructuración estaba llamada a ser importante, se acudió al mercado para paliar estas bajas siguiendo la misma estrategia que cuando se bajó a Tercera División. Fichar jugadores jóvenes, con progresión para el primer equipo y algún que otro experimentados para la categoría.
Durante la pretemporada el ahora técnico del primer equipo trabajó para que su equipo tuviera un estilo similar al que planteaba Rubén Baraja en el primer equipo. Ya en el filial se podían apreciar las mismas dificultades que en el primer equipo. Transportar el balón hasta el área rival les costaba muchísimo y había que defender por acumulación.
El comienzo de temporada fue muy dubitativo y con muchas pruebas. Los jugadores que vinieron en verano para paliar las bajas no eran capaces de marcar diferencias, pues necesitaban un periodo de adaptación. Así, el equipo no arrancaba y prácticamente tocó fondo frente al Real Oviedo Vetusta en El Molinón. Pero a partir de ahí el equipo dio un vuelco de 180 grados. El míster recuperó su estilo mas directo y que tanto ha encandilado a la afición sportinguista ahora en el primer equipo. Un estilo vertical y valiente. El Sporting ‘B’ mejoró exponencialmente, solo sufriendo otra derrota en las otras diez jornadas que dirigió el ovetense.
Jugadores como Pedro Díaz comenzaron a ganar peso a pasos agigantados, demostrando en bastantes ocasiones que la Segunda ‘B’ se le queda ya corta. Otros como Álex Zalaya, Bogdan o Gorka Santamaría también se han asentado en el equipo y demuestran una progresión a tener en cuenta. Cuando Jose Alberto dejó el filial el Sporting ‘B’ se encontraba en quinto lugar empatado con el Mirandés y en clara línea ascendente y quien sabe si pudiendo repetir el hito de la temporada anterior.
Un relevo muy discutido
Pablo Infiesta
La llegada de Isma Piñera al banquillo del filial parecía sencilla. Conocía la casa y a los jugadores, heredaba un sistema probado y comprobado que funcionaba. La cosa comenzó mal. Una derrota 2-3 en Mareo frente al Calahorra. Era la tercera derrota en año y medio. No era ni mucho menos preocupante y el equipo viajó a Irún a enfrentarse a un Real Unión en horas muy bajas. Y salió escaldado. Un 2-0 irreprochable. El equipo no funcionó y no fue capaz de reaccionar a los goles locales. La cosa era ya un poco preocupante la tratarse de dos encuentros dejando una mala imagen.
La primera victoria llegó en casa ante el filial del Athletic. Balsámica. Pero no tuvo continuidad. Otras dos derrotas por la mínima frente a sendos equipos que marchaban como colistas han hecho que el filial llegue a fin de año en una situación muy comprometida. Esto era algo que todos pensaban que podía suceder. Los agoreros asiduos a Mareo lo profetizaron desde que cogió el testigo del filial. Un entrenador que ya en el juvenil había dejado atisbos de su baja capacidad. Pero al que sus jugadores paliaban esas deficiencias. El nuevo reto parece, al menos por ahora, haber dejado al descubierto todas sus costuras.