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Un 2018 donde Pablo Machín devolvió la ilusión al sevillismo

Resumir el 2018 en sevillista resulta muy complicado porque ha sido un año de muchos altos y bajos, un año de tres entrenadores, de cambios en la dirección deportiva, de problemas que han ido a más sobre la posible venta del club, un año de irregularidades según la competición en disputa, un año de nuevo de muchas altas y bajas en la plantilla, un año que se cierra con buen sabor de boca y por lo menos en el plano deportivo parece ser que el proyecto empieza a coger forma con la dupla que han formado Caparrós y Pablo Machín.

El Caparrós entrenador salvó la temporada

El año comenzó con el recién contratado Montella, que venía a cubrir al destituido Berizzo. Pero lejos de rescatarlo de esa desidía liguera, el equipo siguió mostrando en la competición doméstica una imagen irreconocible. Nunca encontró una continuidad de resultados y para colmo de vez en cuando recibía goleadas impensables para esta plantilla. El equipo llegó a las últimas 4 jornadas fuera de los puestos europeos y la única solución en el club fue tirar de un hombre de la casa, Joaquín Caparrós. El utrerano cogió las riendas en esas últimas jornadas y fue capaz al menos de cambiar los ánimos de una plantilla que estaba desaprovechada por completo. Fue capaz de conseguir 13 de los últimos 15 puntos en juego y le dió por lo menos para volver a la Europa League, en los últimos 15 años solo se ha faltado un año a la cita europea.

Una final de Copa con final trágico

En la Copa del Rey el Sevilla una vez más demostró el gen competitivo de un equipo al que las eliminatorias le vienen como anillo al dedo. Llegó a Cuartos de Final sin apenas problemas y allí doblegó a todo un Atlético de Madrid con bastante solvencia, ganando allí 1-2 y rematando en casa la eliminatoria ganando también 3-1. Después eliminó al Leganés en semifinales para llegar a la Gran Final por segunda vez en los últimos tres años (ambas ante el conjunto catatán y con mismo desenlace). Pero una final que fue un regalo increíble para una afición que llevaba un año repleto de sinsabores, se tornó en tragedia en forma de goleada ante el FC Barcelona. 5-0 perdieron los de Montella y lo peor fue la imagen de un equipo derrotado desde el principio que no recordaba al Sevilla competitivo de las grandes finales.

Una Champions de récord

Fue en la máxima competición europea donde el Sevilla nos recordó al equipo que durante la última década tantas alegrías ha dado a su afición, tanto es así que se alcanzaron los Cuartos de Final igualando así lo máximo conseguido jamás en Champions. Y fue ante el Manchester United y nada más y nada menos que en el mítico Old Trafford donde el Sevilla de las grandes noches hizo historia con los goles de Ben Yedder. Superaba así los Octavos de Final y se mediría ante otro grande de Europa, el Bayern de Munich. Aquí ya no pudo ser pero el equipo de Montella luchó al menos hasta el final por seguir en uno sus sueños más esperados, la Champions.

 

Pablo Machín de la mano de Caparrós

En verano la junta directiva quiso darle una vuelta a la dirección deportiva, que desde la marcha de Monchi estaba bastante tocada, y se confió en gente de la casa, en sevillistas de siempre. Y se confió de nuevo en Joaquín Caparrós, pero esta vez bajo el papel de Director del Fútbol contando a su vez con ex-jugadores sevillistas como Carlos Marchena y Paquito Gallardo para acompañarlo en la dirección deportiva.
La primera apuesta de este nuevo equipo de trabajo fue clara, Pablo Machín. Se optó por un entrenador en alza y con muchas ganas de triunfar después de hacer un gran papel con un equipo modesto como el Girona (lo ascendió a primera y en su primer año en la máxima categoría estuvo muy cerca de meterse incluso en puestos europeos).
Como cada verano el baile de nombres fue numeroso entre salidas y entradas, destacando las contrataciones del portero Vaclik y el delantero centro portugués André Silva, buscando dominar el juego en las dos áreas, prueba de fuego para este equipo en los últimos años.

En la pretemporada se disputó una Supercopa de España ante el Barcelona bastante rara (la jugó por ser subcampeón de Copa, al repetir el equipo catalán título también en Liga), con decir que se acabó jugando el partido en Tánger sobra. En este partido el equipo a pesar de llevar poco entrenando y con nuevo entrenador sí compitió al máximo y estuvo cerca de llevarse el trofeo. Al final perdió 2-1 pero tuvo hasta oportunidad en el descuento de llevar el partido a la prórroga con un penalti.

Un inicio de liga ilusionante

Con todo esto comenzaba una nueva temporada ilusionante para el sevilismo, con aires nuevos y con gran ambición. Y así lo hemos podido comprobar en estas primeras 17 jornadas que llevamos disputadas. El equipo de Pablo Machín está situado tercero en la tabla y lo mejor que la imagen sí se asemaja al puesto que ocupa. Los fichajes están rindiendo según lo esperado y Pablo Machín a pesar de las múltiples lesiones de la plantilla, está sabiendo ponerle remedio y sacando el máximo de sus futbolistas. Destacan Vaclik en la portería y la contundencia arriba de tres hombres que con sus goles y asistencias están dándole al equipo muchos puntos, se trata de Sarabia (numeros) y los delanteros Ben Yedder y André Silva.

En su vuelta a la Europa League espera en Febrero la Lazio en dieciseisavos después de haber disputado una fase de grupos de dos caras, en casa intratable pero fuera parecía otro equipo. Para llegar a esta fase tuvo que disputar tres rondas previas consecuencias del mal año liguero en la temporada anterior. Y en Copa el siguiente rival será el Athletic, previamente se eliminó al Villanovense.

Y con esto abrimos ya las puertas a un 2019 muy ilusionante para un Sevilla vivo en las tres competiciones y que en los meses de Enero y Febrero sobre todo podremos ver hasta donde es capaz de llegar.

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