En Almendralejo, el año que hoy termina, comenzó con un nombre propio: Enric Gallego. Y es que, el Extremadura, debió “portarse muy bien” en el año 2017 porque lo cierto es que los Reyes Magos llegaron a la ciudad de la cordialidad con un fabuloso regalo para los azulgranas. En efecto, el delantero catalán tardaría pronto en erguirse como pieza imprescindible del equipo que, posteriormente, devolvería a Extremadura y a su gente a la élite del fútbol profesional.
El equipo de Manolo Ruiz estrenaba el año con victoria en Córdoba, con un espectacular debut de Enric que, en tan solo ocho minutos, consiguió convertirse en el primer jugador de la breve historia del Extremadura UD en conseguir anotar un hat-trick en Segunda División B. ¡Oye! Parece que a los extremeños les gustó aquello de jugar en el Nuevo Arcángel y, ¿por qué no, regresar de nuevo? ¡Pues vaya si regresaron! Pero, esta vez, ya no sería para enfrentarse al filial califa, sino, por el contrario, para hacerlo frente al primer equipo.
Pese a tan extraordinaria apertura de año, la segunda vuelta del equipo no estuvo, para nada, a la altura de las circunstancias. Así, la mala racha de resultados, dio lugar al cese de Manolo Ruiz al frente del banquillo azulgrana. Éste, que ya había sustituido a Agustín Izquierdo como máximo responsable de la plantilla durante el primer tramo del campeonato, se despidió de Almendralejo tras la consecución de una sobresaliente victoria ante el Écija en el feudo local por el abultado resultado de 4 a 0. La salida del míster no estuvo exenta de polémica, pues un importante sector de la afición nunca llegó a comprender el porqué de tal decisión. Además, el horrible hacer de su sustituto, Martín Vázquez, generó un ambiente de enorme decepción entre los seguidores de Almendralejo. Fueron meses de decepción, en los que todo hacía augurar que, a pesar de que el equipo había permanecido durante todo el campeonato liguero en puestos de play-off de ascenso, el conseguir finalmente jugar la liguilla de ascenso iba a ser tarea harto compleja. ¡Y vaya si lo fue! ¡De chiripa se entró!
Un equipo en estado de alerta, sin una idea de juego, sin recursos ni optimismo, sin rumbo. Aquello que toda la afición venía observando jornada tras jornada tras la llegada de Vázquez, no fue tan fácilmente perceptible a la vista de los directivos del club. Y tras reiteradas oportunidades al míster, éste fue sustituido. Martín Vázquez dejó al equipo fuera de los play-off, a expensas de resultados de terceros para poder acceder a tan ansiado objetivo. Solo un milagro podía devolver la esperanza a Almendralejo. Es más, fuimos muchos los que nos atrevimos a opinar que solo un hombre podía ser el encargado de revertir la situación. En efecto, esto era tarea para Juan Sabas. Afortunadamente la directiva pensó lo mismo y, en un gesto de enorme humildad por parte de todos: tanto directivos como técnico, se hizo posible que Juan aterrizase de nuevo en Almendralejo con la complicada tarea de, a contrarreloj, colar al equipo en la cuarta plaza de la tabla clasificatoria.
Mérida y Betis Deportivo fueron las víctimas inmediatas del efecto Sabas. El técnico madrileño consiguió revertir en tiempo récord el ánimo de toda una ciudad. Conjuró a todos para que, posteriormente se obrase la heroica de devolver (si lo concedemos el beneplácito de heredero del CF Extremadura) al equipo, 16 años después, a la liga de fútbol profesional. Deportivo Fabril, Mirandés y Cartagena fueron los rivales derrotados de una liguilla de ascenso que pasará a la historia de Almendralejo y que perpetuará por siempre en la retina histórica de todos los almendralejenses y extremeños.
Lejos quedan ya los llantos y gemidos de un pueblo que tuvo que retornar a los campos de barros y sufrir la desaparición de su amado equipo en aquel fatídico 2010. La ilusión dormida y el tesón insaciable de Almendralejo despertó, y con ellos el Extremadura. Con ellos, el fútbol. Así, tras una primera vuelta que, a falta de dos jornadas, está por concluir. El equipo extremeño ha conseguido llegar a este final de año totalmente enganchado a la competición, y, desde luego, con la clara intención de seguir dando guerra hasta el final y de dejarse el alma y la piel por el objetivo de conseguir la ansiada permanencia. Ahora, con Rodri al mando de la nave azulgrana, Almendralejo aguarda impaciente el término del periodo vacacional para ver de nuevo a su equipo en los grandes estadios y ciudades de nuestro país “llevar con todo orgullo, el nombre de Extremadura como un gran señor del fútbol” (como decía el himno del Club de Fútbol)