Festival de goles bajo la nieve
Victoria de 3 a 2 del Numancia sobre el Córdoba que permite al conjunto local, y sobre todo a su entrenador, respirar una semana más pero que hunde al conjunto califal en los puestos más bajos de la clasificación.
Bonito homenaje en los prolegómenos del partido a la plantilla del CD Numancia de la temporada 98/99 que consiguió el ascenso a primera división y que inauguró el Nuevo Estadio de los Pajaritos, que justamente hoy cumplía veinte años. Desfile romano y numantino incluido para que el público más mayor, que colmó, tras la iniciativa del club de regalar una entrada a cada socio y pese a las inclemencias del tiempo, las gradas del anfiteatro numantino pudiera dar un sentido aplauso a todos y cada uno de los héroes de su equipo a finales de milenio.
Comenzaba el partido bajo una intensa nevada que se iría acrecentando durante el transcurso del partido para teñir el tapete completamente de blanco, lo que ayudó a un Numancia mucho más acostumbrado a semejante escenario a llevar la iniciativa ante un Córdoba que parecía asustado ante los copos que caían del cielo.
Plácida primera parte
Diamanka, en el minuto 15 de juego cabeceó en el segundo palo un córner botado por Alain Oyarzun para adelantar al cuadro local en el marcador, con dedicatoria al entrenador rojillo, ampliamente cuestionado entre la afición, incluida. Pocos minutos después, el propio Alain Oyarzun culminaría una bonita jugada colectiva del Numancia, iniciada por un pase en profundidad del hoy titular Kako Sanz y en el que un Fran Villalba que cada vez deja más destellos de la calidad que atesora en sus botas adornó con una rabona para que el ex-zaragocista fusilara la portería del Córdoba, con ayuda de Carlos Abad para firmar el 2 a 0.
El Numancia seguía intentado, con pocas ideas creativas en tres cuartos de campo, llegar a la portería de un Córdoba que se defendía como podía y que solo fue capaz de crear algo de peligro a través de las incursiones de Araujo, de las Cuevas y Romero, que aprovechaban los huecos que dejaba la defensa numantina a sus espaldas.
En el último minuto, el propio Pape Maly Diamanka volvía a rematar a gol otro córner en una jugada similar a la que abrió el marcador para sentar un plácido 3 a 0 al descanso que parecía decisivo.
Despertó el Córdoba
Salió dormido el conjunto local en la primera parte, lo que aprovechó el conjunto entrenado por Curro Torres para recortar distancias en el marcador e intentar salvar algún punto en su visita a Soria. Miguel de las Cuevas, el experimentado extremo cordobesista, aprovechaba un error defensivo en la marca para colocar el primer gol visitante en el electrónico recién empezada la segunda parte. En el minuto 62, una falta lateral cometida por Kako Sanz que Juan Carlos Sánchez no acertó a blocar permitió que el ariete italiano Federico Piovaccari rematara a puerta vacía para firmar el 3 a 2 y sembrar el miedo en el cuerpo del público que colmaba las gradas pese a la siberiana nevada que caía sobre Soria. Aprovechando las dudas que habían surgido entre los discípulos de Aritz López Garai, el Córdoba buscaba el gol que permitiría remontar un partido que parecía perdido ya al descanso. Un recién ingresado Andrés Martín, junto con el ya mencionado Piovaccari eran los encargados de llevar el peso de las acciones ofensivas del cuadro califal.
La salida de Borja Viguera, entre pitos y a falta de algo más de veinte minutos para el final del partido por un discutido Guillermo Fernández dotó al equipo local de algo más de claridad en ataque en detrimento de un Córdoba cuyos mejores hombres de ataque se iban camuflando y perdiendo entre la nieve. El propio Guillermo tendría la ocasión, en el 77’, de sentenciar el partido, pero una buena parada de un Carlos Abad que conseguía así resarcirse de su error en el segundo gol lo evitó.
Unos minutos finales disputados con más corazón que cabeza por ambos contendientes derivaron en el pitido final con marcador de 3 a 2 para permitir que la fiesta del aniversario del estadio local se llevara tres puntos que no son sin embargo suficientes para una afición ampliamente disgustada con el juego de su equipo y que, como no podía ser de otra manera, condenan al Córdoba al penúltimo puesto de la clasificación, a expensas de lo que haga el Nàstic en su partido de mañana.
