Tablas contra viento y marea en el Cerro del Espino
El Real Zaragoza logró empatar un partido en el que fue superior, pero que el Rayo Majadahonda tenía casi sentenciado
En una lluviosa y fría tarde en el Cerro del Espino, el encuentro arrancó con un juego muy intenso por parte de ambos equipos. El Zaragoza, un poco mejor asentado sobre el campo. Sin embargo, sería el Rayo Majadahonda quien dispondría de la primera ocasión del encuentro. En una carrera por el franco diestro, Aitor buscaría un centro-chut que, sin encontrar rematador, se pasaría por el área de Cristian. El cuadro majariego empezaba a practicar un juego más agresivo, pero los hombres de Víctor Fernández dominaban la posesión.
La superioridad zaragozana era muy patente. A medida que se pasaba el empujón inicial, los acercamientos de los aragoneses eran cada vez más asiduos. El conjunto local, encerrado en su área, resolvía como podía cada llegada de sus rivales, que tampoco estaban causando demasiados problemas. La defensa de cinco hombres plantada por Antonio Iriondo era un dolor de muelas para los maños, que no encontraban el camino del gol. No obstante, el Zaragoza lo seguía intentando.
Especialmente, por la banda diestra se producían las mayores acciones de peligro de los visitantes. No obstante, la ocasión más clara se llevaría a cabo por el sector zurdo. En un centro desde esa esquina, Soro impactaría el balón contra el palo con un testarazo que daría el primer susto al público local. El Rayo Majadahonda no lograba revertir la superioridad del Zaragoza, que no daba opciones, ni siquiera, a la contra. Muy controlador el cuadro aragonés.
La lluvia no cesaba, incluso empezó a caer con mayor intensidad. Este hecho provocó que el campo estuviera cada vez más rápido, motivando las imprecisiones en el juego de los dos conjuntos. El descanso se acercaba y el gol seguía sin aparecer. Sin embargo, en los últimos compases de la primera mitad, el Rayo se mostraría un poco mejor. Fruto de ello, y como ejemplo de paciencia, serían los locales los que lograrían el gol. En un arranque animado de Verdés en ataque, el central metería un balón filtrado para la carrera de Aitor que, tras diblar a Cristian, adelantaría a los suyos. Saltaba la sorpresa en el Cerro del Espino.
Tras el paso por vestuarios, el Rayo Majadahonda, crecido por el gol, dominaría en los primeros instantes del segundo periodo. Con dos llegadas a la portería maña al poco de reanudarse el juego, crearía algún apuro a la zaga rival. En una caída de Iza Carcelén en el área visitante, la afición majariega pediría la pena máxima, pero el árbitro desestimaría su señalización. No obstante, el Zaragoza, necesitado de anotar un tanto que devolviera las tablas, intentaría recuperar su superioridad del principio, sin éxito.
Cuando el equipo de Víctor Fernández parecía mejorar su imagen, llegaría la peor noticia para sus expectativas. El conjunto madrileño conseguiría ampliar su ventaja. En un pase profundo de Aitor para Iza Carcelén, el andaluz se sacaría un potente latigazo que no lograría blocar Cristian, quedando el rechace franco para el remate de Fede Varela. Nuevo mazazo para los maños en el Cerro del Espino, que veían cómo el partido se les escapaba, a favor de un Rayo Majadahonda que lo tenía, prácticamente, sentenciado.
Sin embargo, el Zaragoza no perdería la esperanza. Sin embargo, eran necesarias modificaciones para encontrar más frescura en su juego. Víctor Fernández quitaría al legendario Zapater para dar entrada a Papunashvili. Con plena decisión hacia la meta de Ander, lograría recortar distancias en el luminoso. Soro, que ya había avisado en la primera parte, devolvería la ilusión a su equipo. El canterano zaragocista aprovecharía a la perfección una asistencia de Lasure para alojar el balón en la escuadra izquierda de la portería local.
Ese gol daría más alas aún a los visitantes, motivados hacia el 2-2. Un objetivo que Eguaras se encargaría de cumplir pocos minutos después. A través de un saque de falta, el centrocampista, tras varios rechaces, lograría el empate con un disparo hacia la escuadra, sin opciones para Ander. El choque estaba llegando a su desenlace y estaba todo por decidir. A pesar de los intentos de ambos conjuntos por romper el empate, un punto para cada uno, con mejores sensaciones para unos que para otros.