Dicen los taurinos que el toreo es arte y arrojo a partes iguales, belleza y agallas indivisiblemente unidas. Algo parecido se vivió en Valencia durante los albores del fútbol capitalino. Una rivalidad futbolística entre dos jugadores del mismo equipo. Pocos casos se conocen en los que dicha rivalidad sea entre compañeros de equipo y que, como en este caso, sea alimentada por los mismos jugadores. Montes y Cubells traspasaron los límites deportivos y llevaron su rivalidad al enconamiento social. En la capital del Turia ningún futbolero podía abstenerse. O eras Cubellista o Montesista.
Montistas y Cubellistas, dicotomía perfecta
Tanto fue así que los éxitos del uno eran entendidos como fracasos del otro, y a la inversa. El técnico y el potente. El rematador y el exquisito. Cada adjetivo para uno era contrarrestado por un epíteto para el otro. De ello se benefició un Valencia que buscaba hacerse un nombre en el panorama futbolístico nacional. Con la fundación todavía reciente, dicha dicotomía consiguió hacer llegar el fútbol y al incipiente Valencia Football Club con él, a rincones donde hasta entonces la pasión balompédica no había llegado.
Eran iconos mediáticos en los primigenios momentos de lo que más tarde sería un símbolo de la sociedad civil valenciana. En prensa eran continuas las alusiones a sus características, a sus glorias deportivas, a sus éxitos con el balón. Si alguien quería promocionar aquel semidesconocido deporte importado desde el Reino Unido, en Valencia, con solo mentar esta rivalidad, ya tenía mucha faena adelantada.
Vidas paralelas y divergentes
Ambos fueron internacionales, uno triunfó y otro no. Un motivo más para enconar un enfrentamiento ya de por sí muy polarizado. Montes consideró injusto su tratamiento en la selección y en un arrebato de dignidad, decidió renunciar a próximas convocatorias. Mientras, Cubells acumuló más llamadas y triunfales partidos con la nacional.
Eduardo Cubells participó de todos los estamentos del club. Triunfó en todos ellos, como jugador, jugador entrenador y secretario técnico. Toda una vida vinculada al club, a su barrio de Algirós y a su equipo del alma. Ídolo de la afición, sus goles le granjearon la idolatría de sus más acérrimos seguidores como la defenestración por parte de los seguidores de Montes.
Se retiró muy joven y pasó a engrosar la secretaría técnica de la que llegó a ser el miembro más destacado durante más de 20 años. Obra suya fue el Valencia de los 40 con la Delantera Eléctrica al frente.
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Fuente: https://thebarraca.com. Gran llibre del Centenari (Ed. Valencia CF.). Ciberche.net