Miércoles 6 de febrero, lo que viene significando lo mismo que el inicio de la Tourmalet de clásicos. Hoy se empezaba con la ida de la semifinal de la Copa del Rey en el Camp Nou, el partido que condicionaría a los demás.
Los antecedentes de esta temporada marcaban un despido, el de Lopetegui, y el Madrid no podía volver a pasar un ridículo parecido al vivido el pasado año. Eso y sin Messi en el campo, otra vez, se reflejaba perfectamente en la pauta que se escribía en la primera mitad. Dominio, ocasiones y gol. Eso era lo que definía a la perfección al equipo de Solari. Pero el Barça no se quedaba atrás ni mucho menos.
Por partes y remarcando lo más interesante. El Real Madrid empezaba mandando de tal forma que al minuto seis Benzema cazaba un pase de Vinicius y se lo ponía perfectamente fácil para que Lucas Vázquez perforara la portería defendida por Ter Stegen. Un gol tempranero que servía para que los merengues se fueran al descanso con ese resultado. Antes de la diana, los blancos ya habían disfrutado de una ocasión por parte de Kroos.
Los de Valverde tuvieron algunas ocasiones para poder empatar el partido. Primero Ivan Rakitic remataba al palo y después Keylor Navas se marcaba una auténtica parada para evitar que Suárez llegara a empatar el partido. La primera parte dejaba un regusto de necesidad de Messi y de comodidad del Madrid.
Si el gol del Madrid llegaba al inicio de la primera parte, el del Barça llegaría al comenzar la segunda. Antes de entrar a portería, el balón pasaba por mucha gente. Jordi Alba se iba con el cuero, chocaba con Navas, el balón llegaba a los pies de Suárez quien lo empotraría al palo y, finalmente, lo recogía Malcom, disparaba y metía un golazo para empatar el encuentro.
El cambio llegó en el momento que Messi piso el césped. El Barça se lavaba la cara y empezaba a cantarle las cuarenta a su rival, aunque el Real Madrid fuera un hueso duro de roer. Bale tenía las aspiraciones y el momento oportuno para marcar, y aunque Ter Stegen le dejaba la portería libre se encontraba con Semedo para despejarle el golpeo.
Pasaban los minutos y ambos equipos buscaban la forma de llevarse la victoria, todo valía, y aunque los intereses, llegados a los últimos minutos del encuentro fueran distintos, se llegaría al final con todo abierto para la vuelta. El Santiago Bernabéu decidirá quien será el finalista que irá al Villamarín, pero este resultado es más favorable a los blancos que a los azulgrana.