Valladolid y Villarreal no pasan del empate
Valladolid y Villarreal firman tablas en un partido que empezó vibrante y que acabó decepcionando. El punto cosechado es insuficiente para el Villarreal, que sigue penúltimo, y el Valladolid continúa a 3 puntos del descenso.
La jornada 23 de la primera división española daba comienzo con un partido de alto voltaje y de grandes necesidades para los dos contrincantes. Tanto Valladolid como Villarreal ocupan posiciones peligrosas para mantener la categoría, aunque era al ‘Submarino’ a quien más le urgían los 3 puntos. En este partido de 7 puntos (si contamos los que sumas, los que pierde el contrario y el goal-average), Sergio y Calleja seguían distintos rumbos en sus estrategias. Sergio realizaba hasta 4 cambios en comparación con la alineación de Huesca; mientras que Calleja seguía con su defensa de 3 hombres y 2 carrileros que ya utilizó en la jornada pasada frente al Espanyol.
Igualdad táctica
El partido quizás auguraba un ritmo lento y dos equipos más centrados en defender y no encajar, que en atacar. Sin embargo, ambos conjuntos imprimían un juego directo en el que el centro del campo poco protagonismo tenía. De hecho, la gran primera oportunidad del partido llegaba muy pronto. Nacho, lateral izquierdo pucelano, remataba cruzado un centro de Óscar, pero Bonera sacaba el disparo justo en la línea de gol.
El Valladolid estaba mejor plantado que el Villarreal en los compases iniciales, aunque la nueva disposición táctica de Calleja con 5 hombres atrás más Iborra era difícil de superar. Con el paso de los minutos, se instauraba una igualdad táctica que bajaba el ritmo y daba importancia al centro del campo. No habían ocasiones claras de gol y pocos acercamientos de los delanteros.
El Villarreal mejoraba cada vez más con el balón en su haber. A partir de una defensa bien plantada, el Valladolid no podía trenzar jugadas y de sus pérdidas nacían contragolpes veloces que Toko Ekambi conducía, aunque erraba en la toma de decisión clave al llegar al área rival. También Pedraza tuvo una clara oportunidad tras una bonita (y única) jugada de tiralíneas que Masip acertó a despejar en su primera participación. Si el Valladolid fue de más a menos en el primer tiempo, el Villarreal todo lo contrario. Todo se decidía en la segunda mitad.
Peligro inexistente
El inicio de la segunda mitad acabó de confirmar a que jugaba cada equipo. Los locales estaban mucho más cómodos con un partido de alto ritmo y de inestabilidad en el centro del campo, más juego directo. Los visitantes, aunque siempre contaban con el despliegue físico de Ekambi y Gerard, preferían un juego más pausado basado en la elaboración. Y el sistema que funcionaba era el del ‘Submarino’.
El bloque ‘groguet’ dominaba todas las facetas del juego. El Valladolid se ahogaba cuando intentaba sacar la pelota jugada y su defensa no era suficiente para tapar las incursiones de Pedraza y Miguelón. Sin embargo, el dominio no se traducía en oportunidades y los acercamientos, basados en centros, siempre se quedaban en el ‘casi’.
Los minutos pasaban y los goles -ni las oportunidades- llegaban. El fútbol de los pupilos de Calleja era tan estable en defensa como estéril en ataque. Se acercaban, pero no culminaban. Y eso daba alas al Valladolid para iniciar contragolpes o colgar balones al corazón del área. Carlos Bacca y Samu Chukwueze entraban en el terreno de juego para intentar conseguir los 3 puntos. Y Sergio hacía lo propio con Verde, con la clara intención de aprovechar su potente disparo.
Punto insuficiente
El 0-0 en el marcador era la cruda y fiel realidad de lo que estaba siendo el partido. Un quiero y no puedo constante de ambos conjuntos, que solo pudieron crear una clara por equipo. Empezó vibrante el partido augurando momentos excitantes, pero ambos se centraron más en defender e intentar aprovechar oportunidades aisladas que en elaborarlas en zona de tres cuartos. Las jornadas pasan, los puntos vuelan, y todo sigue igual: el Villarreal en descenso y el Valladolid cada vez más cerca del peligro.
