Oviedo y Sporting han sido la cara y la cruz en el Principado de Asturias. El cuadro de Juan Antonio Anquela ha confirmado su candidatura hacia los puestos de playoff de ascenso a Primera División. Los azules ratificaron su buen comienzo de año con un meritorio triunfo en el Martínez Valero. Un tanto de Toché en el último minuto de partido dio tres puntos de oro a los carbayones. Victoria que se le resistió al Sporting en El Molinón. El equipo de Jose Alberto no se sintió cómodo en ningún momento del encuentro y vio como Osasuna llevó la iniciativa durante casi los noventa minutos. La consecuencia fue una dura derrota que deja a los rojiblancos un poco más lejos de la zona noble.
Delantera con pólvora
- Toché y Joselu, goles ante las críticas. Decía Juan Antonio Anquela en la previa del encuentro ante el Cádiz que ojalá sus delanteros pudiesen convertir las ocasiones de las que disfrutaban. También corría entre la afición un pensamiento similar al del jienense. Ayer, el Elche, esos deseos se hicieron realidad. Porque los atacantes azules volvieron a ser decisivos. Joselu fue el primero en ver puerta. El punta onubense ya suma cinco tantos, el que más del equipo. Un tanto que abrió el camino hacia un triunfo que concretó Toché. El murciano no dudó en asumir una responsabilidad muy grande. La de ejecutar un penalti en el descuento. Para dar tres puntos de oro, para poder soñar con el objetivo. Importante que los delanteros estén enchufados en este final de temporada.
- Saúl volvió fuerte. El ovetense regresaba al equipo después de dos meses y vaya si se notó. Fue el mejor futbolista del Oviedo en el encuentro. Es verdad que su ausencia en las últimas semanas se notó mucho, sobre todo en lo referente a ritmo o efectividad en el pase, pero el canterano es diferencial. Asistencia y recital con el balón en los pies. Sus compañeros no pararon de buscarle. Porque saben que marca la diferencia. Porque cuando Saúl tiene el balón, el equipo juega a otra cosa.
- Los cambios mejoraron al equipo. Juan Antonio Anquela acertó en los cambios. Una vez más. Para los que no lo quieran ver o solo parecen apreciarlo cuando no está tan acertado. Así son las cosas en el fútbol. Javi Muñoz dio balón al equipo. El mediocentro dispuso de 45 minutos para intentar convencer al jienense de cara a próximos partidos. Toché, como hemos dicho, marcó un gol que vale tres puntos de oro. Y por último Ibra, que justo antes del penalti envió un balón al larguero y dio más presencia al equipo en área rival. Tres cambios, por cierto, de ataque. Para que nadie diga.
- Adiós penas en 2019. El Oviedo ha llegado muy bien a uno de los momentos clave de la temporada. Febrero es uno de esos meses en los que la dinámica de un equipo marca el devenir de la temporada. Y el equipo azul está enchufado. Son cuatro victorias en los últimos cinco partidos. Una racha de resultados que ha logrado recortar los ocho puntos que separaban a los azules del play-off antes del parón de Navidades.
Una bofetada a mano abierta
- Sin opciones: La realidad es que el Sporting comenzó el partido derrotado ante Osasuna. Salió voluntarioso al partido el cuadro asturiano, buscando con una alta intensidad someter al cuadro rojillo. Pero el conjunto navarro está muy bien construido. Tiene unos cimientos muy sólidos que le sostienen y además una infinita paciencia. Dejó que el Sporting tuviese ese arreón inicial, le hizo creer que venía con un planteamiento conservador y cuando pudo asestó su golpe. Una bofetada a mano abierta que hizo que el Sporting estuviese a merced de su rival durante un buen rato en el que, además, encajó el 0-1. De nuevo a balón parado, una circunstancia que está costando puntos importantes en las últimas semanas.
- Un error de base: El planteamiento inicial, donde José Alberto López apostó por un híbrido entre 4-3-3 y 4-2-3-1 recuperando la figura de Nacho Méndez como mediapunta. No funcionó. El luanquín estuvo todo el primer tiempo muy lejos del balón. Y sin balón se pierde todo lo que Nacho puede aportar. Ivi López en derecha como sustituto de Carmona tampoco estuvo bien y la defensa, sin Babin, se mostró muy insegura. Sorprendió el mal partido defensivo en general, donde ningún hombre de la zaga dio el nivel mínimo exigible. Solo Cristian Salvador ofreció ese mínimo, confirmándose como un pilar de presente y futuro para el equipo.
- Un cambio valiente, pero sin éxito: Dado que el plan A no había funcionado, José Alberto planeó una revolución al descanso. Cambió a un esquema con tres centrales y tres delanteros. Un 3-4-3 con Aitor García por detrás de Djurdjevic y Álex Alegría. Además Nacho Méndez formada pareja con Hernán para intentar canalizar juego hacia arriba. Así buscaba el técnico someter a Osasuna y lograr una remontada que enganchase a la gente. Pero nada funcionó. El juego se volvió muy previsible, con balones frontales que Álex Alegría peleaba muy bien, pero que no sorprendían a la zaga navarra. Ésta se defendió con mucha solvencia y logró que su equipo pudiese lanzar esas rápidas transiciones que caracterizan a Osasuna este año. Lograron en 0-2 en un fallo garrafal en cadena del Sporting y de haber estado acertados hubiesen podido lograr una goleada sonrojante.
- Houston… Tenemos un problema en casa. El Sporting tiene un grave problema como local. Tres derrotas consecutivas y con unas sensaciones cada vez peores denotan que el Sporting tiene un grave problema como local. Y ese es, sin duda, su estilo. Fuera de casa ese estilo un poco alocado de querer ir con todo a por los partidos sí funciona. De hecho no solo no ha perdido lejos de El Molinón con el técnico ovetense, es que ha podido ganar en todos los campos. Pero en casa no funciona. Los equipos visitantes no le permiten ese ida y vuelta. Plantean partidos de revoluciones bajas y donde ellos son los que ‘aceleran’ cuando quieren. El Sporting necesita más pausa. Necesita ser él quien controle y domine el partido, no el rival. Debe lograrlo si quiere que El Molinón sea un duro escollo para equipos que anteponen el orden y la disciplina ante otras virtudes. De no hacerlo seguirá sufriendo mucho para sacar los partidos.