Necesidades contrapuestas en el Mariano González

La Cultural, uno de los mejores visitantes del grupo, buscará el domingo ganar fuera de casa después de dos meses sin hacerlo (la última fue contra el Deportivo Fabril); y su rival es un Navalcarnero que lleva ocho derrotas consecutivas y esta semana ha cambiado de entrenador. Aunque esto último puede ser considerado un arma de doble filo.

No será un partido sencillo para un conjunto leonés que viene de ganar por tres goles a cero al Unión Adarve y así reconciliarse con la afición. No ganaban desde el 2-1 al Pontevedra; sequía que Palatsí achacó a la falta de ambición, ya que, una vez se adelantaban en el marcador no iban a por más y se dedicaban a defender el resultado. El domingo pasado fue diferente y se vio a un equipo más compacto que fue siempre a por más.

La clave pudo estar en el buen partido de jugadores como Señé, Sergio Marcos o Yeray; pero también en el trabajo sucio de Aridane que se dedicó a fijar a los centrales y liberar espacios para un Dioni que de nuevo volvió a estar soberbio.

Tanto jugadores como entrenador centran su discurso (acertado) de ir partido a partido, pero es inevitable mirar de reojo el calendario, y queda claro que vienen unas jornadas en las que únicamente vale ganar. Campos complicados como Navalcarnero o Inter de Madrid, y rivales directos como Fuenla (31 de marzo) y Ponfe (7 de abril).

Respecto al Naval, es curioso que su última victoria fuera contra el Deportivo Fabril por dos goles a cero; pero a partir de ahí, todo serían derrotas. Derrotas que les han llevado a estar penúltimo, con 21 puntos, a cinco del play-out y a 8 de salir del descenso.

Su último encuentro fue en las Pistas del Helmántico y acabó 1-0; no realizaron un buen partido. Unionistas tenía claro lo que tenía que hacer y venció de forma merecida.

Sin embargo, este cambio de entrenador hace que ni los jugadores ni la afición leonesa se fíen de un Naval que sabe que si gana puede revertir esta situación. Fácil no es, pero imposible tampoco.