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OPINIÓN | El mayor ridículo de la última década

Ridículo histórico. Son las palabras que mejor resumen la temporada del Real Madrid. Desde el año 2006, el conjunto merengue no se veía en una situación similar. Sin nada por lo que luchar a principios del mes de marzo. La eliminación en Champions a manos del Ajax fue la gota que colmó el vaso. Se acabó la paciencia de todos los aficionados con las decisiones adoptadas por la directiva. La primera y más evidente: ¿quién dejó marchar a Cristiano Ronaldo? Nadie esconde que el luso se quería ir, pero muchos se preguntan quién fue el que decidió decir ‘sí’.

La segunda cuestión también se relaciona con la primera. Una vez que Cristiano Ronaldo se ha ido y tienes en tus manos 100 millones de euros, ¿dónde está su sustituto? Ayer, en concreto, en la grada. Sí, allí estaba Mariano. Un futbolista que llegó, o así nos lo vendieron, para intentar suplir los goles del portugués junto a futbolistas como Benzema o Asensio. El resultado ha sido catastrófico. Ya lo dijo Modric en rueda de prensa. Hay futbolistas que no han dado el paso que se les exigía.

De ese grupo de jugadores he sacado a Bale. El por qué es simple. El galés merece una mención aparte. Quizás a su representante haya que explicarle que el madridismo ya le agradeció sus goles y momentos decisivos. Aspectos que no justifican su comportamiento con los compañeros, su decisión de abandonar el calentamiento cuando le plazca o sus gestos y actuaciones sobre el terreno de juego. Eso es lamentable, por muchos goles que haya marcado. Quería más protagonismo. En julio se le dio la oportunidad de liderar este proyecto, y no ha estado a la altura.

Un mensaje equivocado

«La Junta Directiva entiende que existe una gran desproporción entre la calidad de la plantilla del Real Madrid, que cuenta con 8 jugadores nominados al próximo Balón de Oro, algo sin precedentes en la historia del club, y los resultados obtenidos hasta la fecha». Este es el texto que el Real Madrid emitió cuando anunció el cese de Julen Lopetegui. Palabras en las que se exponen hechos reales, ya que el número de nominados era ese, pero que no responden a una visión objetiva de la realidad.

Todos esos nominados, o al menos la gran mayoría, lo estaban por haber hecho historia en Europa. Tres Champions de forma consecutiva fueron el justificante de la aparición de siete de ellos. No así de Courtois, que sumó su gran temporada en el Chelsea y en la Copa del Mundo. Este último torneo también elevó a futbolistas como Modric, portador del galardón. Estos eran los precedentes de una nominación que poco o nada se fijó en el arranque de temporada.

Al Madrid todo le vino grande desde el principio. Perdió la Supercopa, cuajó un buen inicio de año y pinchó a las primeras de cambio, cuando llegaron los compromisos serios. Y todo ello lo hizo con esos ocho nominados.

Zidane, el único que lo vio venir

Era 31 de mayo de 2018. Con un nuevo éxito europeo en las vitrinas, el futuro del Real Madrid se tambaleaba. No era oficial, pero todos daban por hecho el adiós de Cristiano. Y en medio de todo ese alboroto apareció Zidane. Un entrenador que conquistó la gloria y que fue quien primero vio lo que se avecinaba en un futuro próximo. De aquella despedida se saca una frase clave: «No veo tan claro seguir ganando».

El francés ya veía lo que podría ocurrir. Una debacle de resultados. Por eso, el técnico explicó que «sino veo las cosas tan claras como yo las quiero, pienso que es mejor cambiar y no hacer tonterías». Nueve meses después de aquellas palabras, el Madrid ha firmado la temporada más lamentable desde 2006, año en que por cierto, Florentino Pérez dimitió.

 

 

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