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Juan Antonio Anquela: El líder del cambio

El derbi de este domingo también tendrá un enfrentamiento particular a escasos centímetros del terreno de juego. Una batalla que se librará en las áreas técnicas y los banquillos. Jose Alberto, hombre ‘de la casa’ y que dirigirá su primer derbi, frente a Anquela, que aunque no sea ‘de la casa’, se ha ganado el derecho a que así se le reconozca. El técnico jienense afrontará este domingo su cuarto derbi asturiano. Y lo hará fiel a lo suyo. A ese estilo que ha hecho del Oviedo un equipo incómodo para sus rivales, que aprieta, asfixia y ahoga al rival cuando tiene el balón. Una personalidad que el preparador azul ha imprimido en su equipo. Porque en el fútbol, como en la vida, hay que tener personalidad para ir a cualquier sitio.

La historia de Juan Antonio Anquela en el Real Oviedo tiene, como en todos los ámbitos de la vida, seguidores y detractores. Lo que está claro es que el jienense ha logrado que el equipo tenga una identidad a la hora de afrontar los partidos. Un patrón que, por el momento, tiene a los azules a un punto de la zona noble. Esa misma que se escapaba la pasada temporada por un gol. En los derbis, los que Anquela lleva dirigiendo, se ha visto a un Oviedo con corazón, con personalidad, con las ganas de ir desde el principio a por el rival. La primera parte del encuentro entre ambos de la primera vuelta es posiblemente lo mejor de los carbayones esta temporada. También la garra con la que se jugaron los dos de la pasada temporada. Y eso es mérito de Anquela.

El jienense es una persona con mucho carácter. Su manera de vivir los partidos, inquieto durante los noventa minutos, contagia a futbolistas y aficionados. Porque Anquela siempre quiere el máximo de todos. De los que están sobre el césped y de los que esperan su oportunidad. Un entrenador, además, directo. No se esconde nunca. Ni en el campo ni ante los medios. Dice lo que piensa. Transmite credibilidad, y eso le hace ganar enteros de cara a un vestuario que le tiene como un padre.

Porque desde su llegada, Anquela ha formado una familia. Desde el primer día de pretemporada. Un grupo unido, en el que todos aportan y van a una. Se vio en los peores momentos, cuando el Oviedo no era capaz de sacar adelante los partidos. En ese tramo final de 2018, muchos dudaron, pero el jienense y sus jugadores no. La fórmula era seguir trabajando para llegar hasta donde se está. Son 47 puntos tras treinta jornadas, el mejor registro de los asturianos desde su regreso a Segunda División. La misma puntuación, por otra parte, que la pasada temporada, también con Anquela en el banquillo.

Y el hogar de esa familia es el Carlos Tartiere. Un estadio metido, que se implica y que nunca deja de animar a los suyos. El coliseo carbayón ruge en cada partido, y eso siempre ayuda al equipo. Porque cuando las cosas van mal, saber que tienes a miles de ‘locos’ detrás animando sin parar llama a no rendirse nunca. Y eso, en buena parte, es gracias al trabajo de Anquela. Competir, como él dice, «hasta el último minuto del último partido».

Anquela y los derbis

Juan Antonio Anquela llegó al Oviedo y no tardó mucho en conocer lo que la afición siente por el club. Era la jornada cuatro de la pasada temporada. Los carbayones visitaban El Molinón. El reencuentro con el Sporting estaba en boca de todos, y el jienense transmitió al equipo la energía necesaria para no defraudar. Lo primero fue la calma, necesaria tras el tanto rojiblanco. Lo segundo la intensidad, en una segunda parte donde los azules fueron superiores. Y lo tercero el fútbol, el que les llevó al empate.

En el encuentro de vuelta se vivió algo similar. Con un Tartiere lleno y una previa espectacular, el Oviedo volvió a demostrar que no le importa remar a contracorriente. El Sporting se adelantó. Lo primero, calma, la oportunidad iba a llegar. Y lo hizo en forma de doblete. El que anotó Mossa. Éxtasis en el coliseo azul tras los noventa minutos. Anquela y su método triunfaron de nuevo.

Y llegó el primer derbi de esta temporada. Algo diferente a los otros dos. Anquela, más cuestionado que nunca, parecía jugarse su última bala ante los vecinos. La afición volvió a demostrar que el sentimiento azul supera cualquier barrera. Otra previa espectacular que, acompañada de la arenga del míster, propició que el encuentro se pusiese de cara muy pronto. 2-0 al cuarto de hora. Una primera parte sensacional y otra victoria. Ahora, Anquela busca volver a triunfar en el derbi. Segunda visita a El Molinón con el Oviedo. Su método y su trabajo han obrado el cambio en apenas dos meses. El domingo, la prueba más especial. Nadie duda.

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