Gimnàstic de Tarragona |
0 | 1 | Málaga C.F. |
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Gimnàstic de Tarragona y Málaga se presentaban a este choque con unos niveles de urgencia y necesidad muy similares a pesar de sus situaciones clasificatorias diametralmente opuestas, ya que ambos conjuntos solo habían ganado un partido de sus últimos ocho hasta la llegada de este choque. El Málaga además llegaba con muchos al ser uno de los equipos más afectados por el llamado virus FIFA, con las ausencias de Munir, N’ Diaye y Pau Torres por las convocatorias internacionales y de Iván González por cumplir sanción, algo que coincidencialmente también cumplen N’ Diaye y Pau Torres. Curiosamente, un jugador cedido por los malaguistas a las filas tarraconenses también se perdía este partido tanto por la convocatoria de su selección como por cumplir sanción, el venezolano Mikel Villanueva.
A pesar de que en el Nou Estadi se dieron cita poco más de 6.212 espectadores, el Nàstic se sintió lo suficientemente arropado en su condición de local como para protagonizar una primera parte en la que tuvo llegadas de mérito. Su comienzo fue especialmente fulgurante. La primera ocasión la tuvo Abraham Minero a los dos minutos, que remató con la izquierda desde fuera del área pero su disparo se fue alto. Le siguió una todavía más clara de Luis Suárez a pase de Pipa. Tanto este último como el colombiano fueron un incordio para la zaga malaguista en todo el partido, y a punto estuvieron de poner por delante a los suyos de no ser porque su remate desde el palo derecho se marchó ligeramente desviado. El Málaga, que volvía en este partido al clásico 4-4-2 que era más habitual en los primeros compases de temporada, tenía que sacudirse de esta presión inicial de los locales.
En estos primeros 45 minutos, la posesión fue en mayor medida para los malaguistas, algo a lo que no acostumbran los pupilos de Juan Ramón López Muñiz, mientras que los de Enrique Martín se fundamentaban en una presión alta y salida a la contra en velocidad. Una velocidad que también buscaban los visitantes, pero fundamentalmente por las bandas, ya que el técnico asturiano del Málaga se había atrevido a sacar en tandem a sus extremos más rápidos y diferentes de la plantilla como Javier Ontiveros e Iván Alejo. A través de ellos llegaron algunos de los acercamientos boquerones en la primera parte, pero la zaga del Nàstic se veía muy segura, y especialmente tenso fue el duelo en la banda entre el marbellí Ontiveros y su contraportada tarraconense Pipa, que durante buena parte del encuentro se lo pasaron «pipa» pugnando entre ellos, nunca mejor dicho.
Los locales siguieron convencidos de que su presión iba a funcionar, y en el minuto 13 Abraham Minero puso a prueba por primera vez al polaco Pawel Kieszek, meta titular hoy en los malaguistas, con un remate con la izquierda desde el lado izquierdo del interior del área. Y la más clara del Nàstic llegó en el minuto 28, pues José Kante rozó el 1-0 con un fuerte derechazo que Kieszek tuvo que mandar a corner con una gran estirada. Poco después, en el 31, Imanol García remató de cabeza desde el centro del área, y al minuto siguiente fue el uruguayo Ramiro Guerra quien lo volvió a intentar. Al Nàstic le faltaba más definición en los últimos metros y al Málaga le crecían los enanos mientras se intentaba sacudir los golpes y Kieszek tuvo que tener más trabajo del que esperaba. Los tímidos acercamientos de los blanquiazules en estos primeros 45 minutos se tradujeron en intentos de Jack Harper y Ontiveros que apenas inquietaron a los locales, los cuales se fueron al descanso con grandes sensaciones a pesar de no haber conseguido adelantarse en el marcador.
La afición malaguista, especialmente la peña barcelonesa Los 300, se hizo notar en Tarragona: Foto Grada 3
Muchas cosas tenían que cambiar en la segunda parte para que el muy necesitado equipo de la capital de la Costa del Sol pudiera romper su mala racha. Se había ido al descanso con un dominio en la posesión del 60% totalmente estéril y con los fantasmas de la misma mala primera parte que había protagonizado días antes en Los Pajaritos de Soria. El paso por los vestuarios no pareció cambiar el panorama en los primeros compases, o al menos hasta que Blanco Leschuk no dio el primer gran aviso en ataque de los visitantes, con un trallazo que se fue al larguero, persistiendo su mala racha de cara a puerta desde el mes de octubre, y desperdiciando la gran asistencia de Iván Alejo. Es entonces cuando Muñiz intentó buscar un revulsivo y lo hizo de la mano de alguien que volvía de una inoportuna lesión y no se había estrenado aún esta campaña, el malagueño Dani Pacheco.
Antes de que el de Pizarra se conviertiera en el héroe del partido, el Nàstic siguió intentando, aunque de manera más tímida que en la primera parte, con algunos remates de Víctor Martínez (que acababa de entrar al campo por lesión de Ramiro Guerra) y Kanté que no supusieron graves problemas para Kieszek. Una de estas ocasiones vino a raíz de una imperdonable pérdida de Jack Harper. El fuengiroleño de origen escocés sigue sin tener las sensaciones iniciales de temporada, quizás influenciado por los cantos de sirena que vienen desde Getafe, y Muñiz se vio obligado a cambiarlo en el minuto 70 por el canterano barcelonés Álex Mula. Pero fue justo en estos minutos del encuentro donde ocurrió un lance decisivo, uno que cambiaría la película del partido y también su signo. En una jugada en la que Dani Pacheco recogió un rechace al borde del área, su disparo parecía que iba a perderse por el lado derecho de la portería de un Bernabé que había tenido poco trabajo en el día de hoy.
Pero he aquí que intervino el destino, la suerte, los caprichos del fútbol o como quieran llamarlo. Y es que esa ocasión que se iba fuera, fue redireccionada involuntariamente por un jugador del Gimnàstic, lo que provocó que entrase llorando en la portería de un Bernabé que poco pudo hacer ante tal infortunio. Este primer tanto de Pacheco con la camiseta del Málaga fue todo un mazazo para los locales, que a partir de entonces se diluyeron como un azucarillo. En la siguiente jugada, Pacheco estuvo a punto de poner el 0-2 en el marcador, pero Bernabé evitó males aún mayores con una gran parada. Enrique Martín intentó quemar naves y volver a dar un golpe de timón dando entrada a Uche y Berat Sadik de una tacada, pero el partido estaba ya predestinado a ser totalmente blanquiazul. En el minuto 84, Blanco Leschuk marcó el que podría haber sido el 0-2 y también su primer gol en cinco meses. Pero el argentino tendrá que seguir esperando, porque el colegiado entendió que se ayudó de la mano para controlar el balón en dicha acción.
Al final, el Málaga se sintió en el partido como pez en el agua y haciendo lo que más le gusta a su técnico Muñiz, controlando a su rival mientras aguantaba ese resultado que era un tesoro de demasiados quilates para como se estaba dando el encuentro hasta el afortunado tanto de Pacheco. Fue una declaración de intenciones además el dar entrada a David Lombán justo al comienzo del tiempo de prolongación, sustituyendo a un Iván Alejo que junto al goleador del partido, fue un auténtico puñal en el juego de ataque malaguista. Los tarraconenses, hundidos por el infortunio del gol, impotentes por el partido que había protagonizado y atenazados por su situación clasificatoria en el fondo de la tabla, no volvieron a inquietar prácticamente en estos últimos lances del partido y los tres puntos volaron a Martiricos para un equipo que, a pesar de su endémica trayectoria en esta segunda vuelta, no pierde un partido lejos de La Rosaleda desde el mes de noviembre. Ahora le tocará intentar buscar la confirmación a este posible cambio de timón en casa, donde peor se le dan las cosas últimamente, el próximo viernes frente al Sporting de Gijón, mientras que el Nàstic tendrá que seguir remando a contracorriente en su visita a un rival directo como es el Real Zaragoza.
Ficha Técnica | |
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Gimnàstic de Tarragona: Bernabé, Salva, Noguera, Fali, Pipa (Berat Sadik, m. 76), Imanol García, Ramiro Guerra (Víctor Martínez, m. 58), Ousseynou Thiouné, Abraham, Luis Suárez y Kanté (Ikechukwu Uche, m. 73). | |
Málaga C.F.: Kieszek, Fede Ricca, Diego González, Luis Hernández, Cifuentes, Javier Ontiveros (Dani Pacheco, m. 54), Adrián González, Erik Morán, Iván Alejo (David Lombán, m. 90), Jack Harper (Álex Mula, m. 70) y Blanco Leschuk. | |
Goles: 0-1: Dani Pacheco (m. 72). | |
Árbitro: Juan Luis Pulido Santana, del colegio canario. Amonestó con tarjeta amarilla al jugador del Gimnàstic, Pipa (m. 32) y a los malaguistas, Iván Alejo (m. 63), Adrián (m. 72) y Dani Pacheco (m. 83). | |
Incidencias: Partido de la jornada 31 de la Liga 123 de Segunda División celebrado en el Nou Estadi de Tarragona con una asistencia de 6.212 espectadores. |
Por @AdriCanloz