El Mirandés, campeón de la Copa Federación
El conjunto rojillo dominó al Cornellà e hizo valer la ventaja de la ida para levantar la primera Copa RFEF de su historia
El Mirandés se reafirmó a domicilio. La ventaja obtenida en Anduva (3-0) no alteró un planteamiento que quiso ser dominador. Fue exitoso en gran medida. El Cornellà tuvo muy pocos tramos del partido para sentirse cómodo y cuando lo logró, su rival estuvo atento para defender y reponerse rápido con ataques por medio de combinaciones sorteando la presión y el acoso verde.
Desacomplejados, unos respaldados por la ventaja de la ida y los otros con poco ya a perder, golpearon fuerte de salida. Estuvieron cerca tanto Guridi como Pere de avanzar a los suyos en los primeros compases. El vasco se plantó frente a Sergio con ventaja, pero el meta respondió seguro abajo. Por su parte, el lateral local se introdujo con habilidad por el lateral del área y su centro-chut acabó despejado sobre la misma línea de gol. Los dos equipos tenían motivos para resoplar y el electrónico marcaba el minuto ocho.
Los once jugadores rojinegros le dieron al partido lo que necesitaba en cada momento para ponerlo de su lado. De inicio, solidez y respuesta al comienzo ambicioso local con salidas rápidas. Más veloces por el movimiento de balón, nunca quieto en el ataque, que por las carreras de los hombres de Borja Jiménez. Lo movieron con habilidad de lado a lado sin perder la verticalidad, encontrando de este modo los desmarques a la espalda de la zaga verde, sin necesidad de levantar el balón.
El Cornellà fue de más a menos. Su inicio abrió la puerta a la remontada. Mediante centros siempre generados desde los carriles en el 5-3-2 habitual de Xavi Calm llegó al área rival. Pero su juego se hizo cada vez más difícil a medida que perdía las opciones de mantener el balón. Tras los primeros veinte minutos al Cornellà le costó mucho generar tras robo por la fuerte presión visitante. Perdía rápido el balón o se quedaba sin opción de contragolpe al tener que buscar pases hacia atrás para asegurar la posesión. Sin espacio a la espalda de la zaga para los puntas, al Cornellà le costó llegar a la meta rival.
Las tendencias de los dos equipos cristalizaron tras un error de Fall que dejó en bandeja el gol al Mirandés. Un mal control dejó a Guridi y Hugo solos ante el meta y no perdonaron. Las opciones del Cornellà volaron y los locales eran conscientes de ello. No se dejaron ir, por orgullo, pero el golpe se notó. Las corazones de los hombres de Calm querían reponerse pero las cabezas les decían que cinco goles eran mucha remontada.
Por delante en el marcador, el Mirandés jugó a ser más protagonista y menos ambicioso. Se instaló en campo contrario para crecer con el balón. Generó cuando lo vio claro pero fue paciente. El objetivo era no hacer nada que pudiera dar al Cornellà un resquicio de esperanza y optó por monopolizar el balón.
A la salida del descanso, marcó Guridi el 0-2 por si alguien dudaba aún del destino del trofeo. El segundo tiempo solo sirvió para que el Cornellà acabara el torneo de pie. El Mirandés, ya campeón, bajó el pie del acelerador. Los locales remaron por lo que pudiera pasar y lograron acabar empatando el encuentro con goles de Esteve y Gila. Después de abrir la lata, el Mirandés nunca temió por el título. El Cornellà quiso soñar hasta el 0-2. Después trató de ofrecer un digno final a los 500 aficionados que le vinieron a ver. Lo lograron.
El Mirandés se ganó la Copa Federación en la ida y en la vuelta. Fue superior en ambos encuentros y se ganó levantar un trofeo que otorgó el presidente de la Federación Española, Luis Rubiales.