Traver encuentra su sitio
El extremo valenciano tras una carrera profesional algo tumultuosa parece haber encontrado su sitio en el Sporting
Sin hacer ruido. Así fueron los inicios de Álvaro Traver en Gijón. El valenciano llegó a Gijón en silencio y despertando únicamente indiferencia e incluso críticas a su fichaje por el filial al tratarse de un jugador quizá de una edad elevada, ya que llegó con 24 años.
Algo más de año y medio después de su llegada a Gijón, Álvaro Traver es, por ahora, el dueño de la banda derecha del Sporting tras dos buenos encuentros. Sus inicios, tanto en el filial, como en el primer equipo, no fueron sencillos. Nunca partió con la vitola de titular. De hecho en ambas campañas sus inicios han sido siempre de la misma forma; no siendo convocado o jugando muy poco en los primeros encuentros.
Pero el de Algemesí tenía claro lo que tenía que hacer, porque ya le había tocado en el pasado. Trabajar y esperar las oportunidades. No ha tenido una carrera fácil. Considerado a principios de esta década una de las joyas de la cantera granota, estaba llamado a dar buenas tardes en el Ciutat de Valencia. Pero nunca logró asentarse. Apenas tuvo oportunidades y solo Joan Francesc Ferrer «Rubi» en su etapa en el club valenciano le dio la alternativa en el primer equipo. Pero fue una alternativa efímera, en Copa del Rey y sin ninguna continuidad.
Esa misma temporada salió cedido al Logroñés. Parecía su última oportunidad de engancharse, pero la plaza donde hacerlo no era la más fácil. Hasta tres entrenadores pasaron por el banquillo local de Las Gaunas esa temporada. Algo que Traver y otros jugadores de aquel Logroñés pagaron pues, aunque tenía la opción de seguir en Logroño, el cuadro blanquirrojo prescindió de él tras lograr dos goles y una asistencia en once encuentros.
Miguel Torrecilla, su último valedor
Volvió al Levante, donde no contaban con él, pero tampoco le dejaban salir. Fue un verano de 2017 muy convulso hasta que alguien apareció dispuesto a darle otra oportunidad. Fue Miguel Torrecilla. El salmantino acababa de llegar al Sporting y estaba dispuesto a firmarle para el filial del cuadro gijonés si lograba desvincularse del club granota. Una apuesta extraña de un filial por un jugador próximo a los 25 años, pero Torrecilla creía en él. Y no se equivocó.
Empezó sin contar mucho para José Alberto López en el Sporting ‘B’, pero acabó haciéndose un hueco. En una temporada absolutamente histórica para el filial gijonés, Traver acabó siendo una pieza casi básica. Disputó 38 encuentros, anotó siete goles y dio una asistencia. Su ascenso al primer equipo fue casi una sorpresa. Casi hasta para el propio jugador, que veía como por fin, su oportunidad en el fútbol profesional llegaba.
Pero, como siempre en su carrera, encontró muchas dificultades que le tocó solventar a base de trabajo. Apenas disponía de oportunidades -no jugó ni un minuto hasta la octava jornada- y las que tenía eran casi siempre fuera de puesto. Nunca protestó, se limitó a trabajar y a esperar la oportunidad. Pero todo cambió con la llegada de José Alberto López al primer equipo. El ovetense sabía perfectamente lo que el de Algemesí podía darle.
Le dio la alternativa de titular en su debut, pero en banda izquierda. No era su puesto, pero Traver siguió trabajando e incluso logró el gol de la victoria rojiblanca en el debut del ovetense en el Nuevo Los Cármenes. Con la llegada de los refuerzos invernales, su rol volvió a ser muy secundario; hasta el derbi hace menos de dos semanas. Esa semana Carmona se lesionaba y Traver veía como casi tres meses después de su última titularidad le llegaba la oportunidad. No la desaprovechó. Realizó un buen encuentro en el que además se asentó como el lanzador de las acciones a balón parado del equipo. Ese buen partido le dio la alternativa de repetir en La Rosaleda, donde volvió a cuajar una buena actuación.
Ahora, esta próxima jornada, el entrenador rojiblanco tendrá que decidir que hacer. Si seguir manteniendo a Traver, que cumple 26 años hoy, tras sus dos últimos buenos encuentros o devolverle al banquillo para hacer sitio para la vuelta de Carmona, ya recuperado. Una decisión nada fácil.