Alegría en el Sporting y decepción en el Oviedo. Los dos conjuntos del Principado han sumado diferentes resultados este fin de semana. El cuadro azul dejó escapar dos puntos en el descuento frente a la Unión Deportiva Las Palmas. Un partido en el que el oviedismo se volvió a reunir en el aparcamiento del Carlos Tartiere para celebrar el nonagésimo tercer aniversario de la entidad. Los errores en las áreas impidieron sumar un nuevo triunfo. Quien no falló fue el cuadro rojiblanco que en su segundo envite consecutivo a domicilio se trajo los tres puntos de Santa Cruz de Tenerife sumando su sexto encuentro consecutivo sumando.
El ‘muro’ cantábrico
- Mariño no se paga con dinero: El triunfo del Sporting se debe a varios factores. Pero uno de ellos volvió a ser Diego Mariño. El vigués volvió a sostener con sus paradas y su seguridad al Sporting cuando peor lo pasaba. El Tenerife, que dispuso de buenas ocasiones quizá hasta no solo para empatar, sino para ganar, se encontró una y otra vez con el capitán rojiblanco. Pero el vigués no tuvo que hacerlo todo solo. Fue escudado con una línea defensiva que volvió a rallar a gran nivel. Peybernes, Babin y Molinero hicieron un partido sobresaliente, que no es de matrícula por algún pequeño fallo que no pasó a mayores. De nuevo la solidez en defensa suma puntos.
- El ímpetu de Djuka: El Sporting supo sufrir. Pero también supo ser de nuevo tremendamente contundente donde se ganan los partidos. Esto es en las áreas. Al ‘muro’ defensivo se unió que hizo diana en la primera ocasión que tuvo. Un córner botado por Traver acabó en un gol de Djurdjevic aparentemente con la mano. Una acción que da que hablar y que, con el reglamento en la mano, sería anulable. Pero el delantero serbio pone el brazo para protegerse de una acción peligrosísima de Mauro dos Santos que eleva el pie hasta la cara. Una acción muy difícil de arbitrar y en la que hay además un penalti no señalado sobre Álex Alegría. El serbio entró con fe e ímpetu al remate. Como si de una bola de demolición se tratase y encontró premio; su noveno gol y tres puntos más.
- Brotes verdes de Ivi López: La nota más negativa del partido fue que, como ocurrió en La Rosaleda, que el Sporting no cerró el partido. En la segunda parte tuvo muchas ocasiones para sentenciar el choque. Todas ellas malogradas. Eso hizo que el cuadro rojiblanco tuviese que sufrir en exceso. Destacó en ese segundo tiempo con espacios Ivi López. El madrileño desde su llegada a Gijón apenas se le había visto y su entrada en el segundo tiempo le vino muy bien al equipo para dar salida al equipo con balón. Más vale tarde que nunca, pero quizá el madrileño se convierta en un gran refuerzo para este rush final.
- ‘Mordisco’ al play-off: Además de que la victoria permite al Sporting sumar 16 de los últimos 18 puntos, la jornada ha sido favorable. Los pinchazos de rivales directos y de otros candidatos por alcanzar las seis primeras plazas ha favorecido mucho al cuadro gijonés. En una jornada complicada por la situación de que el Mallorca, uno de sus rivales, sumaría tres puntos sin jugar, los gijoneses han logrado comerle otro punto al play-off, del cual se sitúan a cinco puntos. Un pequeño ‘mordisco’ más a una zona que se comprime tras un día más esta categoría que es Segunda División.
Cruel final
- La mala suerte se ceba con el Oviedo. Un gol inesperado. Probablemente el que más ha dolido en lo que llevamos de temporada. Para equipo y aficionados. En un encuentro vital y ante un rival directo, el cuadro de Juan Antonio Anquela tenía el partido controlado. Ganando, con el play-off cerca y sabiendo que un triunfo significaba cosechar seis puntos (los tres del partido más los tres ante el Reus). Pero todo cambió en la última jugada. Un balón sin aparente peligro se le escapó a Champagne y significó el empate. Pese a ello, no hubo tiempo para lamentarse. Todo el Tartiere se puso en pie y ovacionó a su portero.
- Jimmy y Saúl hicieron de brújula. El primero fue el único que se atrevió durante los noventa minutos, que logró crear peligro siendo más vertical que nadie. Algo que agradeció, precisamente, Berjón. El ‘10‘ guió al equipo en ataque una vez más. Atrevido, llevando el balón de lado a lado y marcando el ritmo al que el equipo debía jugar. En sus botas estaba el caudal ofensivo del equipo. Junto a Jimmy, llevaron el peligro a área rival, aunque las imprecisiones en los metros finales impidieron lograr más goles.
- Ibra oposita a la titularidad. Salió desde el banquillo y volvió a anotar. El punta carbayón volvió a poner en pie al Carlos Tartiere. Fue en los minutos finales. Balón al espacio de Folch. El estado del césped y la indecisión en la parte de atrás entre Aythami y Raúl Fernández permitieron que Ibra anotara el primero. El estadio se caía. Pero, además del gol, el delantero volvió a ser un dolor de cabeza para la zaga rival. Lo peleó todo, no rehuyó ninguna disputa, se ofreció, la pidió y no dejó de intentarlo hasta conseguir el premio.
- Se rompe la racha el día de aniversario. Desde el regreso al fútbol profesional, el Real Oviedo siempre había ganado el día en que su afición celebraba el cumpleaños de la entidad. La mala fortuna impidió que este año pasase lo mismo. Eso sí, el ambiente fue el de siempre. Miles de oviedistas se congregaron a las puertas del Tartiere para festejar un nuevo año de vida de la entidad azul. Lo malo, como hemos dicho, la desafortunada jugada con la que acabó el encuentro.