Si hay una persona que centra en muchas ocasiones, sobre todo cuando las cosas van mal, el debate en torno al sportinguismo es Miguel Torrecilla. El director deportivo rojiblanco, desde que llegó a Gijón en Junio de 2017 ha tenido detractores y admiradores. El debate en torno a su figura está muy polarizado entre los dos extremos. Algo que aumenta cada vez que realiza una comparecencia ante los medios, ya que acostumbra a no dejar indiferente a nadie.
La última, el pasado, fue muy criticada por el extremo detractor del salmantino por ‘vender humo’ con un equipo sumido en crisis de juego y resultados. Pero también fue vitoreada por el otro extremo que argumentaba todo lo contrario. La realidad es que en aquella rueda de prensa, cargada de titulares, Miguel Torrecilla se escapó vivo. Y no pasa nada por decir que mucha de la culpa de ello fue de los medios de comunicación allí presentes. Fueron muchas las preguntas que contestó a su manera. Otras incluso se quedaron en el tintero sin contestar.
Pero en aquella rueda de prensa, lo cierto es que el salmantino, además de defender su gestión, lanzó un aviso: «Estamos en la misma situación que la temporada pasada y al final entramos en play-off. No te puedes centrar en lo que ha pasado el fin de semana ni la distancia. En esta categoría siempre tienes la opción de engancharte. Nadie va sobrado en esta categoría y todo puede suceder».
Dos meses después la realidad es que Miguel Torrecilla ha vuelto a acertar con su pronóstico de que todo podía suceder. Ya lo hizo en su primer temporada y lo ha vuelto a hacer en la segunda. Nadie podía pensar no solo en el que Sporting lograse 19 de los últimos 21 puntos. Es que pensar en que estuviese más que vivo que nunca y en la disputa por el play-off a ocho jornadas para el final era una quimera: «Estamos en una posición en la que no nos gusta estar, pero veo a la plantilla y cuerpo técnico responsabilizados en trabajar más y buscar alternativas para salir de esta situación«. Palabra de director deportivo que, por segundo año consecutivo, se ha cumplido. Si lo hizo por escurrir el bulto o por verdadera confianza es algo que nunca lo sabremos.