No ha hecho falta mucho para que la afición boquerona haya vuelto a renovar la fe en su Málaga CF y en el posible ascenso directo.
El juego desarrollado por Muñiz durante toda la temporada comenzó dando sus frutos al conseguir dejar la portería a 0 y rascar algún gol que nos diera los tres puntos. Luego se pasó a conseguir que la la Rosaleda fuera un fortín donde todos los equipos llegaran «asustados» y se consiguieran los tres puntos que fueron sumando en un casillero y dejando un «colchón de puntos» suficientes para ir manteniendo al equipo blanquiazul en la parte alta de la tabla. Pero los pupilos de Muñiz comenzaron a ser demasiados previsibles, con un juego aburrido, lento, sin pretensiones, sin goles y lo peor encajando casi siempre algún gol que se convertía en una losa para poder levantar el partido.
Ya desde la vergonzosa derrota ante el Reus en casa, eran muchas las voces que no creían en la marcha del equipo. La afición seguía «invadiendo» casi todos los campos visitantes y demostrando que a pesar de las horas, frío, lluvia o calor .. la Rosaleda siempre seguía acompañando a sus colores pero el que no acompañaba era el juego «conservador y hacia atrás» que tenía implantado Muñiz en una plantilla creada para ascender.
Se destituyó a Muñiz, tras otras nuevas derrotas seguidas, donde el equipo no demostraba ese «coraje y corazón» que lleva en su lema y donde la misma plantilla había perdido la confianza en su potencial. Ya no había opciones a seguir dejando «morir» al equipo y con un entrenador que partido a partido siempre decía lo mismo en cada rueda de prensa antes y después de los partidos: «es un partido más, y no es una final….» Faltaba esa presión, esa mente competitiva que hiciera salir a los 11 jugadores a morder el césped y salir desde el minuto uno a por los tres puntos.
La llegada de Víctor Sánchez del Amo ya demostró desde su primeras palabras ese cambio de mentalidad tan necesario en un cualquier equipo para ganar. No temió decir la verdad al club, jugadores y aficionados.. al equipo malaguista le quedan «7 finales» y hay potencial para vencer todos los partidos e intentar conseguir ese ascenso directo que no haga temer una difícil liga de ascenso.
Por todo ello se consiguió una contundente victoria con tan sólo unos días de entrenamientos y sin hacer ningún dramático cambio en la plantilla. La confianza, el método de salir a por los tres puntos, de anotar un gol y seguir a por otro y otro…. se notaba desde el terreno de juego, lo sufrió el Alcorcón y toda la afición malaguista sorprendida sólo sabía decir….. Así Sí.
Ni antes el equipo era tan malo, ni ahora tan bueno…. el cambio es la mentalidad, el plantear un partido sin miedo, demostrando a todos que el equipo salta al césped con la única opción de conseguir los tres puntos. Ya no valía la idea anterior de especular con el resultado. Salir a no encajar goles y guardar tus armas ofensivas como revulsivo por si se iba perdiendo… era el Plan B para intentar levantar el partido que ya se iba perdiendo desde antes de saltar a cualquier terreno de juego.
Quedan pocos partidos y los de arriba no ceden tampoco, pero las opciones para conseguir el ascenso sólo pasan por salir a Ganar las Finales que quedan en el calendario para sumar de tres en tres y no seguir especulando con el miedo y el empate.
Hay que morir luchando… y Así Sí se podrá ascender.
Por @sergiogl65