Se acabó una etapa en el Real Oviedo. La de Juan Antonio Anquela. Casi dos años con el entrenador jienense en el día a día. Viendo su peculiar forma de ver el fútbol, de vivirlo, de entenderlo. El jienense sedujo a todos y cada uno de los carbayones. ‘Ye un paisano’ era, es y será una de las frases más escuchadas por el oviedismo al referirnos a un técnico que ha dejado huella. Se ganó el respeto y la admiración de todos desde el día en que llegó. Trabajador, motivador, un padre dentro del vestuario. Y, por encima de todo, un grandísimo entrenador.
Era finales de junio de 2017. Entre el oviedismo no se hablaba de otra cosa que no fuese el sustituto de Fernando Hierro. Recuerdo que en las calles y en la prensa había dos posibilidades. Siempre estaba en boca de todos aquello que decía «el que pierda la eliminatoria del Getafe-Huesca será el entrenador del Oviedo». Finalmente, el cuadro oscense cayó derrotado, y Anquela llegó despertando la mayor de las ilusiones.
El entrenador de todos
Su aterrizaje en Oviedo no tardó en despertar la ilusión de los carbayones. Seguido desde el primer minuto por todos. Club, jugadores y afición se unieron para respaldar un proyecto que apunto estuvo de obtener el éxito deseado. Faltó un gol. Pero, pese a ello, de cara a la presente temporada, nada cambió. La afición lo tenía claro. Había que hacer un equipo nuevo, diferente al de la pasada temporada. Eso sí, el capitán del barco, para todos, tenía nombre y apellidos: Juan Antonio Anquela. El no haber alcanzado el play-off y aún así tener el apoyo de todos es algo impropio, pero el jienense se lo ganó a pulso.
Sus frases en las ruedas de prensa también quedarán marcadas a fuego en el corazón de todos. «En Segunda el que es bueno corre, y el que no corre el doble»; «Vamos a competir hasta el último minuto del último partido». Afirmaciones que siempre provocaron el que el equipo jamás dejase de creer, que la grada siempre estuviese ahí y que la comunión entre ambas partes fuese total. Se va Anquela. Se marcha un entrenador que ha dirigido al Oviedo en 79 encuentros, con 32 triunfos, 22 empates y 25 derrotas.
Finaliza una de las etapas más bonitas dentro del oviedismo en los últimos años. Un señor, nuestro ‘paisano’ deja su sitio en el banquillo. A nosotros, los aficionados, no nos queda otra que darte las gracias por tu dedicación, trabajo y esfuerzo. Suerte en tus próximos proyectos míster. El ‘Anquelismo‘ quedará grabado en todos para siempre.