El Villarreal es de Primera
El Villarreal sufre y gana a un Eibar sin mordiente ofensiva. Con el gol en propia puerta de Ramis, y dos resoluciones del VAR que anulaban los tantos del Eibar, el Villarreal confirma su permanencia en Primera División.
Más que un partido, era una auténtica final. O así se vivía en Villarreal. En la penúltima jornada de la liga, el Villarreal tenía la gran oportunidad de conseguir la permanencia matemática ante un Eibar que no se jugaba nada. En día de horarios unificados, miles de hogares en Valladolid, Girona, Vigo y Valencia estaban pendientes de este partido, que también certificó que el VAR es decisivo y necesario en la competición.
Falta de puntería ‘grogueta’
El partido era una auténtica final para el Villarreal. De hecho, sus aspiraciones de quedarse en primera pasaban por ganarle al Eibar y olvidarse por completo de una temporada desastrosa. Con este contexto, la puesta en escena de ambos conjuntos era prácticamente similar. El conjunto de Mendilibar intentaba triangulizar incluso más que el Villarreal, pero nunca llegaban a tener oportunidades claras o mínimos acercamientos. Las ocasiones las monopolizaban los hombres de Calleja, que buscaban continuamente la espalda de los zagueros vascos, a partir de una formación casi de 4 delanteros.
Que el Villarreal no se avanzase en el marcador fue por cuestión de milímetros, los que le permitieron a Dmitrovic parar el genial disparo de Fornals, y los que le hicieron falta al chut de Ekambi que rozó el palo. El Villarreal rehusaba construir, por lo que su hombre más importante, Cazorla, pasaba francamente desaparecido. La estrategia local funcionaba muy bien sobre el tapete, aunque sus jugadores no conseguían transformar las clarísimas ocasiones en gol. Chukwueze tuvo la mejor oportunidad de la primera parte con un mano a mano ante Dmitrovic que se fue muy lejos de la portería.
La falta de puntería local permitía que el Eibar se fuera al descanso salvando el empate. A los armeros, aunque intentaban trenzar bonitas jugadas, se les esfumaba la imaginación en zona de tres cuartos.
Bendito VAR
El paso por vestuarios poco cambió la dinámica del partido, pues era el Villarreal quien tenía las oportunidades. Esta vez fue Gerard Moreno quien a punto estuvo de romper la igualada con un disparo desde la frontal. El Eibar resistía las embestidas amarillas, pero el empuje y la velocidad de las ofensivas locales era demasiado como para aguantar. A la justa hora de juego llegaba el primer gol del partido -y, a la postre, definitivo-, obra de Iván Ramis en propia puerta, aunque el mérito es todo de Toko Ekambi. Un centro de Jaume Costa al corazón del área lo peleaba el africano para desencadenar el éxtasis en La Cerámica.
El merecido gol local hacía presagiar el control del partido, pero fue todo lo contrario. Mendilibar mandó a la presión a sus hombres y su juego comenzó a ser más vertical juntando dos puntas en el área de Andrés. Incluso marcaron el empate tras un córner, pero el VAR ratificó el fuera de juego de Sergio. El partido se jugaba en la mitad de campo del Villarreal, que tenían como baza ofensiva los contragolpes ante un Eibar lanzado.
Todas las oportunidades de las que careció el Eibar durante 60 minutos, las fue acumulando en la media hora siguiente. El empuje armero sumado al nerviosismo del Villarreal por verse salvados hacían una mezcla difícil de aguantar. Sin embargo, se puede afirmar sin duda alguna que el Dios del fútbol es del Villarreal. Un golazo del recién entrado Kike ponía el empate de nuevo, aunque el VAR volvía a anular el tanto del Eibar.
La suerte volvía a aliarse con el ‘Submarino amarillo’. Y al mismo tiempo, el Levante remontaba en Girona para resolver la salvación del Villarreal. El Villarreal consigue la salvación en el penúltimo partido de liga, gracias a la intervención del VAR por partida doble. No quedará sobre la faz de la tierra un crítico del VAR e hincha del Villarreal al mismo tiempo.