Un final que debe suponer un reinicio

Tras tres años de "proyecto" cuyas líneas eran el rendimiento inmediato, el Real Sporting se encuentra en su momento más bajo desde el año 2014

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Continua el «deja vu» rojiblanco. El Sporting vuelve a estar completamente instalado en la mediocridad. Y por tercer año el encargado de romperlo será Miguel Torrecilla. El director deportivo salmantino ha vuelto a fallar en la confección de la temporada por entregársela a un entrenador que no es capaz de sumar al proyecto.

La temporada que viene será la última en la que el Sporting tenga dinero suficiente en caja como para poder pagar traspasos. Eso significa que será la última bala de  un Miguel Torrecilla que además afronta su último año de contrato.

Las críticas de la afición al salmantino se centran en la cantidad de fichajes y en su rendimiento. Desde luego que es irregular, pero es innegable que si ha habido aciertos muy positivos y que si se pudieran quedar algunos cedidos la base de la plantilla es sólida. Jugadores como Geraldes, Peybernes o Álex Alegría han conectado con la ciudad y la afición muy rápido. Además de que son de gran nivel para Segunda División.

Si algo ha mostrado el triste partido contra el Lugo es que los que no suman no son solamente los fichajes que él hace, sino también veteranos cuyo mejor momento ha quedado atrás. Jugadores como Carmona o Canella parecen haber aportado ya todo lo que tenían que dar y la mejor solución para todos es que dejen lugar a otros jugadores.

Sería de necios decir que los fichajes han sido todos un acierto, porque la «limpia» que debería llevarse a cabo es importante. La suerte es que muchos de los mismos son cedidos. Jugadores como Ivi López, Álvaro Jiménez o Blackman. Jugadores que no han aportado nada y han vaciado sustancialmente la caja. Y ahí entramos en el fondo del problema. Éste no es el nombre concreto si no la idea. Ese tipo de futbolista «díscolo» por norma general, no funciona en Gijón y al tercer intento deberían ser tachados de la lista de futuribles con la que esté trabajando el director deportivo salmantino.

La temporada que viene será la última en la que el Sporting tenga dinero suficiente en caja como para poder pagar traspasos. Eso significa que será la última bala de  un Miguel Torrecilla que además afronta su último año de contrato. Por el bien de todo el Sporting es necesario que este mes extra que se tiene para confeccionar la plantilla se utilice realmente bien y que cuando empiece la pretemporada, el entrenador tenga los futbolistas más importantes para poder trabajar. Es imprescindible que el Sporting pierda ese gen mediocre que lleva arrastrando años, por muy difícil que sea cuando el mismo procede y se expande desde la bien pagada propiedad.

 

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