De la mano de Sergio González regresaba el Real Valladolid a la élite 4 temporadas después. Desde la pretemporada se vislumbraba que iba a ser una temporada en la que habría que sufrir y pelear muchísimo para lograr la permanencia. El equipo partía con el presupuesto más bajo de la categoría y con un puñado de jugadores que habían logrado un ascenso inesperado y sin apenas experiencia en la Primera División. Con respecto al año anterior la principal baja era la del delantero Jaime Mata que marchaba al Getafe. Para paliar esa falta de gol los pucelanos reforzaron la delantera con 4 incorporaciones, todas ellas cesiones, Verde , Ünal, Cop y Leo Suárez.
Con estos mimbres debutaba el Real Valladolid en el campo del Girona. Nada hacía presagiar en aquel momento, que los catalanes serían un rival por la permanencia y mucho menos que acabarían descendiendo. Un empate sin goles fue el resultado de aquel partido y mostró una constante en el primer Valladolid de la temporada: portería a 0 y dificultades enormes para hacer gol. Un primer Valladolid que en términos de resultados podríamos decir q llega hasta el primer tercio de la temporada, hasta la jornada 12 con la visita del Éibar a Zorrilla. En esa fase se mantiene la portería a 0 en la mitad de los encuentros y se optimizan al máximo los goles marcados: 9 goles, 3 en Balaídos, para colocarse con 17 puntos.
El punto de inflexión llega en la quinta jornada con el partido disputado en Vigo. Los pucelanos llegaban en puestos de descenso con 2 puntos y sin haber marcado aún. Por su parte los gallegos, entrenados todavía por el «Turco» Mohamed, marchaban terceros en la tabla y venían de ganar al Atlético de Madrid. Las cosas empezaron mal, muy mal. A los 8 minutos Aspas y Maxi Gómez colocaban un 2-0 que hacía presagiar lo peor. Acortó distancias Plano antes del descanso pero Aspas en la reanudación parecía sentenciar el encuentro. Con la entrada de Ünal, el Valladolid pasó a jugar con dos puntas y el equipo acabó empatando en el 90. A partir de aquel partido cambiaron varias cosas. La principal fue que Sergio apostó definitivamente por la pareja Alcaraz-Michel para dirigir el centro del campo. Se prescindió de Borja, con lo que se deshizo el trivote con el que había iniciado la temporada, y se pasó a jugar con 3 medias puntas y un delantero, y en ocasiones con dos que por entonces eran Ünal y Cop o Leo Suárez. En aquel partido también se inicó la tormentosa relación del Real Valladolid con el VAR, pera esa es otra historia.
Tras Balaídos parece que Sergio da con un once tipo y encadena 4 victorias consecutivas en campos como La Cerámica o el Villamarín. Los pucelanos se convierten en el equipo revelación y tras empatar con el Espanyol llegaría la derrota en el Bernabéu que pone fin a la mejor racha de toda la temporada. Un partido en el que los pucelanos se toparon dos veces con la madera y que se decidió con un gol casi al final de Kiko Olivas en propia meta. Mereció mucho más el Valladolid, una constante en los enfrentamientos frente a los grandes esta temporada.
Con el empate sin goles frente al Éibar en Zorrilla finaliza este primer tercio de los pucelanos. Muy meritorio el trabajo de Sergio en esta parte de la temporada con 17 puntos en 12 partidos. Una cifra que le proyectaba hasta objetivos mucho más ambiciosos que la permanencia pero el tiempo, y sobre todo el presupuesto, pondría en su lugar a los blanquivioletas. Pero más allá de lo anecdótico del 7º puesto a esas alturas del campeonato, el equipo mostraba una solvencia defensiva brillante que le permitía ser con 9 goles, y tres se encajaron en Balaídos, el equipo menos goleado de la categoría por detrás del Atlético de Madrid. Un periodo en el que, tras algunas dudas iniciales, Sergio asienta su equipo titular tipo: en defensa la pareja Kiko Olivas-Calero y los laterales Moyano-Nacho, titularísimos con Sergio en Segunda División; el doble pivote Alcaraz-Michel y arriba el tridente Leo Suárez-Toni-Óscar Plano. Como punta Ünal por delante de Cop. Con algunos retoques, éste sería el equipo que Sergio mantendría durante la temporada.