Asia se ha convertido en uno de los continentes más competitivos en el fútbol femenil. Una de las selecciones que lo representará será Japón, el actual subcampeón, un equipo poderoso y armonioso.
Japón llega como uno de los favoritos para levantar la copa, pese a la turbulencia de los últimos años (y a la constante occidentalización de los medios).
Después del duro fracaso que significó perderse los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, las Nadeshiko comenzaron una dura reestructuración: Asako Takakura dejaba las divisiones inferiores para tomar las riendas de una selección herida, además sin su gran figura, (la siempre capitana) Homare Sawa.
Japón, tal y como su historia lo dicta, se levantó de entre sus escombros con una nueva generación de jugadoras hábiles, rápidas y técnicas. Sin embargo, el salto generacional le fue muy complicado, sobre todo por la decisión de hacer un equipo, en su mayoría, muy joven.
Japón es fuerte, hábil, elegante, rápido, versado y mesurado, pero, lo más importante, es un equipo. A pesar de tener grandes individualidades, las Nadeshiko son fuertes por su conjunto, el sentido de unidad del espíritu japonés se traslada a su estilo de juego, cada una de las jugadoras crea la armonía de su amplia posesión del balón, la velocidad de su ataque y la (casi, pues su gran debilidad es la portería) impenetrable pulcritud de su defensa (que las ha convertido en un ejemplo de fair play).
Todo esto le valió convertirse en bicampeón de la Copa Asia, con un victoria poco esperada, pero contundente, ante Australia.
La Lista
Para Asako Takakura no fue difícil elegir a sus jugadoras, pues partió de su experiencia, creó equipo joven, con algunas veteranas. Destacan:
Mana Iwabuchi. La estrella que no termina de explotar. Fue llamada a convertirse en la goleadora después de la partida de Sawa, pero varias lesiones fueron deteniendo su crecimiento. En este torneo podrá demostrar lo que aprendió en Alemania, así como despejar la gran incógnita, ¿puede convertirse en la próxima líder?
Kumi Yokoyama. La artillera base de la selección de Takakura. En mundiales de divisiones inferiores, ha demostrado ser una delantera letal, con gran control de balón y puntería, ahora, en ligas mayores, tendrá que revelar todo su potencial.
Yuka Momiki. La pieza medular en el medio campo. Así como Yokoyama, Momiki ha enseñado que está lista para enfrentar el reto de este torneo. Posee un gran sentido de la distribución y un fino toque de balón.
Saki Kumagai. La mejor jugadora que Japón posee en estos momentos. Ha ganado todo en su carrera, una Copa del Mundo, y varias Champions Leagues, Ligas Francesas y Copas de Francia con el Olympique Lyonnais. Polivalente y experimentada, Kumagai tiene la gran responsabilidad de ser la pieza más importante, la líder. Un puesto difícil, porque es la gran (y pesada) herencia de Homare Sawa, un sitio que hasta ahora nadie ha podido llevar.
A unos días de empezar la Copa del Mundo, Riko Ueki, otra gran joven figura, sufrió una lesión, por lo que tuvo que abandonar el sueño mundialista, fue reemplazada por la no menos letal, Saori Takarada.
Cabe mencionar, la gran ausencia del Mina Tanaka, una goleadora innata. Dejarla fuera de la lista, ha sido la decisión más criticada de la directora técnica.
Si bien para Japan Football Association (JFA) la Copa del Mundo no es prioridad, sino los Juegos Olímpicos de Tokio, Japón ha demostrado que no es un equipo comodín.
Se encuentran el grupo D, junto con Inglaterra, Escocia y Argentina. Su debut será contra la Albiceleste el 10 de Junio.
Fotos por JFA, NDSK_Foot
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